Cuento 29

0 0 0
                                    

Eran las últimas paradas antes de llegar a la terminal y finalizar el día. José vio desde lejos quién le esperaba en la parada. Dudó, pero recapacitó: Peor era seguir que detenerse. Abrió la puerta del bus y él subió, se saludaron con un apretón de manos, mas José no devolvió la pequeña sonrisa que él le regaló. Estaba trabajando.

Fin de jornada y el bus entró a la terminal. Bajó José, también su pasajero.

-¡Primo Flavio!, ¿aprovechándose de la familia, ah? -saludó, a su forma, don Juan, el guardia.

-Usted sabe, hay que aprovechar el viaje gratis -respondió el pasajero mientras caminaba a salida seguido de José.

Caminaron dos o tres cuadras, la casa quedaba cerca.

-¿Todavía primos?

-Todavía -respondió José.

365 Cuentos Cortos De BusesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora