Según ese libro, ella debería poder diferenciar a las plantas por el borde de sus puntas. Algunas tenían una punta bien específica y otras eran redondas. Además; según el libro, dependiendo de la intensidad del aroma podría saber cuál era cuál.
Sí, sencillo. Tan sencillo que por más que leía ese libro y tenía las plantas delante de ella, le resultaba difícil distinguir cuál era cuál. Seri llevaba sus ojos de los libros a la planta. Sí bien sabía algo sobre botánica, se podría decir que no era su fuerte. Más bien era una falencia que siempre tenía y apenas sabía los primeros auxilios. Y un tiempo atrás que sería suficiente o que en sí en lo profundo de las montañas aprendería algún secreto que la haga diferenciar algo tan simple. Claro, hace un tiempo atrás no pensó que estaría casada ni que sería una forma de poder ayudarlo. Sí, hace un tiempo no pasó por su mente todo lo que vivía, pero...
Tampoco esperaba sentir esos encima suyo que no se le despegaba. Cuando alzaba la mirada, Genya le daba una tierna sonrisa que solo podía hacer lo mismo. Así era al principio, pero él seguía ahí. La seguía mirando mientras ella tenía ese libro en la mesa y aquellas macetas con dos plantas muy parecidas.
-Eh... ¿t-todo... bien? –le sonrió.
-Ah... ¡Ah! ¡Sí! ¡Sí! –asintió- Todo bien. Y ¿tú?
-Sí... -indicó el libro- Estudiando... je...
-Bien.
-¿Quieres una galletas?
-No, no. Aniiki dijo que no debo estar gordo.
-Sí... je, je. Comprendo... je, je. –él asintió y le volvió a sonreír.
Y después simplemente la mirada de a joven volvía a esos libros. Era muy extraño. Seri no entendía por qué Genya de un momento a otro decidió "seguir". Simplemente se quedó al lado suyo. Al principio pensó que era porque el joven estaba tan casando de entrenar.
Sanemi lo explotaba prácticamente todos los días diciéndole que no sea un vago. Y Genya aceptaba sin chistar. Había que reconocer que su esposo podía dar cierto miedo si se lo proponía. Así que capaz Genya simplemente quería unos días de descanso. El clima era agradable para tomar un poco de té y sentir el aroma de la primavera, pero los días fueron pasando y Genya la acompañaba a todos lados.
Seri pensó que sería porque él podría considerar pesado lo que cargaba o peligroso, pero ya eran apenas las once de la mañana, Sanemi se fue a trabajar y Genya seguía ahí. Al lado suyo.
Y aún cuando cerraba el libro y se preparaba para ir a la finca mariposa, ya lo tenía al laso suyo en pleno camino.
-Genya...
-Dime. –le volvió a sonreír- ¿te ayudo con ese libro?
-Ah... no, descuida. No pesa. –era un joven muy gentil, pero...- ¿A dónde vas ahora?
-¿A dónde vas tú? ¿A la finca mariposa? –ella asintió lentamente- Bien, justo yo también je, je. Me deben revisar un vendaje.
-Ah... comprendo. Bien.
Pero eso había dicho el día anterior. Y el anterior a ese. Un vendaje, una gaza, un ungüento o un simple té, pero Genya también iba a donde ella iba.
Al final terminaron llegando a la finca y Aoi se encontraba regañando a Inozuke como costumbre. Era una escena muy común en sí. Él se lastimaba como si nada y Aoi venía con una cacerola a gritarle que no sea impertinente. Y al final terminaba dándole un gran obento.
-Esos dos... -Genya lo tenía claro.
-Van a terminar juntos. –contestó su cuñada.
-Confirmo.
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PUENTE DE CRISTAL
FanficAcabó la guerra contra Muzan, se siente la victoria entre los cazadores de demonios, pero aún quedan algunos rondando. Mientras una carta dejada por el difunto Ubuyashiki deja al pilar del viento en una encrucijada: "Espero que puedas ser feliz." D...