Señor y Señora Panqueque

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–Tan sólo me parece raro que quieras perder tu tiempo conmigo–Responde Miles antes de darle otro sorbo a su té. No necesita levantar la cabeza para saber que Franziska lo está apuñalando con la mirada.

–Necesitamos hablar–Ambos se encuentran en un pequeño restaurante, con la mesa más apartada de todas, con un desayuno (básicamente panqueques) que poco a poco comienza a enfriarse.

Miles baja su taza de té, acomoda sus manos y aclara su voz.

–Bien ¿de qué quieres hablar?

–Sobre la Navidad...

–¿Eres mi espíritu de las navidades pasadas?

Franziska suelta una patada debajo de la mesa, aterrizando en la rodilla del fiscal quien se encoge de dolor. Los tacones de la fiscal son otro método de tortura que siempre lleva encima.

–Hablo en serio ¿vas a pasar la Navidad trabajando?–Pese al tono molesto de Von Karma, hay cierto hilo de preocupación, nada normal en Franziska. Edgeworth se pregunta si también debería preocuparse.

–Posiblemente–Sus palabras parecían añadir "no tengo nada mejor que hacer". Así es Miles Edgeworth. Una palabra lo define bien: cortante.

Incluso hiriente.

–Iré a la fiesta de Maya Fey, allá en el pueblo Kurai'n–Comenta Franziska antes de vertir un poco de miel de zarzamora sobre sus panqueques, todavía no había tomado bocado–Tú también deberías venir.

–Hasta hace poco me dijiste que tampoco debería ir ¿qué te hizo cambiar de opinión?

Podría explicar el como llegó Maya, con un pastel entre las manos, y que tras una charla donde se desempolvaron viejos recuerdos (recuerdos que incluyen, trauma y Manfred Von Karma) y la convenció de ir. Pero tan sólo levanta los hombros, restándole importancia.

–Lo estuve pensando, y no sería justo, han hecho mucho por nosotros–Responde la fiscal del látigo, seguido de llevarse a la boca un trozo de panqueque.

–Aún no estoy listo...

–Carajo, Miles ¿hasta cuándo te vas a excusar en eso?–Maldita sea ¿porque tuvo que dejar el látigo en la oficina?–No se trata de la Navidad, se trata de pasar el tiempo con ellos.

Miles se queda perplejo. Franziska no hablaría así. La conoce lo suficiente y es la primera vez que sus argumentos se basan en el sentimentalismo.

–¿Quién te dijo soberana estupidez?–Contesta Edgeworth. Quizás a Von Karma le pega esas ideas infantiles pero Miles no. No cree en eso. No existen en su mundo.

Algunas personas se les queda mirando, entonces comprenden que están levantando mucho la voz. Edgeworth toma otro sorbo de té con tal de calmar sus nervios.

–Mira, sé que...estás fechas te recuerdan a lo que pasó aquel día pero debes superarlo–Lo mira directamente a los ojos.

–Superarlo...–En una realidad alternativa, Edgeworth le pudo haber levantado la voz y decir "¿Qué sabrás tu de superarlo? Ni siquiera puedes con la muerte de tu asesino padre". Pero nunca diría algo así, porque no es culpa de Franziska. Aquel día, aquel encerrón en el ascensor no fue culpa de Miles. Todos los culpables están muertos.

Pero detrás de esos recuerdos oscuros se enciende una tenue luz. Una luz proveniente de un hombre. Aquel hombre que encontró la verdad.

Phoenix Wrigth, Miles está dispuesto a morir por ti si así lo deseas. Lo cual es irónico, porque Phoenix hace que las personas quieran aferrarse a la vida.

–Lo pensaré–Dice Edgeworth antes de dar otro sorbo–Pero no prometo nada.

–Bien–Franziska rebusca en su bolsillo y saca un papel doblado, lo deja en la mesa–Es tu nombre elegido, es el único que queda.

Edgeworth lo toma y lo desdobla. Es el último nombre. Todos los participantes han sido puestas en su sitio.

–«Phoenix Wrigth...»–Lo lee en su mente–«Por supuesto, no podría ser otro».

–¿Y porqué esa sonrisa de idiota?–Pregunta la fiscal.

–Por nada...

Phoenix Wrigth. Aquel hombre le dió a su vida un giro de 180°. Últimamente no deja de pensar en él. Pero seguir aferrado al DL6...es casi un menosprecio hacia Wrigth, quién luchó por descubrir al asesino, y le abrió los ojos a una vida mejor.

Lo menos que puede hacer, es darle un obsequio y tratar de sobrevivir a la noche.

–Esta bien, iré–Comenta Edgeworth.

–¿Qué te hizo cambiar de opinión?

–Mi espíritu de las navidades futuras.

Franziska da otro puntapié pero más como una broma. Muestra una sonrisa de medialuna.

–Idiota, come antes de que se te enfríe el desayuno.

Maya Fey ha cumplido su promesa. Tan sólo queda esperar. Los villancicos se escuchan a lo lejos.

Continuará...

Nos vemos en el siguiente capítulo! ❤️ :D

Cuatro Regalos (Ace Attorney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora