«Contigo siempre, yo para siempre, quiero estar»
Araulee
Joel se detuvo a dos metros de distancia y posó para la cámara con un nivel de seriedad que estuvo a punto de robarme una sonrisa. Sin embargo, llevaba posando así tanto rato que estaba comenzando a cansarme.
Tomé la foto y él se acercó para mirarla. Cuando vi el gesto de inconformidad ante la imagen en la pantalla de su celular, rodé los ojos.
—¿Piensas tenerme toda la tarde tomándote fotos? —pregunté con hastío.
No era precisamente así como quería pasar mi cumpleaños.
—¡Es que ninguna me convence!
—¡Por Dios, Joel, pero si sales bien en todas!
Él ladeó la cabeza.
—Lo dices porque te gusto.
Quise contener la sonrisa que aquello me produjo, pero fallé de manera estrepitosa. A veces era tan tierno como un bebé.
—Es cierto. —dije risueña.
Joel me pasó de nuevo su celular con la cámara lista y a continuación hizo un puchero.
—¿Una más? Por favor. —rogó y no me quedó otra opción que acceder.
Cuando dio —por fin— terminada la sesión de fotos, nos unimos a la fiesta. Era ya el final del atardecer y todas las personas estaban reunidas en grupitos conversando, algunos viendo sus celulares con un fondo velado por la música.
Mi mamá estaba en la mesa de dulces ordenando algunas galletas acompañada de la señora Patricia y ambas se reían de lo que hablaban. Sentía paz en mi corazón al ver que desde siempre se habían llevado bien y que todos los familiares de Joel nos recibieron con los brazos abiertos.
El tema de la fiesta era tropical. Había uno que otro flamenco color rosa neón adornando lugares, piñas naturales y artificiales, arreglos de globos coloridos y bebidas con pajillas en forma de sombrillas. Estaba todo tan lindo que cuando lo había visto por primera vez, me emocioné como una niña de cinco años.
—Oh, creo que llegó tu sorpresa. —susurró Joel en mi oído, abrazándome por los hombros e impidiendo que pueda moverme.
Lo miré de perfil con ojos entornados.
—¿Cuál sorpresa? —dije con un tono inquisitivo—. Quedamos en que ya habías hecho demasiado.
—Nunca es demasiado cuando se trata de ti.
Le golpee el hombro sintiendo que mi corazón se inflaba con aquellas palabras. Un ligero sonrojo se instaló en sus mejillas.
—¿Qué hiciste?
—Míralo por ti misma.
Me giró en el momento justo en que dos personas gritaron a todo pulmón:
—¡Feliz cumpleaños!
Dos pares de brazos me aprisionaron y las fragancias de mis dos mejores amigas impregnaron mi nariz. Les devolví el abrazo completamente aturdida sin poder creer que estuvieran ahí.
—Guau, chicas, ¿qué...? —La emoción no me dejó terminar la oración.
—¡Sí! Estamos aquí, Ara, ¿no es genial? —dijo Magg separándose con una gran sonrisa en su rostro. Tenía su cabello ondulado suelto y lucía salvaje, además de un collar hawaiano colgando de su cuello.
—Joel lo hizo posible. —indicó Presley separándose también.
Tenía el mismo tipo de collar hawaiano enredado en la muñeca y los shorts de mezclilla que traía se me hacían un tanto familiar. Cuando notó que lo estaba mirando, me guiñó el ojo. Sí, eran míos.
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Hasta verte otra vez [Joel Pimentel] #HDA2
Fanfiction[SIN EDITAR] Cuando las vidas de Araulee y Joel coincidieron, las circunstancias no eran las más propicias para ello, por lo que luego de tres años de haberse dado un estrepitoso adiós, tal parece que el destino conspira para que este par se vuelva...