Capítulo 24

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Brisa.

Me quito el gorro en la puerta del quirófano.

Volver al trabajo después de unos días de descanso es muy agotador porque te hace recordar lo bien que estabas antes.

– Voy a realizar los papeles del postoperatorio – me informa Joshua.

– No, tranquilo. Lo hago yo.

– Tienes una cita con tu novio, déjame agilizar el papeleo.

Termino aceptando y me encamino al vestuario para quitarme la ropa del quirófano y ponerme la bata de médico para pasear por el hospital. No me gusta ir con mi ropa de la calle por dentro por si hay alguna urgencia, estar preparada.

Me cambio y salgo por la puerta.

Voy directa a mi despacho donde veo a una persona esperándome. A una mujer.

– ¿Necesita que la ayude en algo?

La mujer se gira y me quedo estática al ver su rostro.

La analizo de arriba abajo. Hacía tanto que no la veía que es extraño tenerla aquí, en frente de mí.

– ¿Qué tal, Brisa?

Vanessa me sonríe, pero aún no soy capaz de reaccionar al verla aquí conmigo.

– Hola... ¿Qué... qué haces aquí?

Avanzo hacia ella y... al fin logro reacción y le doy un corto abrazo.

Abro la puerta del despacho y la invito a pasar. Ella continúa sonriendo, pero no se le ve muy alegre.

– He venido a hacerme unas pruebas rutinarias y de paso me ha parecido buena idea pasar a saludarte.

– Oh...

Parpadeo varias veces... Es extraño mirarla a la cara porque no puedo verla a ella, veo a Tim. Se parecen tanto que... no sé.

– ¿Y cómo estás? ¿Todo bien por casa?

– Sí, ya sabes papá y mamá siguen como siempre y mis hermanos se han casado.

– Ya...

No sé si sentarme en la silla, decirle que se siente o que... Hacía años que no hablábamos cara a cara, porque a mí me recordaba a su hermano y no quería estar cerca de ella para no pensar en él.

– En verdad... he venido aquí para hablar contigo.

– ¿Qué ocurre?

Se sienta y por comodidad la imito.

– Sabes que tú y yo siempre hemos sido como hermanas y te agradezco todo lo que has hecho por nosotros... Has sido alguien muy importante en nuestra familia – empieza a palpitar mi corazón porque no sé que puede decirme – No quiero parecer una víbora, ni mala persona.

Me toma las manos y yo siento sus nervios. Le tiemblan las manos y las tiene frías.

– Nunca pensaría que eres mala persona.

– Me he enterado que estás saliendo con alguien – me mira fijamente y entiendo todo a la vez – ¿Tim lo sabe? ¿Sabe que...? No sé ni que digo... – piensa sus palabras – No creo que sea buena idea que salgas con él, teniendo ya...

– ¿Novio? – termino su frase.

Así es... Tim y yo nunca rompimos oficialmente.

– Sí, bueno, ya sabes – su tristeza me asola a mí – Timothy y tú sois almas gemelas y cuando me enteré que salías con otro hombre... Me puse a llorar.

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