segundo día cuarta semana (martes)

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Al llegar el anochecer, el pequeño alien ya como rutina entro, beso a su amado y lo saco para llevárselo a su basé, está vez vistió a dib con un traje y lo recostó en un sillón que había puesto en medio de aquella habitación, emocionado se fue a cambiar la ropa que siempre llevaba.
Dib al poco rato se despertó, todo a su alrededor era oscuridad y confundido se levantó, pero sintió unas suaves manos tocando las suyas.
-descuida mi dib-cosa, toma asiento- y lo guío al sillón para que de nuevo se sentará.
El azabache se sorprendió al ver al pequeño alien con un traje y chaleco en vez de sacó.
-zim... De nuevo... Otro sueño contigo...-
-¿Que tiene de malo?-
-nada, nada, absolutamente nada es solo que... Es extraño-
-¿Extraño?- se puso nervioso.
-si, es solo que... La noche pasada, soñé que iba a hacer...- se sonrojó por completo -ciertas cosas contigo-
-ho ¿Si? Y dime ¿Que piensas hacer ahora?- poco a poco se iba acercando al rostro de su amado.
-...nada- desvío su cara recibiendo el beso en la mejilla.
-POR UN ¿QUE RAYOS ES LO QUE TE PASA?- recordó aquellas veces que lo intentaba besar y este movía la cara.
Tomo al pequeño alien de los hombros y lo miró directamente -¡NO LO SE!-
-...¿Qu?...-
-no lo se, zim, te amo, te amo demasiado, tanto que te estoy comenzando a soñar, claro esto es un estúpido sueño y mis palabras no podrán llegarte nunca pero... Tengo miedo, necesito respuestas, nesesito tu respuesta, zim ¿Que es lo que realmente sientes por mi?-
-¿y.yo?-
-ha~ ¿pero que estoy diciendo? Tu no eres el zim real-
-LO SOY-
-no, zim... No se fijaría en su enemigo, rayos tantos años, tanto tiempo, tanto odio, tanta confusión, problemas, tonterías, guerras, planes frustrados, violencia, por un momento creí que tal vez y solo tal vez podríamos comenzar de nuevo, tal vez podría existir un lazo y lo vi, hoy, lo vi hace días, lo vi hace tiempo, pero... No estoy seguro, quiero decir, últimamente...- tomo el mentón de zim y lo levantó, haciendo que sus miradas se encontrarán -el tu real se ha vuelto más pacífico incluso podría decir que más tierno y atentó, pero...- soltó al pequeño alien -últimamente ha estado al rededor de keef, me molesta, lo admito, me molesta demaciado y se que debería hacer algo al respecto, pero se ve tan feliz y yo...yo~ ... Tampoco sé cual sea la causa de su actitud... Pienso que es por causa de aquel líquido que le di, al comienzo pensaba que podría ser alguna especie de poción de amor, y podría ser, aún no estoy del todo seguro, pensaba que se había enamorado de una compañera del salón y ahora que lo pienso, suena un poco tonto, quiero decir, de la nada el se enamoraría de... ¿Alguien?- miro el suelo y atrapó a zim entré sus brazos.
-dib, que estás...-
Susurró -es una poción de amor-
-¿De que hablas?-
-zim no se enamoraría tan fácilmente, digo, es un irken, hemos tenido una rivalidad de años, de la noche a la mañana no se pudo haber enamorado, de la noche a la mañana pasaron tantas cosas, incluso si intento cubrir su estado, con el tiempo se fue notando como se sentía, estoy algo ciego, pero no tanto- se quitó los lentes y los limpió.
Zim se quería reír por aquella referencia, sin embargo resistió lo mejor que pudo.
-dime zim... ¿Me amas? ¿Me amas de verdad? ¿Me amas por qué en realidad lo sientes dentro de tu ser, dentro desde lo más profundo de tu corazón? ¿O solo lo haces por qué estas obligado?-
-dib... Yo...-
-dime la verdad-
Zim se cubrió la boca, no podía decir nada, no quería decir nada, se volteó rápidamente y de nuevo besó a dib, este correspondió con unas cuantas lágrimas tentadas a salir, pero no ocurrió ya que antes de que ocurriera se quedó dormido.
-la verdad... Es que no lo sé... Y me aterra al igual que tú, en este instante me odiaría a mi mismo si te llegase a herir profundamente pero cuando encuentre la cura...- cargo a dib -probablemente pierda todo sentimiento hacía ti y te herire de la peor manera posible...- acarició su mejilla -Estaría traicionando a mi yo actual que ha traicionado a mi yo del pasado... Me aterra en este momento, que podré hacer después, es por ello que no puedo acercarme justo ahora de manera directa, no puedo expresar lo mucho que te amo y no puedo hacer nada más que... Ésto- beso a dib con suavidad, algunas lágrimas caían de los pómulos del alien y caían en el rostro del azabache, bajando por sus mejillas.
Una vez se despegó de aquel beso el pequeño alien cambio a su amado de nuevo y lo llevo a su hogar, dejo al azabache acomodado con dulsura y dejo un pequeño ramo de lavanda algo seco y maltratado en su escritorio, salió corriendo del lugar y al llegar a la ventana y estar cayendo zim pudo escuchar a dib despertando.
-si... Tan sólo...- se recargó en la pared de la casa -todo sería más fácil, si éstos sentimientos fueran reales, todo sería distinto si éstos sentimientos fueran así de intensos una vez sea curado, pero no, estoy seguro de que todo ésto desaparecerá y volveré a ser el mismo alien de siempre... Sin dib- se levantó orgulloso -pero no es momento de lamentos, siendo tal como soy ahora aprovecharé esto hasta que llegué aquel día, se entere dib o no- y corrió a su base, con una gran sonrisa.
Al llegar la hora de llegar a la eskuela zim se fue a sentar a su lugar, dib se fue a sentar a un lado del pequeño alien y lo vio de reojo, zim parecía más pacífico y feliz que de costumbre y miraba el techo pensativo.
Dib estaba dispuesto a hablar con zim, se acercó un poco, su mano temblorosa se acercó al hombro del pequeño alien y este al percatarse de lo que estaba a punto de ocurrir volteó a ver a dib, sin embargo.
-hola dib- saludó la chica quien apenas estaba llegando.
Tanto zim cómo dib vieron a la chica con una mirada asesina, zim por qué ella le hablaba a dib y dib por qué no lo dejo hablar con zim.
-ha... Bien... Me voy a... Cambiar de lugar- y se alejo.
Al poco rato tanto dib como zim se miraron, el azabache abrió la boca para hablar, pero llegó la profesora gritando y el pequeño alien se volteó rápidamente a ver algún otro lugar, en ese momento dib sintió que ese sería un largo día.
Durante toda la clase dib estaba aburrido, hasta que la chica igualmente aburrida le comenzó a pasar papelitos a dib, ambos escribían y se veían divertidos con el contenido.
Zim celoso miraba a ambos cada que podía, desde hacia tiempo se había cansado de la chica y en ésa noche planearia algo especial para ella, escribió en su libreta todas las ideas que se le venían a la mente, poco a poco una más retorcida que la otra y su mirada y sonrisa se retorcían al compás de cada idea planeada.
Al llegar la hora del almuerzo el azabache se fue a sentar a su respectivo lugar junto a su hermana y el pequeño alien en su respectiva mesa con la compañía de keef, el azabache miraba con despreció al pelinaranja pero volteaba una vez pensamientos tristes pasaban por su mente.
Al llegar la hora de la salida el pequeño alien se acercó a la chica.
-oye...-
-hola zim ¿pasa algo?-
-bueno...- se aseguró de que dib ya haya salido -me dijo dib-bestia que quería hablar contigo detrás de la escuela-
-¿a mi? Pero porque no viene él y- volteó a todos lados buscando al azabache y al no encontrarlo suspiro -esta bien, lo veré ahi- guardo sus cosas y salió en dirección a aquel lugar.
El pequeño alien feliz salió del salón, corrió entre los pasillos en dirección opuesta a la que iba la chica y al llegar a un salón vacío entró y salió por la ventana, sacando sus patas aracnidas y subiendo al techo -perfecto- y espero.
La chica al llegar buscó a dib por todos lados y al no encontrarlo volteó, en ese instante zim la golpeó en la cabeza fuertemente dejándola inconciente y llevándose la sin cuidado alguno a su basé.
Ató a la chica en una silla (distinta a dónde había atado a dib) y la dejo en uno de los cuartos de su pequeña casa, en una completa oscuridad.
Zim emocionado bajo a su laboratorio y preparó toda arma y objetó que pudiera hacer daño con emoción, esa noche sería una gran noche.

Yandere zimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora