/ / sᴏʟᴏ ᴘᴏʀ ᴛɪ / /

·͟͟͟͟͟͟͞͞͞͞͞͞➳❥ɪɴᴛᴏ ᴛʜᴇ ᴡᴏᴏᴅꜱ

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✦𝑩 𝑼 𝑮 𝑯 𝑬 𝑨 𝑫✦

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Sangre.
Polly.
Gemelos.
El cadáver de Jason.
Un arma.
Culpa.
Muerte.
Una ciudad envuelta en misterio y sospecha.

La oscuridad del asesinato tenía monstruos más grandes que la muerte.

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Los gemelos chillaron al ser estrangulados por Betty, aquel acto estaba incitando a la oscuridad oculta en ella, haciéndole señas para que saliera de las sombras.

Por otro lado, Betty le estaba rogando a la oscuridad que se detuviera, pero algo muy dentro de ella no la dejó detenerse. Ella quería, pero no podía parar...

Mientras ella extrangulaba a los gemelos, Polly en un rincón gritaba para que se detenga mientras sostenía al cadaver de Jason en sus manos. Betty estaba llena de sangre y a su lado yacía un arma.

《¡Soy Betty Cooper y sé que no soy una mala persona!》

Pensó mientras se retorcía en medio de su pesadilla. El mal estaba sofocando, aparentemente, la luz. Pero de la oscuridad surgió una figura. Una persona singular con esperanza.

«Betty...»

Susurró la voz.

Jughead... Jughead Jones III. Ella estaba soñando con él.

«¡Despierta, Betty! ¡Es solo un sueño! ¡Solo un sueño! ¡Despierta!»

Él gritó. La voz sonaba tan real... Misteriosamente real... Pero, ¿Era sólo un sueño?

Betty se sacudió de su pesadilla, con el aliento entrecortado, el pecho agitado y el sudor frío goteando por sus sienes.

Las sábanas estaban enredadas y revueltas alrededor de ella, de modo que yacía en medio de un capullo como una franja de mantas.

Una voz seguía repitiendo su nombre, diciéndole que estaba a salvo, que él estaba allí. Fue entonces cuando se dio cuenta del cuerpo cálido a su lado en su cama.

―Betty, está bien, fue solo una pesadilla, ¡Estoy aquí!― dijo Jughead. Estaba sentado al lado de Betty, sus manos sobre sus hombros, el calor de sus manos la calmaba, convenciéndola de que estaba despierta y la hacían sentir segura.

Jughead llevaba una camiseta de Pink Floyd y pantalones negros, su característico gorro yacía en el suelo para que sus cabellos oscuros fueran visibles.

Betty vestía una camiseta blanca sin mangas con pantalones cortos negros, su cabello suelto y ondulado.

―¿J-Jughead?―ella jadeó, sentada estaba masajeándose el pecho, tratando de recuperar su patrón de respiración normal.

―Hola, Juliet― dijo Jughead. A pesar de la horrible pesadilla, Betty dejó escapar una carcajada. Se dejó caer contra las almohadas, con un brazo sobre los ojos. Jughead se acostó a su lado y ella se puso de lado para mirarlo. Él alcanzó sus manos, sus dedos se enredaron con los de ella. Ella se movió más cerca, apoyando su cabeza sobre su hombro y descansando en él, cerrando sus ojos.

No era musculoso, pero seguía siendo sólido, ella se sentía segura apoyándose contra él. El peso que apretaba su corazón disminuyó cuando Jughead deslizó un brazo debajo de su espalda, abrazándola. Podía sentir sus latidos constantes mientras apoyaba una mano sobre su pecho.