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Harry miró al niño pelirrojo y a la niña castaña irse rápidamente de la cabina, sentía sus ojos lagrimear y sus manos temblar, a su lado, Zita gruñía y temblaba casi tanto como sus manos.

—¡Y el animal soy yo!— recriminó bufando de la ira—. Los humanos son las verdaderas bestias, mira que tratar de aprovecharse tan descaradamente de otros.

Harry no pudo responder, con la vista fija en la puerta de madera y cristal cerrada, pudo notar que había pasado bastante tiempo desde que habían subido al tren, la estación parecía haberse estancado en la edad media, como toda la decoración y casas del Mundo Mágico.

Harry tomó sus cosas y, con ayuda de un toque de su varita, las encogió y salió de la cabina con Zita siguiendo sus casos, gruñendo a todo el que se le quedaba viendo por más de un segundo.

—¿¡Qué ves lerdo?!— bufó y chilló cuando uno de los prefectos intentó tomarlo en brazos—. ¡Suéltame, zanahoria!

—Está prohibido llevar animales de categoría XXX o superior a Hogwarts— dijo uno de los chicos que cuidaban las puertas del tren, Harry volteó y lo encaró de inmediato, sus ojos brillaban en un intenso azul y sus cabellos del color del pasto en primavera revolotearon hacia el chico pelirrojo de copiosas pecas, justo como las del chico Weasley que había conocido en el tren.

—Zita no es peligroso— trató de apaciguar al ser fantástico intentando tomarlo en brazos.

—Las reglas de la escuela son bastante estrictas con respecto a las mascotas permitidas en Hogwarts— Harry tragó en seco al ver que el pelirrojo tomaba con fuerza al Jarvey del cogote, sintiendo un ligero escozor en su propio cuello.

—¡El me nombró, cagarruta de gusano!— rugió el animal meneando su cuerpo entre el fuerte agarre del pelirrojo y arañando el aire con sus pequeñas garras.

Mientras tanto, los estudiantes, que habían estado prestando atención a alguna explicación de un hombre particularmente alto y de cabellos negros espesos; parecieron darse cuenta de la situación que tomaba lugar a sus espaldas y giraron sus cabezas para ver el origen de tanto jaleo, encontrando a un pequeño metamórfago tratando de tomar a su mascota de los brazos de un chico mayor.

—¡Percy!— llamó el enorme hombre abriéndose paso cordialmente entre los estudiantes, quienes permanecieron en su lugar hablando entre ellos o simplemente observaban la situación.

—¡Por favor! ¡Duele!— chilló Harry tratando de obtener un poco de apoyo, su nuca y extremidades dolían con cada apretón y Zita no estaba no estaba mucho mejor, su pelaje y piel le generaban un tremendo escozor con cada movimiento.

—¡Basta, Percy! ¿No ves que les haces daño?— paró el hombre separando al chico de la criatura con una sorpresiva delicadeza, teniendo en cuenta sus grandes manos y su gran -y aparente- fuerza.

—Los estudiantes no deberían llevar consigo criaturas prohibidas en a la escuela— replicó el chico, Percy, mirando mal a Harry y a Zita, quién era tomado en brazos y mimado por el pequeño mago.

—Los Jarvey son criaturas incomprendidas, Percy— dijo el hombre acariciando al gran hurón blanco en la cabeza—. Además, ¿no lo ves? Este Jarvey es el dae del chico, no puedes separarlos así como así— añadió el hombre haciendo callar al pelirrojo.

—¿Un dae?— preguntó la misma niña siento a qué Harry había visto en el tren—. No he escuchado de algo semejante ¡seguramente no existe tal cosa!— añadió dando erróneamente por hecho de que aquel término no existía, solo por el simple hecho de no conocer su significado.

—Un dae es una criatura mágica unida a un mago por la magia— dijo uno de los niños de su edad, Harry al reconocer la voz, alzó la mirada de su herido jarvey, solo para encontrarse con unos ojos azules tan profundos como el mar y calmados como el cielo, que lo hicieron suspirar inconscientemente—. Los dae a diferencia de los familiares son elegidos por el destino, un mago se conecta con su dae y viceversa al darle un nombre, si el dae muere, el mago lo hará, pueden sentir, ver, escuchar, oler y pensar todo lo que si dae siente, es la unión más profunda conocida entre un mago y una criatura— añadió demostrando tanto conocimiento que Harry y Zita suspiraron al mismo tiempo inconscientemente.

O S C U R O [Tomarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora