Capítulo Doce

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Even though he was a soldier you almost feel the kindness behind those eyes hardened by war... 

Sharon Carter - Captain America vol. 5



—¿Qué es esto, Steve? —pregunta alzando la vista hacia el rubio que bebe agua simple en un vaso de vidrio en la cocina.

¿Qué es esto?

La pregunta le ha estado invadiendo la cabeza desde hace unos días.

¿Por qué no lo intentan? La voz de Sharon retumba con más frecuencia, un eco grueso y penetrante, razona en sus oídos como un murmullo desde lo más profundo de su conciencia, donde incluso sus sueños son forzados por sus anhelos más recónditos.

Steve, descalzo y en bermudas, con una playera blanca de tirantes, baja el vaso y lo mira con incógnita plasmada sobre el rostro. Bucky bufa sin despegarse del marco de la puerta, brazos cruzados con el ceño fruncido, y se pregunta si el rubio sólo se está haciendo el estúpido.

Se había prometido a sí mismo no presionarlo, pero ya no puede cuando cada noche Steve le pasa el brazo encina, la pierna, sus labios contra su nuca o simplemente lo busca entre las mantas. Tenerlo cerca, pero a la vez sin poder llegar a él. Sentir su suave respiración por la noche, el calor de su cuerpo, las miradas fugaces, los roces ligeros. Una tortura que ya no cree sosegar por más tiempo.

Sólo son unos tipos de más de 100 años que duermen juntos.

Sólo eso.

Bucky lo piensa y casi se caga de la risa.

—¿Qué es tan gracioso?

No logra contener su propia burla y ahora Steve, con el gesto serio, es quien cuestiona.

Bucky suspira terminando de reír, relaja los brazos, masajea el cuello desnudo no logrando acostumbrarse a lo corto de su cabello—. Honestamente yo tampoco sé que somos pero me gusta... esto nuevo que tenemos —recalca bien las palabras, muy bien sin dejar cabos sueltos, ya odia darle vueltas pero tampoco tiene el suficiente valor. Alza los hombros con despreocupación, mira el piso y luego hacia el bello rostro desmañanado del rubio, el cuerpo de Steve aun debe de estar tibio por el calor de la cama, el cabello desaliñado y el blanco cuello es lo que mas capta su atención, y luego regresa a su rostro, los labios de Steve están húmedos, llenos de color, un rosado pastel medio raro, no es bueno describiendo cosas lindas, pero se esta muriendo por besarlo, lanzarse así no mas, y morderlo, saborearlo, como siempre ha querido.

—A mi también —Steve lo saca de sus pensamientos, se ve algo nervioso jugando con el vaso, lo desliza por la mesa, y luego va hacia la estufa, saca de la alacena huevos y pan, un desayuno muy americano—. ¿Con tocino? —pregunta girando la cabeza por encima del hombro, un sonrisa que Bucky jura es más sutil que genuina.

—Por favor —dice entrando por completo, la verdad no esperaba aquella respuesta, "a mi también", es un rayo de sol en un día nublado. Y envuelve a Steve con sus brazos desde atrás depositando un beso en el cuello desnudo. Lo mira desde aquella postura, contempla cada gesto, cada movimiento, Steve sigue enfocado en la tarea, pero está nervioso, Bucky le conoce, ya no lo va a negar, conoce a Steve y puede percibir la tensión con la que mueve el sartén, más lo aparta, algo que temía que hiciera, Bucky sonríe con alivio y con una sensación de una pequeña victoria.

Eres mío, Steve.

—¿Café? —pregunta casi pegando los labios al lóbulo de la oreja contraria. Steve ahora tensa todo, los músculos del cuello se ponen como ligas ante su contacto, Bucky no deja de sonreír, Steve no aparta la vista de lo que está haciendo y asiste con lentitud, Bucky algo conforme con eso, se separa aún divertido.

Lost On YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora