Fenris In Titans ❥ Titans

Prólogo.

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—Entonces... —alargó—. ¿Comida china? —cuestionó, formando un puchero.

—¿No crees que estas abusando?

—Por favor, Meave. Se que hoy te pagaron.

—Ya tienes 15 años, Andy. ¿No crees que ya es tiempo de buscar un trabajo?

—No si no me dejas salir. Sigues diciendo que el mundo es muy peligroso para personas como nosotros.

La sonrisa de la joven se borro por un segundo, volviendo a retomarla antes de girar.

—Es porque lo es, enano.

—Soy 10 centímetros más alto que tú, y tú eres la mayor de los dos. No tienes derecho a llamarme enano.

—¿Alguna vez has escuchado que lo bueno viene en frasco pequeño?

—En ese caso siempre hay una excepción a la regla.

Abrió su boca indignada, tomando la revista de la mesa, golpeando su brazo en repetidas ocasiones mientras el rubio no dejaba de reír.

Era por momentos como ese que se recordaba que valía la pena vivir.

Mientras tuviera a Andy en su vida, no necesitaba nada más.

—Me rindo, me rindo.

—Iré por comida china, pero quedarás a cargo. Y no quiero que le abras la puerta a desconocidos, ¿me oíste?

—No es como si Ted Bundy fuera a tocar. No exageres..

—Hablo en serio. Ningún desconocido, Andy. O mejor a nadie, en realidad.

Se colocó su abrigo y tomó el dinero necesario para comprar la suficiente comida para ambos. Vivir con un chico de 15 años en plena pubertad significaba estar en la pobreza constantemente. La mitad de su dinero se iba en su alimentación y aún así Andy siempre tenía hambre. Su estómago literalmente parecía un pozo sin fondo y es que no entendía como es que su hermano tragaba y tragaba y seguía siendo mucho más delgado que ella.

—Trae fideos fritos.

—Siempre.

Salió sintiendo una gran opresión en el pecho, pero decidió ignorarlo. Sólo estaba siendo paranoica una vez más. Se cambiaban de ciudad constantemente, era imposible que los encontrarán. Meave siempre se encargaba de pasar lo más desapercibida posible y esta vez no había sido la excepción.

De cualquier forma, Andy sabía defenderse.

—Señorita Sofía, no la veía desde ayer.

—Ya sabes como es Alex, ese niño no se cansa de comer jamás.

—¿Lo mismo de siempre?

—Sí, por favor.

Tomó asiento en una esquina, golpeando el suelo con su pie. Estaba nerviosa, la ansiedad no quería dejarla, y mientras más intentaba ignorarla, más fuerte se volvía.

¿Será que Andy estaba en peligro o solo se estaba volviendo más paranoica con los días? Se inclinaba más a la segunda opción. Huir de un orfanato a las 14 años y hacerse cargo de un niño de 9 a esa edad volvería paranoico a cualquiera.

Aún más conociendo su naturaleza.

—Aquí tienes, Sofia —entregó dos bolsas con comida, ella sonrió.

—Muchas gracias.

Caminó de vuelta al edifico. Dando grandes para asegurarse que su dolor de cabeza estuviera bien.

—Espero que hayas puesto la mesa, mocoso. Porque Justo ahora muero de hambre —tiró las llaves sobre el mostrador, cerrando la puerta con su pie, pero no obtuvo respuesta—. ¿Andy? —dejó caer las bolsas viendo el desastre— .¿¡Andy!? Andy, si es una broma esto no es divertido —corrió al baño, sintiendo su alma caer al suelo cuando vio un charco de sangre en el suelo—. ¿¡ANDY!? ANDY POR FAVOR... ANDY, SI ES UNA BROMA TE JURO QUE TE MATO... Andy... —sollozó—. ¡¡ANDYYYY!!

...

—¡RACHEL! — Dick remeció los hombros de la peliazul, despertándola por fin—. Esta bien, esta bien... Era solo una pesadilla. Solo una pesadilla.

—Debemos encontrarla —suplicó—. Debemos ir por ella. Tenemos que ir por ella.

—¿Qué? ¿De que estás hablando?

—La chica de mis sueños. Debemos encontrarla. Por favor. Tenemos que encontrarla. Ella nos necesita. Nos necesita ahora, Dick... —sollozó—. Por favor... tenemos que encontrarla.

—Esta bien, tranquilízate, respira —limpio sus lágrimas, sin entender nada —. Vayamos con calma, Rach. ¿A quién tenemos que encontrar?

—Meave... Su nombre es Meave.

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¿Tengo una pequeña obsesión con unir las series de Marvel y Dc? Pues sí

Entonces aquí vamos de nuevo...