quinto día tercer semana (viernes)

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Al llegar la madrugada el pequeño alien se despertó, pensó en llevarse algún objeto de dib pero sabía que eso no podría satisfacer su necesidad, se levantó miró a su amado y pensando por un rato se acercó a su cabello, de su Pak saco unas tijeras y cortó un pequeño mechón de su característico mechón en forma de rayo, saco una bolsa pequeña de su Pak y guardo aquel mechón regresando la bolsa a su Pak.
Antes de irse, antes de que la luz del sol tocará aquella habitación el pequeño alien se acercó de nuevo al rostro de dib y lo volvió a besar, está vez de manera más corta y se fue.
Dib se despertó al poco rato con una sensación cálida en los labios, se sonrojo y se tocó los labios ¿Acaso pudo haber sido zim? Incluso si se lo preguntaba deseaba desde lo más profundo de su ser que haya sido él, deseaba con todas sus fuerzas que haya sido él, feliz se levantó durante toda la mañana tenía una gran sonrisa, se alistó rápidamente y salió de casa más temprano, quería ver a zim, quería estar con zim y hablar con él sobre lo que sentía, sin embargo al llegar a la eskuela vio que zim aún no había llegado.
Entonces recordo lo del día anterior -ha~ maldición, lo había olvidado, tengo que...- se había levantado para salir.
Pero en ese momento llegó la chica -hola dib ¿estás listo para nuestra cita?- sonreía ampliamente.
-no es una cita, es solo una salida de amigos o bueno al menos yo lo veo asi ¿No? Por qué lo dijiste ayer comienzo a pensar que pudiste invitar a zim también ¿No te parece? Según tu eras tan buena persona dándonos un chicle y ahora estás excluyendo a zim en algo que le podría gustar-
-oye, podría ir el solo, hemos vivido aquí por años-
-es cierto, pero no es lo mismo que una salida con amigos, así que o invitamos a zim o te vas sola-
-ha~ está bien-
Pasaron algunos minutos las clases ya estaban por comenzar y el pequeño alien llegó corriendo justo delante de la profesora, se fue a sentar y saco su libreta de inmediato para ponerse a escribir.
-ps~ ps~- la chica intentaba llamar la atención del pequeño alien -zim, zim-
-¿Que pasa?-
-con lo de la salida de hoy...- miro a dib y este se veía enojado -tambien estás invitado-
Zim se alegro, pero pronto se puso serio -esta bien fémina humana, aceptaré ir con ustedes- miro a otro lado feliz.
-ha~ como quieras-
Las clases trancurrieron con normalidad y tanto zim cómo dib tenían una gran sonrisa, zim dibujando en su libreta y dib mirando la ventana, uno al lado del otro anciosos por qué terminarán las clases, hasta que por fin ocurrió.
Zim emocionado hablo a ambos chicos -primero vamos a casa y dentro de dos horas nos vemos en el centro comercial NO NO, FRENTE A LA ESCUELA! SI, ES MAS FACIL ENCONTRARNOS AQUI, ENTONCES, NOS VEMOS- y salió corriendo, emocionado por aquella salida.
Dib estaba a punto de irse de igual manera, sin embargo la chica lo detuvo -dib... Este... Se supone que quería decirte algo en esta salida entonces-
-podras decírmelo después-
-pero es que... Esta bien-
Y dib salió feliz, poco a poco comenzaba a acelerar el pasó, sentía que iba a una cita con zim y eso lo llenaba de alegría.
Al pasar las dos horas todos estaban ya frente la escuela, la chica se puso un vestido bonito mientras que zim y dib iban vestidos como siempre.
Los 2 dos jóvenes y el pequeño alien fueron al centro comercial y comenzaron a pasear por el lugar.
-¿Que les gustaría hacer primero?- hablo dib.
-bueno, a mi me gustaría un helado- hablo la chica.
-ha... Yo... No se me antoja nada- recordaba que le asqueaba toda clase de comida.
El azabache se quedó pensando un rato, recordaba que zim odiaba la comida humana, sin embargo le encantaba lo dulce -¿por que no vamos por unas crepas? Son ligeras, dulces y si quieres podrían dartela con helado-
-me parece bien- sonrió la chica.
El pequeño alien se sentía inseguro, se sentía en alguna clase de competencia por el corazón de dib en ese momento y sabía que si hacia algo mal perdería encantó hacia el azabache -esta bien, pienso que... No me caería mal tan solo un poco-
-descuida zim- le acarició la peluca falza y los ojos brillantes del pequeño alien lo miraron con un pequeño rubor en sus mejillas -te aseguro que te gustarán- sonreia ampliamente.
Ambos jóvenes humanos se acercaron a la tienda de crepas, el pequeño alien los seguía desde atrás tocándose la peluca, frotando aquellos cabellos falsos y cubriéndose la cara evitando reír de felicidad.
Todos al llegar al establecimiento escogieron sus crepas, sin embargo zim no sabía que pedir, no se le antojaba nada.
-am... Zim ¿Te puedo ayudar?- se le acerco el azabache.
-NO, NO, ESTA BIEN, PUEDO SOLO-
-no sabes cuál pedir ¿Cierto?-
-am...- zim se sentía apenado y bastante nervioso -no- hablo con tristeza.
-esta bien, tengo una idea para tu crepa- y el azabache pidió la crepa más dulce que había en el menú.
Después de un rato les entregaron sus crepas, zim seguía sintiéndose apenado y a dib le daba ternura esto, la chica sintiéndose apartada se acercó a dib y le comenzó a hablar de todo tema que pudiera responder que se le podía ocurrir, dib platicaba con ella y zim disfrutaba de su crepa de manera un poco torpe, hasta que escucho a las personas que pasaban cerca de ellos.
-que linda pareja- hablo una niña con su madre.
-que estorbo, tener que cuidar a tu hermano pequeño mientras estás en una cita- hablo un joven.
-mi novio y yo nos vemos mucho mejor juntos- hablaba una joven junto a sus amigas.
En ese momento zim se sintió menospreciado y apartado, se sentía derrotado y vio que no podría estar con dib jamás, entonces en silencio se alejo de ellos y fue al área de juegos para ver las técnicas de los jugadores.
Al poco rato de que zim se había alejado dib se percató de esto y se asusto -¿Zim? ZIM ¿DONDE ESTAS?- volteó a ver a la chica preocupado -oye, tu vaz por la derecha y yo voy por la izquierda, nos encontraremos aquí después de...-
-dib- la chica tomo la mano del azabache, sonrojada.
-¿He?-
-me gustas- la chica se confesó.
Dib no sabía que hacer y justo en el peor momento ya que zim regreso al poco rato, no pudiendo resistir estar cerca de dib, el pequeño alien se acercó, miro a ambos jóvenes y le lanzo la crepa a dib, luego salió corriendo.
-¿Que? ZIM-
-y entonces... ¿Que respondes a mi confesión?- la chica no quería soltar la mano de dib.
-mi respuesta es...- se separó del agarré de la chica -que me gusta zim- y salió corriendo en búsqueda de su pequeño alien.
Zim no paraba de correr, empujaba a todo aquel que se le pusiera enfrente y seguía corriendo, hasta que se topo con un chico alto y de apariencia delgada, pero con una gran fuerza resistencia que pudo detener al pequeño alien.
-SUELTAME- grito zim.
-esta voz... La reconozco- lo levantó y lo miró a los ojos, aquellos ojos húmedos en lágrimas -pero ¿Que paso? ¿Por qué estás llorando?-
-¿humano keef?-
-hace años que no te veía mejor amigo- lo abrazó con cariño y dando vueltas con el pequeño alien en brazos -¿Como has estado zim?-
-p.pero ¿Como? ¿Cuando?-
-ha bueno, me catalogaron de loco por seguir a una ardilla y me llevaron a un manicomio lejos de aquí, una vez reformado me quedé en otra ciudad, sin embargo aún tenía ganas de saber que había pasado contigo y apenas hoy pude llegar, siento que esto es obra del destino el que pudiera encontrarte aquí justo hoy-
-bien, bajame-
-ho, si, si, dime ¿Como han estado todos?-
-igual de insoportables-
-ja ja ja ja ja ja hay zim, eres muy cómico ¡ho! Es cierto ¿por qué estabas llorando?-
-¿Llorando yo? JA tus ojos te juegan una broma-
-podria ser, ya lo han hecho antes-
El pequeño alien trago saliva.
Tanto zim cómo keef siguieron platicando, dib miraba desde lejos aquella escena y se sentía molesto con aquella chica, sin más camino por el centro comercial hasta llegar a la salida y se fue directamente a su hogar haciendo nada más que irse a dormir.
Después de unas horas platicando keef se despidió -pretendo regresar a la escuela a la que iba, zim, espero que nos toque en la misma clase y... ¿Podríamos salir más seguido? Creo que me costará algo de trabajo adaptarme a la sociedad, tal vez, ¿podríamos vernos mañana?-
-esta bien humano keef, adiós-
Y cada quien tomo su camino, zim regreso a su basé y al llegar la noche zim salió en dirección a la casa del azabache y lo beso antes de volver a dormir entre sus brazos.

Yandere zimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora