séptimo día (domingo)

862 84 2
                                    

Zim salió radiante y lleno de vida del armario, caminaba como militar, inflando el pecho y con un gran orgullo, aún era de madrugada, perfecta hora para ir a sacar más fotografías de dib durmiendo, salió de su hogar con su característico disfraz y corrió hasta llegar al hogar del azabache, subió con sus patas aracnidas hasta la ventana de su "enemigo" y entro haciendo el mayor silencio posible.
Dib había tardado demasiado en dormir por aquella sensación de sentirse vigilado, así que sen sentía tan cansado que ni un árbol callendo lo haría despertar.
El pequeño alien se acercó a la cucarachita del día anterior, la tomo y la guardo en su bolsillo.
-buen trabajo, buen diseño, como siempre- se acercó a la gabardina del azabache y se la coloco, era grande, bastante grande para el pequeño alien ¿Cuánto tiempo ha vivido en la tierra? Se quedó mirando el suelo sin hacer movimiento alguno, pensando, lo único que lo hizo reaccionar fue el hecho de que el azabache se acomodo, dio un pequeño quejido por la incomodidad y se volvió a quedar profundamente dormido.
Zim se asustó, se había escondido detrás de la silla intentando no hacer ruido, pero al ver la situación regreso a simplemente a observar a dib.
Cada cosa que tocaba, cada cosa que veía, todo le facinaba, se sentía mucho mejor estando ahí que en su armario y a pesar de que tenía pertenencias y objetos de dib, no se podría comparar con estar ahí, se acercó a mirar a dib, cada movimiento que hacía, escuchar su respiración, acariciar con delicadeza su cabello y sentir su mejilla.
Dib hizo de nuevo un pequeño quejido, la mano de zim estaba algo fría, el pequeño alien quitó la mano asustado y se tiró al suelo esperando a que dib despertara, lo cual no hizo.
Zim regreso a contemplar a dib, quería llegar aún más lejos, miro los labios de dib, pero se alejo, se levantó de dónde estaba y comenzó a tocar todo lo que sabía que dib utilizaba en su vida cotidiana, abrió el armario y encontró varios conjuntos de exactamente el mismo juego de ropa que llevaba diario y algunas prendas distintas a lo de siempre.
-eso explica muchas cosas- susurro el pequeño alien para si, cerro el armario y volteó a ver los objetos que estaban sobre el escritorio, miro la pluma ¡Ho! Aquella pluma mordida y utilizada por dib, aquella pluma parecida a la que tenía, se acercó al escritorio y tomo la pluma, la paso por su rostro como hacía con la otra pluma y una descargar eléctrica paso por su espalda, le encantaba esa sensación e intentaba recrearla, sin embargo en ningún momento era lo mismo.
Frustrado dejo la pluma y siguió observando, algo sencillo tomo su atención, la libreta de dib, la cual estaba un poco maltratada por algunas esquinas, pero en muy buen estado, tomo la libreta y se impresionó, dib también dibujaba cuando se aburria, sin embargo no era tan bueno como zim.
Leyó cada anotación y miró cada dibujo de la libreta, incluso si eran dibujos de él siendo cortado para ser analizado le encantaba que al menos dib se tomará la molestía de poner los detalles de él, al final de la libreta, sobre una hoja en letras grandes estaba escrito ¿Que es lo que planea zim? Y ¿Que es lo que le pasa a zim?
Zim se sorprendió, se puso nervioso y se acercó a la ventana para irse, miró el cielo, ya estaba amaneciendo, recordó que aún no le había sacado fotografías a dib, saco su cámara y se acercó a él tomando unas cuantas fotografías, mirando la pantalla de la cámara fotográfica, reviso una de las fotografías y dib estaba con los ojos entre abiertos.
Zim se asusto, se tiró y entro abajo de la cama.
El azabache estaba despertando, en uno de los parpadeos que dió y vio la silueta de zim se levantó corriendo, quedó sentado sobre su cama, tomo sus lentes y se los colocó, buscaba por su alrededor si veía a zim pero no encontró nada ni a nadie, se levantó los lentes para tallarse lo ojos, los bajo de nuevo, se levantó de la cama y se acercó al armario.
El pequeño alien estaba nervioso, aún traía puesta la gabardina de su "enemigo" y en algún momento él notaría la ausencia de esta, se quitó con cuidado la gabardina con ayuda de sus patas mecánicas y saco la gabardina intentando no hacer absolutamente ningún ruido.
Dib estaba sacando su conjunto de ropa aún seguía algo adormilado, saco su ropa interior y se iba a ir a bañar, pero antes intentó tomar su gabardina, se extraño al no encontrarla en la silla donde siempre la dejaba y la busco con la mirada hasta que la encontró sobre la cama.
Se acercó a su cama -¿Acaso no había dejado yo mi gabardina en el lugar de siempre?- se quedó pensando un momento y se acercó a la silla.
"Que no me encuentre, que no me encuentre, que no me encuentre" pensó el pequeño alien nervioso desde la oscuridad de debajo de la cama.
El azabache busco con la mirada lo que había aplastado en la noche, la pequeña cucaracha y al no encontrarlo volteó hacia todos lados y comenzó a buscar si había alguien o algo y si encontraba a la pequeña cucaracha por aquel lugar, busco en su armario, debajo de su escritorio, detrás de algunos lugares y al final, abajo de la cama.
Zim se había escondido hasta el fondo donde la ocuridad era más profunda y se podría esconder mejor, aún así, cerro los ojos, buscando que dib no viera sus ojos brillando por la luz que se pudiera reflejar.
El chico de lentes al buscar debajo de la cama no podía ver mucho, fue al escritorio, busco entre sus pertenencias de los cajones y saco una linterna, al regresar y mirar debajo de su cama no encontró nada más que algunos agujeros y unos leves arañasos.
Zim había logrado salir, más por milagro que por otra cosa, pero estaba afuera, era feliz, pudo sacar aún más fotografías de su dib y pudo verlo despertar, pudo tocar sus pertenencias y... ¿Dib se preocupo por él?
El pequeño alien se sintió raro, nadie se había preocupado por él jamás aún que tampoco es como si importará mucho... ¿No es así? Tenía que cumplir el propósito por el cual lo habían mandado a la tierra, conquistarla para sus altos, después de todo era un invasor ¿No es así?... ¿No... Es así?
El azabache se estiró, tomo sus cosas y entro a bañarse, por el resto del día estuvo revisando por toda su casa, aquella cucaracha tenía que aparecer, tenía planeado analizarla ya que era extraña y quería estar seguro de que era cosa de zim, aparte quería saber de dónde salieron esos arañazos y agujeros que estaban en lo más oscuro de su cama, muchas teorías se hicieron presente en su mente, escribió en su cuaderno todas las posibilidades que se le cruzaban desde una cucaracha espía hecha por zim hasta un gran mosntruo interdimencional que aparecía por las noches debajo de su cama que adoraba comer cucarachas.
Zim al tener las nuevas fotografías de dib en sus manos se encerró en su preciado armario, sin embargo se veía algo decaído.
Durante todo el día cada quien quedó inmerso en sus propias actividades y pensamientos, ni zim ni dib salieron a hacer nada más que planear y escribir.
Al llegar la noche zim salió de su basé y fue a la casa de dib, subió al techo y desde lejos saco fotografías de dib, claro dando zoom a la cámara para que las fotografías fueran más cercanas, al terminar regreso a su basé, imprimió las fotografías y al tenerlas en su poder regreso a encerrarse en el armario.

Yandere zimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora