primer día segunda semana (lunes)

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Al día siguiente zim se estiró, salió de su escondite y se colocó su disfraz, salió de su hogar y fue directo a la casa de dib con su cámara fotográfica, incluso si ya tenía muchas fotografías de dib quería tener aún más, así que como si de una costumbre se tratase aún que no fuese así subió al techo de la casa, se acercó a la orilla y sacaba desde lejos fotografías de dib, de nuevo quería bajar, estar a su lado y observarlo todo el día, sin embargo sabía que no podía hacerlo, sabía que no debía acerlo, bajo desanimado del techo y se fue caminando a la eskuela.
Dib se despertó, era de dia una paranoia se hizo presente por lo que había pasado el día anterior, quería enfrentan fuese lo que fuese que estuviera debajo de su cama, sin embargo aquellos arañazos y aquellos agujeros al verlos dedujo que eran de algo fuerte ya que el no escucho el sonido y eran algo profundos sin saber que eran cosa de zim causados por sus patas de araña al quitarse la gabardina y salir corriendo por la ventana.
Al llegar el pequeño alien a la eskuela, se sentó en su ahora nuevo lugar, espero pacientemente al azabache mientras lo dibujaba, todos los demás chicos iban llegando a la eskuela, pero dib nunca llegó.
El de piel verde no paraba de voltear a ver a la puerta, pensando que dib se pudo quedar dormido o tal vez se topo con algo que retrasaría su llegada, llegó la profesora, ya había pasado una hora desde que la clase comenzó y dib aún no llegaba.
Dib en casa de quedó en la cama, no había ido a la eskuela no por que le haya dado miedo lo que sea que esté debajo de su cama si no que se quedó pensando, recordó lo que había ocurrido el viernes, aún que había dejado de pensar en ello para estar más tranquilo el fin de semana, no pudo evitar pensar en ello nuevamente.
-... No quiero ir, no voy a ir, pero no debo de faltar ya que papá podria regañarme por ello o solo me daría una gran charla de lo importante que es la escuela para un científico real... Ha~- suspiro algo fastidiado, miro el techo y se acomodo de nuevo para dormir.
Zim no paraba de mirar la puerta y luego el lugar de dib, extrañaba verlo, en serio quería verlo, aún que lo haya visto esa mañana quería ver al azabache con todas sus fuerzas.
-ZIM- grito la profesora.
-¿QUE?- grito zim en respuesta a la profesora.
-DEJA DE MIRAR LA PUERTA ¿A QUIEN ESPERAS?-
uno de los compañeros del salón grito -ZIM ESPERA A SU NOVIO DIB-
-huuuuuu~-
Todos reian por el comentario, los murmuros se hicieron presentes en el salón, algunos iban a zim y se burlaban de él.
El pequeño alien se molestó, gruño un poco y volteó a ver la ventana, los ignoraría todo lo que pudiera, las conversaciones pasaron de el posible noviazgo de zim y dib a por que dib no había ido a la eskuela acompañado de algunos insultos hacia el azabache.
El de piel verde seguía ignorando toda plática hasta que escucho al chico que había golpeado a dib.
-tal vez siguió mi consejo y se fue a morir a un lugar patético como él-
Zim se levantó, fue directo al escritorio y se subió en este para tener más altura -BASURAS HUMANAS DEJEN DE HABLAR- grito a sus compañeros que callaron al escuchar los gritos.
-¿y tú qué?- hablo el mismo chico golpeador -tanbien estás gritando-
-PERO ESO ES POR QUE YA ME TIENEN CANSADO, HUY ZIM Y DIB, EL RARITO DEL SALÓN, EL LOCO DEL SALÓN, INSULTOS HACIA MI Y HACIA DIB SOLO POR QUE USTED SON UNOS HUMANOS ESTÚPIDOS, ES CIERTO, DIB-COSA NO VINO, PERO TAL VEZ POR QUE SE CANSO DE SU GRANDÍSIMA ESTUPIDEZ Y QUISO DESCANSAR DE USTEDES- obviamente zim estaba enojado.
el chico se levantó y puso sus manos en la paleta de su asiento -Y TU QUE ¿HE? USTEDES DOS SIEMPRE SE LA PASAN PELEANDO GRITANDO, HACIENDO ESTUPIDESES Y JODIENDO LA VIDA DE TODOS Y HO, NO SOMOS LOS ÚNICOS QUE JODEN A DIB ¿NO ES ASI ZIM? ¿QUIEN FUE EL QUE LO ATRAGANTO DE TUS ESTÚPIDOS DULCES?-
zim iba a hablar, iba a defenderse, pero aquel chico tenía razón, por tantos años, cada día que podía ambos se peleaban, se detestaban y se lastimaban, el pequeño alien cada que podía se burlaba del azabache y lo humillaba ante sus compañeros, aún así, quería defenderse, quería callar a todos en el salón.
-¿Y QUE? SOLO YO PUEDO LASTIMAR, BURLARME Y HERIR A DIB- COSA-
-¿Por qué? ¿Por qué eres su novio?- las risas se hicieron presentes.
Zim bajo del escritorio y camino en dirección al chico, le dio un golpe en el estómago para que se agachara y cuando el chico lo hizo, el pequeño alien lo tomo de la playera y lo vio directamente.
-por que soy su enemigo, escoria humana- soltó la playera del chico y miro a todo -Y QUE LES QUEDE CLARO, SOLO YO PUEDO LASTIMAR A DIB-COSA POR QUE SOY SU ENEMIGO Y SI ALGUIEN SE LE OCURRE HACERLE ALGO SE LAS VERA CONMIGO- se fue a su lugar tranquilo.
La profesora presenció todo con fastidio, estaba cansada de calmar a todos los chicos y solo se limito a leer el periódico mientras zim daba su discurso, ni siquiera le importó que zim se hubiera subido al escritorio y cuando todo quedó en silencio bajo el periódico y lo dejo sobre el escritorio.
-bien, ya que terminaron de hablar, zim estás castigado por subirte al escritorio, te quedarás a limpiar todo el salón y los demás castigados sin descansó-
Todos se molestaron, a zim le daba igual, la profesora siguió con las clases y el pequeño alien continúo dibujando.
La chica que estaba al lado de zim, aquella que era amiga de dib se quedó mirando al pequeño alien y se acercó un poco para susurrarle.
-te gusta dib ¿verdad?-
Zim iba a gritar, pero se cubrió la boca justo a tiempo, la volteó a ver y se quedó un momento en silencio para que una pequeña risa saliera y está se hiciera un poco más fuerte, como una carcajada ahogada.
-¿Que te hace pensar eso?- dijo intentando contener su risa.
-bueno, yo pensé que... Era eso, quiero decir, lo acabas de defender y...-
-veras fémina humana ¿como pongo está situación para que la entiendas? Solo yo debo de destruir a dib-cosa, solo yo puedo hacerlo sufrir y llorar, solo yo tendré la victoria en esta pelea entre él y yo- lo decía con una clara expresión de furia.
La chica no dijo más y volteó a prestar atención a clase, a pesar de la gran actuación de zim, estaba completamente nervioso al llegar la hora de descanso la profesora cerró la puerta con llave dejando a todos encerrados, al pequeño alien no le importó, ni siquiera que se le acercaran algunos buscando golpearlo.
Cuando el de piel verde se dió cuenta recibió un golpe en el rostro que lo tiro hacia atrás tirando la libreta donde dibujaba, uno de los chicos tomo la libreta, zim miro esto, abrió los ojos lo más que pudo y se lanzo al chico tomando su libreta y guardando la en su Pak.
-¡Basta!- la chica se puso entre zim y los chicos -¡dejenlo en paz, esto no solo es su culpa también es de todos nosotros por seguir el juego, así que dejenlo en paz y haganse responsables de lo que hacen!-
Los chicos miraron a la chica molestos y se fueron a sus lugares.
-gracias... Supongo-
-no hay de que, somos amigos ¿no es así?- la chica sonrió.
La hora del descanso terminó, la profesora regreso a la clase, abrió la puerta y continúo con sus clases, al terminar zim se quedó limpiando el salón, sus compañeros habían hecho un desastre pero al no estar ya nadie saco sus patas aracnidas para terminar más rápido, al terminar salió corriendo hacia la casa del azabache, se subió al techo, espero al anochecer, tomo mas fotografías de dib, bajo, entro con cautela al cuarto del azabache y tomo algo que tal vez dib no extrañaría, un calcetín que estaba polvoso debajo de la cama, feliz se fue a su basé.
Zim entusiasmado miro las fotografías y su nueva adquisición pero se puso triste al ver la expresión de dib en cada una de las fotografías.
El azabache estaba triste, estaba decaído, el pequeño alien al verlo asi se le hizo un nudo en la garganta y por alguna razón quería desesperadamente hacer feliz a dib, pero no lo haría, no sabía cómo y se fue corriendo con el calcetín al armario a encerrarse.

Yandere zimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora