16

89 18 8
                                    

Primer día que él esté fuera de casa y ya lo extraño.

No sé cómo decirle que no debí decirle esas cosas o ese pequeño hombre hará cosas que entre los dos sabemos que no va a ser lindo. Ni siquiera repasa a Koichi y aún tiene ese intento de amabilidad con todos, él dejo de temerme, ni idea si dejó de tenerle envidia a Josuke por su popularidad, a Koichi de tenerle rencor y a Rohan nunca lo dejó de admirar pero no quiero imaginar que ese fanatismo se vaya de las manos por más que lo intentes ignorar y reír falsamente de sus chistes sin gracia, poner esa cara de sáquenme de aquí y echarlo de su vista porque no lo soporta, Nadie lo soporta, solo Koichi por tener gustos en común, gusto que es acerca de sus mangas que redacta y publica, esos escritos que a veces me muestra Rohan con orgulloso porque lo son los para él, hace lo que a él le gusta por placer en vez de vivir en una vida de amargura y hacer lo que uno no le guste.

Lo admito, fui un idiota pero si lo intento llamar me tratará mal, estará frío conmigo pero no pierdan nada intentándolo.

Alguien toca la puerta, menos mal no estoy trabajando aún, el viejo dijo que debía tomar unas vacaciones para procesar bien el tema de haberme divorciado con la madre de Jolyne así que por eso estoy aquí en Morioh pero gustar de alguien más que no sea ella ni Kakyoin es una sorpresa que hasta yo mismo me llevo.
Abrí la puerta, quien sea que no fuera, era insistente y eso empezaba a irritarme. No fue gran sorpresa abrir y ver quién era.

–Hola, señor Kujo –saluda con esa sonrisa burlona–. Años sin verlo.

–Pierdo mi tiempo contigo. Piérdete, Hazamada.

–Espera –me detiene antes de cerrarle la puerta en la cara.

Aún así terminé por cerrarle la puerta en la cara hasta que el teléfono empezó a sonar, es ese entonces en que quedé como total idiota y enseguida deduje que era él. Rápidamente fui a atender la llamada.

–¿Podrías pasarme a Hazamada, cabeza hueca? Por no decirte otros insultos peores.

Era claro que él no me quiere en casa pero no podía hacer más que decir su nombre decepcionado.

¿Cómo decirle que extraño cuando me acariciaba y me trataba como si fuera especial para él? Pero cuando le pude haber mostrado mi confianza, que volviera que y declararme lo arruiné por miedo.

–Rohan –fue lo único que pude procesar.

–Gran Rohan Kishibe para ti. Hazamada cuidará la casa mientras no esté. Ve armando tus cosas, no te quiero ver en casa.

Antes que pudiera decir una sola palabra cortó la llamada, se siente como si algo presionara tu pecho y tuvieras la necesidad de buscar aire para poder quitar esa presión pero aunque lo lograse no se puede, no es como si no respirara, solo me dificulta poder hacerlo. Por alguna razón duele que sus palabras hacia mí sean dolorosas, quizá realmente lo esté empezando a querer cuando quise empezar a quererme y repararme a pesar de que no me haya dolido tanto el divorcio como a mi ex esposa.
Duele sentirme incompleto pero quizá no sea eso, tan solo tal vez esté confundiendo las cosas. Necesito pensarlo antes de hacer algo que quizá lo cautive hacia mi o tan solo sea una razón más para que olvide y abandone a mi suerte.

Volvieron a tocar la puerta, al abrir era Hazamada otra vez.

–Mañana me marcho, estaré haciendo mis cosas –anuncié serio como siempre–. No necesito tus burlas.

–¿"Burlas"? –replica– Para nada, te ayudaré a empacar.

Supuse que puedo confiar en él así que fui por mis cosas y él me ayudó sin quejas. Lo incómodo no fue eso, quedamos hasta en cenar juntos y yo dormiría en el sofá por más que no quepa allí. Lo que empieza a incomodar fue el momento de la cena.

–¿Y cómo es que tú y Rohan empezaron a salir?

No tuve problema en responderlo, parecía una simple pregunta, en responderle no tenía dudas.

–Él me besó –respondo–, el beso no terminó como esperábamos, no es que haya terminamos mal. Me gustó.

Es incómodo por el hecho de que no sabré qué preguntará después, eso me da desconfianza de lo que hará después. De lo que yo sepa, Hazamada no tiene el sentido común por lo que me han contado, me enteré por Rohan las extrañas cosas que ha hecho y por pervertido, alguien que luego no tomas tanta confianza.

–¿Y cómo es él en la cama?

Mi sonrojo delató toda su respuesta y él empieza a reír. Dejé de comer y me retiré de la mesa. Sus intensiones con él no iba a ser solo hacerse el amable, a parecer su mente quiere probar algo nuevo y eso no me agrada saber de que lo querría hacer con quien tanto admira.

Necesito volver a recuperar su confianza por más que sepa que no caería en los brazos de un idiota.

ComplétameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora