Cuento 16

20 2 0
                                    

Don Tato estaba viejo, tan viejo que nadie sabía porqué seguía en la flota de buses. Por eso no nos extrañó cuando nuestra jefa nos dijo que Don Tato ya no seguía en la empresa. Mejor retirarse ahora que ser un peligro en la calle.

Decidimos hacerle una despedida. Fue un sábado por la tarde. Nadie faltó a la despedida, excepto los que estaban en los últimos turnos. Dimos sentidos discursos, y cómo no, si con Don Tato empezamos todos los principiantes.

La jefa fue la última en hablar. Dijo que nunca había estado en una despedida de este tipo, y eso mostraba el cariño que le teníamos a Don Tato, también dijo que este no era el fin, que Don Tato se renovaría e iría a trabajar con un sobrino suyo que quería abrir un puesto ambulante de hamburguesas.

Como en una escena surrealista, aplaudimos por la noticia. Don Tato, por su parte, no dijo nada, cómo si estas cosas pudiesen importarle. Alzamos nuestras copas en alegría y brindamos.

¡Salud por Don Tato, el mejor bus que la flota ha tenido!

365 Cuentos Cortos De BusesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora