Lost On You

Capítulo Siete

Sam, Rhodey y Steve parten ahora mismo. Bucky no piensa mucho en la inquietud que siente al quedarse enfocándose en la prioridad de traer de vuelta a su "yo" de este universo.

—Él te necesita más aquí —le ha dicho Sam hace unos minutos. No está seguro a quién se refiere pero en su mente golpea la imagen del gladiador. Traga duro y no insiste más. Steve no sabe nada, no aún, todavía no es tiempo. Lo está esperando arriba en la colinas dentro de la tienda hechas de pieles y maderas, donde hay calidez y acogimiento que en cualquier otro lugar donde haya estado.

Sin embargo, el rostro duro y serio de Steve antes de darse media vuelta e ir con Rhodey se le queda grabado como una patada en el estómago. Steve ni siquiera le mira, y se siente patético porque la indiferencia del rubio le come por dentro.

—Con cuidado —es lo único que Bucky les dice.

El lugar a donde van, acorde el localizador de Sam, está a tres días a pie, hace cálculos, pero ellos irán a vuelo, Sam con su traje y Warmachine llevará a Steve. Y todavía en el último segundo vacila si es suficiente con ellos tres pues lo dejan atrás junto con Scott.

—El lugar está abandonado según a la imágenes de los droides —Sam vuelve a repetirlo por tercera vez adivinando su vacilación.

Bucky cella la boca por completo, ellos se van y Steve ni siquiera lo ha volteado a ver.

*

—Desde la mañana todo está quieto allá afuera, podría afirmar que tus amigos se han ido pero lo dudo, —Steve ríe, seco y sin ganas. Bucky no le dice nada, sigue vendándole el dorso después de haber curado la herida—. Además, hace rato vi a Scott afuera.

—Sam sospecha de una base abandonada-

—¿Base? —Steve corta elevando una de las cejas rubias.

Bucky afirma con la cabeza atorando la punta de tala del vendaje—; pensamos que puede ser una donde Doom mantenía a prisioneros. —No va a mentirle.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Creí que lo que menos querías era tener algún enfrentamiento.

—Bucky.

No hace caso en la dureza en que su nombre en pronunciado.

—Bucky.

Se atreve a mirarlo al segundo llamado. Steve está enojado, los tres hilos de cabellos largos y dorados no ocultan el cabreo que destellan sus preciosos azules.

—No me veas así.

Steve bufa tomándolo fuertemente del brazo acercándolo hasta que sisea contra su rostro.

—Confío en ti —le reprocha dolido— ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Tienen alguna idea en el lío que se puede desatar? yo confié en ti y-

—Steve —en lugar de alejarse, se pega más ignorando el apretón en su brazo de carne—, sólo confía en mí... —con suavidad le aparta las greñas rebeldes del rostro.

Esta última vez.

Se traga esas últimas palabras.