Por favor.

5.2K 596 55
                                    

                  
[

P. O. V Narrador omnisciente]:

Existen dos ámbitos que se calificarían en diversas partes, pero para abreviar lo colocaremos en partes distintas pero a la vez, iguales: frío y calor.

Cuando el hielo de la noche se volcó a una acalorada situación. Atravesando el telón fino de tono rosa palido, se observaban las dos figuras femeninas chocando sus armas entre sí con toda la fuerza restante posible. La joven gema jadeó en cansancio tratando de seguir en pie ante su contrincante que difícilmente se dejaba dominar.

Con una mirada llena de irritación por no ver a la Guardiana desfallecer, se lanzó junto a su espada para buscar un punto en dónde hubiera cierta zona débil que llegué a convertirse en su propia perdición.

Sus cabellos largos y enrolados finalmente manchados por el color pálido de un rosa – o turquesa en ese caso por el reflejo de la oscuridad en la habitación que en cierto momento fue elegante.– Ahora se encontraba en total desastre. La batalla no parecía llegar a un fin.

Hasta que una espada declaró la victoria.

De un tajo la gema calló de rodillas retorciéndose del dolor. Su punto vital de existencia logró ser exitosamente dañado por la otra.

— Alejate de ella...— soltó con un hilo de voz que la obligaron a caer en el suelo tosiendo repetidas veces. Intentó alcanzar de nuevo su espada, pero la otra la alejó de golpe con un simple movimiento con su pie —, Rose Quarse....No creas que... ganaste....

En su último aliento hizo un esfuerzo enorme para moverse pero el intento se volvió inútil al sentir el temblor de su cuerpo de un estrujó por parte de su gema lastimada.

Y luego, todo fue una simple sombra de humo.

La gema que quedó tirada en el suelo siendo encapsulada por la mujer regordeta entre sus manos. Ahogó un suspiró antes de volver su vista de nuevo hacía la otra figura femenina.

— Está hecho...

Y la culpa, agrietó profundamente esa herida.

•••

Siguió caminando sumisa observando en todas direcciones.
Todo era completamente nuevo a sus ojos.

Era extraño, nadie parecía prestar atención a su presencia, todos los humanos seguían en sus propias acciones con normalidad. ¡Y nadie quería atacarla!, un.... paraíso, para una exguardiana.

Aunque estuviera inconsciente de las nuevas imágenes que viajaban captando cada detalle que su visión pudiera permitirle mostrar.
Claro, el instinto no le quitaba la inseguridad.

Varias risas se escucharon atrayendo su atención buscando los causantes de esos gestos desconocidos, o simplemente, olvidados.

En la orilla del muelle caminaba una pareja: entrelazados de las manos, riéndose sin parar con un extraño color manchando las mejillas de los humanos. Los analizó con cuidado, guardando en su memoria cada gesto en parte de la pareja.

Bajó su vista a sus manos, luego a las manos del sonriente dúo. Las intentó unir por si misma pero no encontraba parecido con el otro gesto.

El simple rozar de otra mano desconocida en su antebrazo la forzó a retroceder exageradamente hacía atrás, buscando al provocador de su alerta movió la vista de un lado a otro, queriendo confrontar al culpable.

Su vista trascendió a un pequeño niño de piel blanca, casi pálido con su combinado cabello rubio prácticamente albino. Con un suéter enrollado en su cuello cual bufanda, rojiza como la sangre haciendo encaje con su pantalón del mismo color, el menor le extendió una fritura señalando con ademanes la bolsa. La otra tardó en entender, pues el otro tampoco estaba dando su mejor explicación.

Cambios Puedes Hacer [Steven Universe×lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora