tercer día tercer semana (miércoles)

700 70 5
                                    

Al día siguente el pequeño alien bajo a su laboratorio y una peculiar mirada estaba presente todo el tiempo, tomo las fotografías que estaban impresas y lar revisó.
-ho mi amado dib, cada expresión tuya es algo tan placentero para mí yo... Espera un minuto- algo había llamado su atención.
La amiga de dib miraba a zim y a dib platicando, mientras ella los observaba, una vez parecía que habían terminado ella volteó a su lectura, sin embargo su rostro se veía molestó.
-... Esta fémina humana...- el pequeño alien se quedó mirando aquella fotografía, miles de pensamiento pasaron por su mente -na~ ella solo es una amiga de mi dib, tal vez se puso celosa por que estábamos platicando y piensa que le intento quitar a su amigo...- sus ojos de loco volvieron a aparecer- ¿Verdad?- y subió a su pequeño santuario para guardar las fotografías, luego volvió a bajar para tomar la cámara fotográfica y aún siendo de madruga salió de su hogar y se dirigió a la casa del azabache.
Al llegar ahí entro con cautela y se acercó a dib, acariciando su mejilla y con una expresión de amor profundo.
-dib... Ella solo es una amiga ¿verdad? Ho mi dib, si tan solo supieras todo lo que he hecho por ti...- su expresión paso a la de un loco, sin embargo seguía mirando a su amado -si tan solo supieras que tanto haría por ti, mi dib, ho mi bello, bello dib- le tomo unas cuantas fotografías y entro a la cama para abrazarlo y sentir su calor.
-amo... ¿Se encuentra bien?-
-claro, me siento mejor que nunca, estoy a un lado del ser que amo, estoy tocando al ser que amo y... Podría besar al ser que amo- lentamente y de nuevo se acercó a los labios del azabache, se aferró a su cuello para poder hacercarse y que su amado no pudiera moverse, el momento era perfecto, no ocurriría nada más que el beso y zim parecía completamente hipnotizado, ya faltaban algunos milímetros para que se juntaran en un beso, zim podía sentir la respiración del azabache y una fuerte corriente eléctrica recorrió su espalda, cuando el azabache ente sueños hablo.
-z.zim~-
Y el nombrado se alejo del rostro de dib saliendo de aquella hipnosis.
-¿q.que estoy haciendo? Demonios, dije que no haría nada grave que dib no quisiera, me exigí a mi mismo a no hacerle nada y mírame... Casi lo beso en... Esos labios tan rosados y... Carnosos- miraba los labios del azabache mientras tragaba saliva, desde lo más profundo de su ser deseaba besarlo, sin embargo y de igual manera se lo negaba.
-no- volteaba hacia otro lado -p.podria dañarme, recuerda que los líquidos dañan a los irkens, s.si por ningún motivo lo besara me dañaría si lo intento, ¿te lo imaginas? El dolor internó que podría sentir-
-amo- hablo la ia del reloj -ni usteded se lo cree, se perfectamente que incluso si lo dañase no se separaría de aquel beso-
-tonterias, zim prefiere primero su seguridad que la de mi humano-
-señor, le dio uno de los videos de seguridad con la posibilidad de que lo descubran y lo diseccionen solo por querer verlo feliz-
-pero sabía que no se lo mostraría a nadie-
-¿esta seguro? ¿Esta completamente seguro de que no lo mostrará a nadie después? ¿Y... Cómo puede estar seguro de que no podría hacerlo justo hoy?-
El pequeño alien se quedó callado, inseguro y con temor, se aferró más al abrazo que le estaba dando a dib y se escondió en su pecho.
-tu no harías eso ¿verdad... Dib?-
-usted no lo sabe, está al tanto de que tanto quiere ser reconocido por todos, está al tanto de que tan exitoso se podría volver tome el camión que tome y ¿sabe que?- el reloj a pesar de que gustaba de molestar tanto a zim como a dib por qué se amaban de alguna manera se comenzaba a desesperar al ver qué se correspondían pero se lo negaban -si no hace algo pronto podrían quitarle al amo dib- aquellas palabras salieron sin pensar, no sabía la situación de la que hace poco zim se había percatado.
El pequeño alien se quedó callado y durante un largo, largo rato se quedó aferrado a su azabache.
Al llegar la mañana, con cuidado se despegó de aquel abrazo con la mayor lentitud y cuando al fin se había separado por completo salió por la ventana y subió al techo para seguir mirándolo desde lejos.
Dib al despertar se sintió algo extrañó, aún podía sentir la sensación del abrazo que le había dado zim y un poco de su calor.
-charls ¿sabes si había alguien con migo?-
-si- el reloj quería hablar, quería que dib supiera de que zim era quien lo cuidaba desde lejos y que al fin ambos pudieran estar juntos -es su acosador personal y es alguien que conoce ¿Sabe?-
Dib se impresionó y se acercó rápidamente emocionado a escuchar al reloj -¡dime quien es!-
Zim desde su lugar miro como dib se emocionaba, tenía un mal precentimiento por la acción del azabache y sin pensarlo entro al cuarto de este rompiendo la ventana.
-¡Ha ja!- grito el pequeño alien -!asi que ya has despertado dib-cosa!-
-¡Zim! ¡¿Que haces en mi habitación?!-
-queria averiguar sobre tu nueva tecnología, esa cosa- señaló el reloj.
-¡ME LO LLEVARE Y NO PODRÍAS DETENERME! HA HA HA HA HA HA HA HA- reía burlonamente.
-JAMAS- tomo su reloj y salió corriendo de su habitación por la ventana rota.
Zim asustado por ver cómo su amado salía por la ventana, con el temor de que dib se haya lastimado por los vidrios rotos se acercó corriendo.
-... ¿Dib-cosa?- se asomó, viendo como dib estaba en el suelo lastimado con algunos vidrios clavados y algunos rasguños, se sintió terrible al verlo herido y que haya sido por su causa -¡Dib!- de inmediato bajo con sus patas aracnidas y se acercó.
-demonios- hablo el azabache cubriéndose el brazo dónde tenía la mayoría de vidrios rotos -esta bien zim, ganas esta-
-¡¿ESTAS LOCO!? !TE QUIERO PERO NO ASI!- al instante se dio cuenta de lo que dijo -ANIQUILAR, ANIQUILAR-
Dib se sonrojo ante las palabras del pequeño alien y miro a otro lado buscando que esté no viera su rostro de vergüenza -zim... Yo...-
-calla- le metió en la boca una de las supernovas que había inventado, sin embargo con un color distinto, tomo unas pinzas de su pak y comenzó a quitar los vidrios clavados de su azabache.
-adoro ver cómo te lastimas dib-cosa, sin embargo no me gusta cuando alguien más lo hace por mí o lo haces por ti mismo- saco un vidrio bruscamente, con todo el dolor de su corazón pero intentando verse completamente agresivo -ademas, si te lastimas hoy de está manera no podré hacerte sufrir por mi mismo ¿Esta claro?-
-...si- algo de tristeza se veía en su expresión -¿Para que es el dulce que me diste? ¿Es algún tipo de cosa para mí sufrimiento?-
-en lo absoluto, es para que te cures más rápido y tú sanación sea optima... Lo utilizo con mis conejillos de indias para poder seguir experimentando en ellos- dijo, a pesar de que lo había hecho especialmente para su amado.
-entiendo...-
El pequeño alien se seguía sintiendo culpable, no quería ver a dib así, una vez termino de sacar todos los vidrios lo miro por unos segundos y antes de irse le dio un beso en la frente para salir corriendo lo más rápido que pudo sin mirar atrás.
Dib se sorprendió, se pasó la mano por la frente y sonrojado sonrió, mirando como zim se alejaba.
-...zim~-
El pequeño alien al llegar a casa se dejó caer, no podía creer lo que acababa de hacer, no quería creer lo que acababa de hacer y no quería averiguar que es lo que pasaría después, se levantó de golpe y miro la puerta, meditaba sobre si ir a la eskuela ese día o no, pero un recuerdo regreso, una imagen de aquella chica junto a dib, sin pensarlo más salió de inmediato del lugar y se dirigió de nuevo a la casa de dib, revisó que su amado no estuviera afuera aún y una vez comprobó aquello subió de nuevo al techo y se asomó al cuarto del azabache.
-ho, no está, entonces ya debería de haber bajado para tomar el desayuno ha~ a esperar entonces- con toda la calma del mundo se recostó en el techo y miro el cielo.
Al poco rato se escuchó la puerta de entrada siendo abierta, dib estaba saliendo feliz e ileso, como si nada de lo que ocurrió hace poco hubiera pasado, el pequeño alien aliviado lo miró desde lejos, saco las patas mecánicas de su Pak y paso entre techo y techo siguiendo a su amado y observándolo desde lejos.
Al llegar a la eskuela el azabache miro hacia atrás y miro por todos los rincones que estaban a su vista, desde hace rato se había percatado de que era seguido, sin embargo no quería voltear a ver hasta llegar a la eskuela, una vez que no encontró a nadie entro más tranquilo.
Zim salió de la parte trasera de una de las chimeneas y se dirigió a la entrada, ese día estaba determinado a seguir a dib a todos lados, entró orgulloso, mantenía una gran sonrisa, al llegar al salón miro a todos y se fue a sentar a su lugar.
Dib no quiso mirar a zim, no dejaba de pensar en aquel beso en su frente de aquella mañana y de alguna manera se había sentido más nervioso de lo usual, solo volteó a verlo por unos segundos y regreso su mirada a la libreta buscando que el pequeño alien no mira su rostro sonrojado.
Al poco rato llegó la chica amiga de dib, zim vió su llegada y no paró de ver a la chica con unos ojos de loco, una sed de sangre poco a poco estaba surgiendo, antes de pudiera levantarse para hacer algo la profesora llegó y comenzó con la clase.
Zim molesto saco su cuaderno y continúo escribiendo aquel fan fic inconcluso.
Al terminar la clase dib salió en dirección a la cafetería y zim lo seguía mirando desde cada rincón que podía para que dib no lo viera, por algún motivo el pequeño alien quería mirar cada acción de dib durante todo el día, pero mientras lo veía se percató de que de vez en cuando la chica también lo hacía, poco a poco la irá de zim crecía hasta que llegó la segunda parte de las clases y la salida.
Dib tranquilo camino de nuevo a casa, sin embargo zim lo seguía persiguiendo por todo el camino hasta llegar a casa de su amado, ya ahí se quedó en el techo mirando durante todo el día hasta el anochecer el cuarto de su dib-cosa.

Yandere zimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora