CAPÍTULO 5: CHOCOLATE QUE TENDRÁS

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-¿Entonces? ¿qué le parece?

-...

-¡Vamos! ¡Di algo Aniiki! –el joven pelinegro estaba muy animado.

-...

-Si quiere podemos ver otra talla. Estas en sí son muestras. La que se hará para usted es más definido, señor. –le hizo una reverencia.

Pero Sanemi no sabía qué decir. Estaba delante de un espejo cuerpo completo viendo su traje de boda en esa tienda para novios. El clásico traje negro que el novio tenía que usar ese día. Apenas había pasado un día desde la presentación con los Koizumi y su hermano lo terminó arrojando a ese lugar. Lo peor, si se le puede agregar a la desgracia en sí, era que no estaban solo. Como si no fuera suficiente que todos lo miraran por el hecho que se iba a casar, aquellos niños también lo supieron y fueron los primeros a verlo.

-A mi me gusta. –decía aquel chico de aretes.

-Creo que un aspecto más salvaje sería perfecto. –replicó aquello chico jabalí- ¿no tiene algunos rasgados?

-¡Mi traje será más bonito en mi boda con Nezuko-chan! –gritó el rubio.

-¿Por qué... ellos están aquí? –una vena de molestia sobresalía de su frente.

-Bueno... -Genya intentaba calmarlo- jejeje... eres el novio.

-¡Es una boda! ¡Es algo que todos debemos festejar! –Kamado sonreía- Las bodas son una de las cosas más bonitas.

-Yo espero que haya rica comida. ¡Sí, señor!

-¡Iré con Nezuko-chan!

-Inosuke... -Tanjirou lo miró inexpresivo- ¡Es ni se duda! –le sonrió- ¡Todos iremos!

-Nadie los invitó. –Sanemi contenía su ira- pueden irse.

-¿Cómo? ¿Te atreves a no invitarnos? –el jabalí se paró- ¡grosero! ¡qué clase de mujer se va a casar contigo!

-Calama, Inosuke. Son los nervios de la boda. –Tanjiro lo sujetó de la muñeca- ¡Verdad! ¡tengo que comprarle un bonito kimono a Nezuko para la ocasión!

-¡Yo le compraré también!

-... -Era claro que las palabras de Sanemi poco o nada importaban.

-¿Entonces, señor? ¿Qué le parece? –decía el encargado del establecimiento.

-... -Y nuevamente se vio al espejo. Podía ver detrás suyo a esos tres idiotas que levantaban el pulgar como confirmación de que se le veía bien aquel traje, pero ¿era verdad? Era la primera vez en su vida que se ponía algo tan elegante y de una textura tan suave.

El traje de por sí que era un negro con leves partes blancas tapaba casi todas sus cicatrices. A excepción de las de su rostro. Se miró a los ojos examinándose de pies a cabeza, ¿se veía bien? No tenía sentido nada de eso, pero él estaba ahí. Aquella joven le había dado motivos de sobra para no continuar con aquel compromiso, pero no. Él simplemente lo dejó a elección de ella. Si ella no quería ser su esposa que ella misma se encargara de ello. Su corazón latía mucho cuando fue el momento, cuando esperó la respuesta de ella. Y toda la tensión se esfumó cuando ella solo preguntó por la fecha de la boda. Ambos estaban aceptando casarse, sin embargo, toda esa tensión había vuelto cuando tenía que ver qué traje usar. El problema no era el modelo porque para el novio siempre era el mismo. El problema era la talla y que quede en armonía con la novia. Algunos decían que una tonalidad más oscura resaltaría con la novia, otros preferían un negro más "pacífico". A esto se le agregaba el tipo de tela que se iba a usar.

PUENTE DE CRISTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora