Capítulo 13

52 24 81
                                    

Brisa.

No esperaba pasármelo tan bien hoy, pero Irina sabe como montar una buena fiesta y sus amigas son bastante agradables.

He bailado, reído y celebrado su aniversario como si fuera una amiga más. Eleazar nos ha agradecido que viniéramos y Enys ha aprovechado toda la noche para emborracharse, como hace siempre.

Yo llevo las dos horas vigilando a Privel y no ha bebido nada del alcohol. Lleva una botella de agua en la mano y se basta con eso, como yo.

He bailado con todos y he enseñado mis movimientos secretos, que son horrorosos. No soy buena bailarina.

Me acerco a Privel que se ha alejado un poco de nuestro grupo. Parece como si quisiera tomar el aire o necesitara despejarse.

– ¿Estás bien?

Me paro en frente de él y veo como le suda la frente. Es normal en alguien que se está desintoxicándose. Sudar por casi todo, debido al estrés.

– Sí – bebe un poco de agua.

Algunas chicas nos miran y cuchichean porque saben perfectamente quién es él.

– Si te sientes abrumado, infórmame.

– Estoy acostumbrado a la gente y a las fans.

Le doy un toque en el hombro antes de pasar por su lado.

– No me refiero a eso.

Su mirada se detiene en la mía y veo una clara complicidad. Ha entendido de que hablaba.

– Vale, gracias.

Después de una hora más bailando pido que nos sentemos en el reservado donde han preparado una tarta de cumpleaños con velas gigantes. También han contratado a una vedette para que haga un espectáculo y anime un poco la celebración.

Irina sabe cómo organizarlo todo.

– ¡No me lo puedo creer! – escucho una voz aguda y algo silbante.

Sé de quién es esa voz.

Enys abre los ojos y me señala la puerta. Cuando me giro, veo de quién se trata.

– ¡Eres tú, sin duda! – se acerca a mí con efusividad y me abraza – Aunque tiene el pelo más oscuro y te has cambiado el maquillaje.

– Giselle.

Han dejado de hablar a nuestro alrededor y solo se escucha la música de la discoteca. Parece que todos están atentos a nuestra conversación.

– Estás hermosa, estrella.

– Digo lo mismo – la saludo con dos besos – ¿Qué haces aquí?

Ella se aleja y se aparta el pelo de la cara dejando ver su busto decorado con un corsé negro y rojo. Sus pechos están más exuberantes de lo que recordaba y parece tener más curvas en las caderas.

– Cuando dejé los escenarios quise volver al mundo del exhibicionismo, así que me uní a este local.

– ¿Aún haces cabaret?

Asiente y pasa la vista por los presentes.

– Brisa, ¿de qué conoces a Giselle? – pregunta Yefrem. Parece emocionado – Un gusto conocerla, de pequeño tenía un fuerte crush contigo.

– Aaw, que bonito... – pestañea con coquetería – Estrella y yo nos conocimos en los escenarios.

Me tenso y la corrijo con rapidez.

– Tuvo un accidente en un concierto y mi madre la atendió en el hospital – explico con más detalles – Así la conocí.

Giselle se ríe y pasa un brazo por la flexura de mi codo, apoyándose sobre mí.

Millones De Símbolos ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora