Capitulo 5 _ racion de doritos y números _

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Odette.

Como lo es usual, salir a hacer las compras al supermercado con Tami es una distracción en la semana, la que nos ayuda a concentrarnos en la despensa para casa y no a pensar en otras cosas, como a mi por ejemplo: no recordar tanto a Iam.

Él era mi sueño, ese presiado que guardaba y que deseaba. Por mucho pensé que sería imposible estar a su lado y lo he conocido, es magnífico, como estar en un cuento donde solo su voz narra lo más bello que pudiese escuchar. Después de tanto, cada ensoñación con él se evaporó, siendo más realista él nunca estaría conmigo como en alguna ilusión, él ya tiene novia, su pareja.

Ya me he hecho idea de que nunca existirá un tú y yo entre nosotros, apesar de que su sonrisa me guíe a la mismísima gloria no podría llegar a ella porque no lo tengo totalmente a él.

Suspiro cansada, no puedo hacer nada al respecto, tal vez solo seguiré cantando como vengo haciendo hace minutos. Mi amiga no detiene mis tarareos ya que ella también se unió a la sinfónia. En verdad siempre me ha gustado cantar, según Tami es uno de mis talentos y debería ser famosa; rio con exageración cada vez que mi amiga me dice que mi voz es "celestial".

Nunca he planeado nada para mi futuro por ciertas cuestiones así que planificar una vida de artística si quiera ha pasado por mí mente aunque si lo imagino, no niego que sería una gran aventura.

Con interés noto la sección de "postres" y sin pensarlo tanto me dirijo ahí, necesito unos cuantos para todo el mes, y sé que cada uno cuesta lo que no puedo pagar por el momento pero me daré un gusto, he trabajado tanto y sé que a Tami también le gustan los dulces. Recuerdo cuando nos mudamos juntas, la primera semana, queríamos hacer un flan de chocolate por lo que compramos la cajita para preparar pero no salió igual a los que venden en pote, por ende a pesar de que el precio varie y que un postre de caja rinda más pues, nosotras preferimos el envasado, aunque sea una vez al mes nos permitimos comprarlos.

Cuando alcanzo los que quiero me rio sola al pensar en disgustarlos mientras miro por tv alguna serie de vampiros. Siendo honesta los tramas así me atrapan, ni hablar cuando hace años he visto una película de Drácula, era antigua pero apesar de que desprendía ficción, en la misma también note cierta profundidad en los sentimientos de cada personaje.

-- disculpa querida — a mi lado se encuentra un chico, sonrio tímida porque culpa de mis pensamientos me pierdo , por suerte él luce paciente y es muy lindo, su cabello castaño y despeinado me haría reír si fuese otra la situación.

Dejo de pensar tanto y presto más atención, él señala el postre de crema y chantilly que sostengo en mi mano y observa detrás suyo, una niña está sentada en el carrito.

— puede que no esté bien pedirlo pero es el último que queda, el favorito de mí hija ¿podría llevarlo?

Que decisión difícil. No se bien que hacer, parece algo fácil de aceptar pero...

¡Quiere llevarse el postre que es para Tami!

¿Qué le digo? y ¿dónde está mi amiga?

Que lio, sé que estamos en un supermercado y que aquí no sería inseguro pero una vez se perdió, es decir, la busqué y no estaba. Después de media hora por suerte nos encontramos, ella se había quedado dormida en la sección literaria.

Bueno, cuestión que con disimulo observo el rostro de la hija del chico, se ve adorable, intento no pensar tanto en mi infancia al ver que me sonríe con ánimos.

Siempre tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora