La belleza de una mentira.

5.4K 627 25
                                    

[P. O. V Narrador Perla]:

Hubo alguna vez, en que creí todo sería perfecto.

Ahora me siento culpable, mis sentimientos me cegaron a crear una ilusión bajó esa realidad escondida en la penumbra, y justo cuando realmente me sentía viva en ese sueño. Apareció la realidad, para obligarme a despertar bruscamente.

Cuando ella sonreía, yo lo hacía también. Sin ninguna obligación por detrás siguiéndome.

Porque mi felicidad no era un deber sino una voluntad propia, que gozaba más que nada en el mundo.

Éramos solo nosotras dos.

Y _________________...

Quise dismular mi molestia por la forma en que la trataba, le sonría, o hablaba. ¡Ni siquiera le hacía caso!. No comprendía porqué su repentino interés en hacerla creer especial, hasta....ese momento.

Spinel jugueteaba con las flores recientemente recogidas por ella misma, Rosa finalizó de formar una una coronilla de estas para colocarla delicadamente sobre la Guardiana distraída en cualquier movimiento brusco. Paranoica.

Al sentir el roce de las manos contrarias se apartó cayendo de espaldas por su forma tan agresiva de actuar. Ella buscó ayudarle a levantarse, pero se negó.

Haciéndolo por ella misma, se puso de pie firmemente aclarando su voz para no notarse fuera de si. Le avergonzaba ser distraída, pero a mis ojos, estar volteando de un lado a otro era todo lo contrario a eso. Su adicción por estar atenta era perturbadora. Aunque, formaba parte de su naturaleza. Podía ser peor y mejor que una Rubí. Fuerte, hábil, lista, calculadora, servicial. Y por sobretodo, leal hasta su último pedazo de cristal en su gema.

- Mi Diamante, debemos irnos. Las demás Diamantes estarán preocupadas por usted sí no llega temprano - informó seriamente.

Rosa jamás sintió agradable el que le reprendieran como una gema recientemente creada. Pero, en esa ocasión, en vez de alterarse. Sonrió comprensiva. Yo me confundí.

- De acuerdo - asintió tomando a Spinel de la mano para caminar al portal seguida de _______________. Sin la menor molestia reflejada. Tardé en reaccionar ante su llamado, estaba más que desorientada.

¿Qué se traía en manos? Me preguntaba a menudo, por su obediente y dulce comportamiento hacía ella.

Rosa no solía obedecer a las reglas.

Algo la hacía actuar así, la manipulación y conveniencia son dos cualidades que Rosa mantuvo bajo su sombra, y que salían a la luz solo cuando era necesario. O cuando ella ya no tenía más planes o alternativas en mano. Un recurso para conseguir a su favor.

Al llegar al enorme salón, Spinel brinco alegremente buscando nuevas formas de juego. Aunque Rosa la ignoró ella quedó entretenida con las piedras asistentes de mantener el vestuario y perfil de Rosa impecable. Divirtiéndose con ellas en un santiamén.

Pero ella, ella seguía en su mundo. Siempre al lado de su guardiana con la que intentaba formar una conversación que era rechazada rotundamente por la otra quien prefería su labor a perder lealtad a su mandato por una milésima de segundo.

Esa noche, ambas se quedaron en su balcón observando el paisaje que le ofrecía el panorama. Al menos Rosa lo hacía, pues la otra estaba al tanto de su persona, observándola todo el tiempo. Debo decir que desee en un pasado tener su puesto, estar en su lugar. Apreciar sus ojos en cada instante, permanecer a su lado. Un sueño.

Desde una esquina, trataba de escuchar cualquier ruido que se llegará emitir desde donde se encontraban.

- No sonríes mucho ¿eh?

No contestó. Nunca fue de muchas palabras. Cuando hablaba lo hacía con fuerte firmeza o para dar algún aviso/recordatorio. Se tomaba en serio su labor.

- Deberías intentarlo ¿sabes?, sería genial tener una Guardiana más alegre...- le comentó dándole fugaces miradas, miradas que envidie no me fueran dirigidas -. Me gustaría verte así.

¿Alguna vez han sentido que las cosas van bien y luego de la nada se arruinan? pues bien, yo sí.

Tal y como una estrella fugaz, sentí que los momentos únicos con ella volaban sin sentido, sin significado a su corazón.

Se acabó.

Apreté mis labios evitando que las lágrimas se escaparan de mis ojos, deteste esa emoción. Era horrible, un golpe directo justo en mí gema. Insoportable.

- Sería mejor...- alzó los hombros, regalandole una sonrisa que alguna vez creí solo me dedicaba a mi en especial. ¡Usó la misma voz! Esa faceta melosa y tierna, que muchas veces me hizo tropezar en conciencia. Me nublo el juicio todo por esas acciones que realmente no valían nada. En esa ocasión tuve el coraje y la mezcla de adrenalina para negarlo.

- Mi Diamante, he jurado protegerla. Esa es la única cosa que voy a hacer - dejó en claro. No pude comprender como no se lo tomó mal, y continúo entendiendo el punto.

- Bueno, lo intenté...- dictó sin remedio. Apoyándose del barandal para seguir admirando el resto de la galaxia en ese cielo. Rosa fingió desinterés, pero en verdad que estaba frustrada. Ella no era de las que le gustarán recibir un: no. Siempre fue de caprichos, y yo estúpidamente me sume a la lista de quienes se los cumplían. 

¿Entonces que significaba cuándo ella decía que yo era especial? ¿Acaso solo se trató de una tontería?. Me sentía débil con solo pensarlo. Me sentía...ingenua.

Como una perla corriente.

Talvez eso era mejor, admitir la realidad a estar soportando el miedo de no desear el final de la fantasía, que tarde o temprano. Llegaba.

Hubieron más encuentros así. Pero ninguno daba favor a Rosa.

La insistencia también requiere paciencia.

Y ella, no tenía la segunda.

Por ello, una noche en que la tranquilidad no podía ser rota más que por el desenvolvimiento de una espada siendo liberada de su funda: llegó lo inesperado.

Esa noche en que todo se volvía cada vez más oscuro. Una oscuridad abrumadora.

Esa noche, en la que me introduje en la tienda de Rosa con ninguna mala intención. Yo solo era su perla, no podían desconfiar de mí.

Ni siquiera ella.

No puedo decir mucho, solo que....

Nunca quise hacerle el mal a nadie.

Pero, creo que mis hechos dicen lo contrario a lo que hice para desaserme de ____________.

Fue una nota mental: los celos son capaces de destruirte hasta, empoderarse de algo más que no sea tu propia persona.

Causando daños, no solo a ti, sino a los demás. ¿Quién sabe? tal vez no tienen la culpa de lo que se siente.

La hermosura de un sentimiento falso no se compara al verdadero. 

Cambios Puedes Hacer [Steven Universe×lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora