De una frustración a otra.

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La oportunidad estaba justo delante de sus narices. Como si millones de estrellas se hubieran unido a petición de su deseo más grande. Ese que deleitó perfectamente las faces del plan que se armaba lentamente con cautela.
A sus ojos se presentó la verdad que necesitaba manipular a su antojo. Ver a Diamante Rosa cambiar a una forma inferior era algo de nuevo momento. Era algo que podía aprovechar al máximo, con un dato de ese valor en sus manos. Todo era posible.

Había forjafo una exelente ingenuidad delante de la guardia y el híbrido. Aunque sí, se sorprendió en su reencuentro que arrastraba una ola enorme de emociones mal encontradas y que se propuso silenciar por su propio bien. Sus ojos audaces la hicieron caer nuevamente a esa etapa que consideraba débil. Que la volvía extraña a sus gestos los cuales observaba con atención, memorizando el sonido de sus risas, ese brillo e entusiasmo que le provocaba cosquilleos amigables que se obligaba a considerar odiosos cuando en realidad, le encantaban.

Le encantaba la sensación, satisfactoria en esa fantasía absurda. El volver a verla arruinó otro esfuerzo inválido.

Otra vez. Le daba la posibilidad más anhelada, dependería de sus impulsos actuar. Vería si el parásito de la conciencia la invadía o recapacitara como debía ser.

Se expandió la sensación de la felicidad cuando la vió tomar el hacha sin titubeos. Seriamente apuntando al enemigo.

Estaba en lo cierto al decir que escogería correctamente.

O eso fue, hasta que lo positivo se derrumbó junto a sus anhelos ambiciosos, objetivos que iban más allá del interés o el poder. Coral se convirtió en el blanco de la otra a quien le confío todo que ahora se revelaba a su contaría. Aturdida le hecho un vistazo al primogénito de Rosa, levemente aliviado detrás de una __________________ atenta a otro movimiento suyo. El puñetazo de la tración fue más doloroso que la guardiana amenazandola. Rompió en ira, el fuego en sus ojos advirtió a ambos compañeros del próximo peligro.

— Admiro tu ceguera. Lo proteges igual que Rosa a pesar del daño que te hacen — elevó su mentón. Creyéndose superior al contener sus acciones.

— Busco diversión. Es todo — alardeó, girando a su alrededor con gracia. Esperando ser la atacante y no la atacada.

Propinó un golpe detrás de su espalda, exitosamente esquivado, continuando le intentos de puñetazos al abdomen. La guardiana se deslizó a su lado, en un mal cálculo de velocidad recibiendo un golpe en la mejilla. Se contuvo de caer al suelo, mirando al mitad gema con molestia.

— Steven, estoy oxidada. Odio decirlo pero no puedo yo sola, ¿ayudas o huyes?

— Honestamente, la segunda opción suena tentadora.

— ¡Steven! — movió su posición a otra cerca de la esquina buscando esquivar mientras consigue otra técnica.

— Necesitas clases sobre el sarcasmo — dicho el comentario, apareció un escudo brillante en rosa pálido junto al símbolo floral decorando con detalle el objeto que ahora portaba en su brazo. — Te cubro, piensa en un plan — avisó antes de lanzarse a la dirección de la gema roja. Agradeció mentalmente el otro se diera un empujón a sí mismo para poner manos a la obra en plena batalla.

La otra se abalanzó en busca de la femenina quien ya había convocado su espada atraves de su gema, el destello no hizo falta al elevar su peso contra el arma con sus brazos, tomando impulso para dejar un buen golpe contra el hacha de la rojiza. Ambas armas resonaron contra sus filos ruidosamente. Apretaron fuertemente sus dientes, distanciando un poco sus protecciones de hierro, Steven aprovechó el mínimo espacio entre las gemas para interponerse entre ellas con su escudo protegiendo el lado de la guardiana.

Cambios Puedes Hacer [Steven Universe×lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora