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29 de octubre, es su cumpleaños. No quiso celebrarlo con nadie más, no sabía mucho de su familia y hace poco había vuelto a casa de haber visitado a mi madre así que decidió por pasar el dis juntos.

Lo tengo en mis brazo, viendo una película juntos. No podía ser más hermoso el momento.

–Se siente bien estar junto a ti –susurra, acurrucándose aún más hacia mi.

Creo que él sabe lo suficiente de lo bien que a veces uno s siente con alguien, que te sientes completo aún sabiendo que tu búsqueda de media naranja no es una existencia totalmente cierta, al fin y al cabo, él y yo, hay una gran compatibilidad que a veces te hace sentir como si hubiera un hilo rojo atado a nuestros meñiques que nos conectan. Sabes que eres un ser completo pero esa sensación de estar junto a quien te hace sentir tan bien como si te hubiera completado es la sensación más reconfortante y que solo he logrado tener con él.

La película finalizó y lo tomé en brazos con tal de ir a la cama juntos y dormir. Una vez en el cuarto lo acomodé en la cama, nos quedamos mirando a los ojos, sentados sobre la cama..

–¿Rohan?

–¿Mm? –me mira atento.

Me acerqué a su rostro con mi labio tiritando sin poder pronunciar con facilidad las palabras.

–Te quiero –solté.

Él miró confuso, sabe que no es lo que quiero decir.

De abril hasta octubre, seis meses juntos, no podía ser más feliz y quería esta noche darle el mejor regalo más de estar dentro de él. Merecía las palabras buscaba. Robé de sus labios un largo y lento beso, beso que terminó por acostarlo en la cama, haciendo que sea aferrara a mi cuello pidiendo más y soltara suspiros hasta el punto en que tomé distancia de nuestro rostro. Admiré su cuerpo por unos pocos segundos y volví a mirar a los ojos, sintiendo mi corazón latir y mi excitación por él empezar a mostrarse.

–Te amo, Rohan Kishibe –dije de una vez.

Volvimos a besarnos y esta vez cambiamos de posición con él encima de mi. No nos separamos del beso por decir otras palabras sino por necesidad de respirar.

–Yo te amo más, Jotaro Kujo –responde acariciando mi pecho.

Las caricias empezaron a ser circulares por mi pecho y su mirada dijo todo lo que quería en ese momento. Era momento de darle su segundo regalo de este día por lo que ya tenía un par de sorpresas en el cajón del velador. Se acomoda en mi entrepierna con tal de provocarme, está claro decir que logra su propósito.

–Jotaro –dice mi nombre en un suspiro.

Sabía la frase que iba a venir, ese deseo que pide cada vez que lo llegamos a hacer. Toma mis manos y las coloca en sus nalgas, continúa con acariciar mi pecho, se incluían hacia adelante, abriendo más sus piernas sabiendo la sensación que me da. Y allí inicia toda la acción de la noche con tan solo pedirlo con esa palabra y de esa manera que me seduce tanto.

–Complétame.

Al menos él sabe que después de todo lo que sucederá esta noche, todas las noches que sigan, seguiré allí para él no solo para esto sino para amarlo y valorarlo. Completar el rompecabezas de la vida sabiendo lo que espera después y aún así estar junto a él.
Porque ahora él me ve frente a él, porque ahora tengo sus ojos mirándome a mi, y sin querer ser más egoísta, solo deseo mantener el brillo en sus ojos, que esas esmeraldas nunca se vayan.

Ya no me siento incompleto porque ahora estoy él. Ya no hay vacío, hay ternura que provoca en mi corazón. Ternura y amor que de seguro no podría dárselo a nadie más a que a él.

ComplétameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora