sexto día tercer semana (sábado)

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Al día siguente el pequeño alien se despertó en la madrugada, el calor de dib lo reconfortaba bastante aún que se sintiera mal por aún no poder decirle nada, aún así sentía que si lo rechazaba dib de manera directa se rompería y quién sabe lo que la obsesión lo obligaría a hacer, subió sobre su azabache y lo miró con ternura, lo beso levemente y poco a poco aquel beso se volvía más y más profundo, zim se separó, sentía su corazón latir demasiado rápido quería escuchar la voz de su azabache y decirle cuánto lo amaba, pero aquella imagen la borro de su imaginación.
-reloj, pienso que sería más factible seguir el consejo de mini alce pero... A la vez siento que no sería lo correcto, pero me siento desesperado por tener a dib y... Ha~ no se que hacer ¿Podrías darme un consejo?-
-para comenzar amo zim ¿Que clase de consejo le dió aquel alce?-
-es uno de... Ha... Olvidalo-
Antes de que llegara la luz zim le dio a dib un último beso y salió de la habitación, tranquilo se dirigió a su basé, muchos pensamientos rondaban su mente quería tomar una decisión lo más pronto posible y al llegar se dió cuenta de que keef estaba en la puerta esperándolo, que bueno que llevaba su disfraz casi todo el tiempo.
-¿Que haces aquí?- pregunto el pequeño alien.
-ho, zim ¿No lo recuerdas? Se supone que saldríamos los dos hoy-
-ha... Lo olvide, bueno... Pero ¿por qué tan temprano?-
-pienso que el día es perfecto como para no esperar más, así que aquí me tienes o... ¿Ibas a hacer algo más?-
-bueno... No tenemos clases, no tengo nada que hacer y ha~... Esta bien, iré contigo-
-EXELENTE ¿A dónde te gustaría ir?-
-a cualquier lugar menos como el lugar apestoso de ayer-
-pero parecías tan tranquilo en el centro comercial-
-tenia que estarlo o me mirarían raro esas bestias inmundas-
-esta bien, vamos al parque-
Ambos caminaron al parque tranquilos con un gran silencio de por medio, zim no quería hablar con keef y este no quería precionar a zim para que hablara, una vez llegaron al parque se sentaron en los columpios y keef comenzó a balancearse levemente.
-dime zim ¿ha pasado algo entre tú y dib?-
-¿algo? JA solo peleas por está bola de tierra-
-justo como en los viejos tiempos-
-¿Viejos tiempos?-
-bueno, como siempre ha sido, pero... Zim, no logro entender ¿cómo es que ambos han llevado la misma rutina durante años? ¿No se cansan de ser enemigos?-
-¡para nada! ZIM JAMÁS SE RENDIRA-
-...MIRA AHI VA DIB-
-¿DONDE?- zim volteó rápidamente hacía todas direcciones con una sonrisa en su rostro esperando verlo.
-JA LO SABIA, TE GUSTA DIB-
-DEMONIOS-
-bueno, parece que tú también le gustas-
-imposible ¿Tú como vas a saber eso?-
-bueno, ayer estabas llorando, corriendo sin mirar nada ni a nadie- se levantó de su lugar y volteó a ver a zim -parecia que escapadas de algo que te había hecho dañó- fue detrás del de piel verde y le comenzó a empujar suavemente para que se balanceara -e incluso si intentabas esconder tu tristeza pude notarla, al poco rato me di cuenta que dib había llegado, nos miro y dió la vuelta con una cara de tristeza-
-¿Que? ¿Dib hizo eso?-
-si, zim, quiero pedirte algo, más bien, es una suplica- detuvo al pequeño alien con un abrazo por la espalda deteniendo el balanceo del columpio -¿podria por favor por favor por favor ser mi amigo? Hace mucho que te extrañaba, fuiste el primer amigo que he tenido y tal vez el único si no logro adaptarme bien, por favor zim, te lo ruego-
Zim se quedó mirando el suelo lleno de pasto, incluso si no sentía nada por keef le daba lástima verlo suplicando.
-esta bien, pero tengo reglas, primer regla, nada de abrazos, ni gestos amigables en ningún momento, me repugnan, regla número dos, le dices algo a dib-cosa y te regreso al manicomio, regla número tres, si te pido algo lo harás inmediatamente y última regla, lo que hablemos entre los dos se queda entre los dos ¿Esta claro? Incumples alguna de las reglas que te acabo de dar y te despediras del mundo que conoces-
-esta bien zim- sonrió ampliamente.
-si bueno... Quisiera pedirte un consejo- hablo tímidamente el pequeño alien.
-¿De que se trata zim?-
-bueno... Se trata de tomar una decisión ante dos cosas, la primera es que... Siga haciendo lo que he estado haciendo siempre para conquistar a mi dib-cosa... Nada y la segunda es... Algo... Que podría dar miedo, algo incorrecto que personalmente me desagradaria hacer en esta situación-
-ha... Bueno zim, ¿que tan mala es la situación desagradable?-
-no mucho, sin embargo no me gustaría aplicarla a dib cosa-
-bueno, podrías no hacerlo claro está, pero si te sientes desesperado ¿tal vez podrías aplicarlo un poco? Quiero decir, am... ¿Que no se de cuenta de lo que hacés?-
El pequeño alien se quedó pensando un momento y sonrió -!es perfecto! ¡Tu idea es perfecta!- y abrazo a keef.
-ho- se sonrojo un poco y correspondió al abrazo -no hay de que amigo-
Y ambos se separaron del abrazo.
Sin se levantó victorioso de aquel lugar -vamos tengo que conseguir cosas para ejecutar el plan-
-¿Cuando piensas hacerlo?-
-esta noche- río maléficamente.
-entendido- keef cargo a zim entre sus hombros y como si estuviera llevando a un niño pequeño corrió como caballo, la escena era tonta, sin embargo se veían bastante felices, ambos amigos corrían hacia la tienda.
Dib por falta de suministros para la casa también había ido de compras y en el camino se encontró con ambos felices, solo que con la particularidad de que keef volteaba a ver mucho a zim.
El azabache los miro desde lejos, quería apartar a keef de zim, sin embargo no debía hacerlo, no se sentía con el derecho de hacerlo por lo ocurrido el día anterior, frustrado siguió su camino mordiéndose un dedo fuertemente sin llegar a sacarse sangre.
Durante todo el día tanto zim cómo keef se la pasaron haciendo tonterías y buscando cosas para el plan de zim y al llegar el alba keef dejo a zim en su casa.
-nos vemos en la eskuela y suerte con tu plan-
-gracias humano keef-
El pequeño alien se puso manos a la obra, entró a su basé y se dirigió directamente al cuarto donde tenía su armario favorito, planeaba arreglar ese lugar y adecuarlo para su plan, salía y entraba con cosas feliz hasta que terminó de arreglar aquel lugar y sin esperar más guardo algunas cosas en su Pak, corrió hasta la casa del azabache y subió al techo vigilando que dib se fuera a dormir.
Una vez dib fue a dormir, espero unas cuantas horas y entro por la ventana.
-es hora del plan mi dib cosa- y acarició su rostro.

Yandere zimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora