Último Capítulo

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31 de octubre del 2018; tres meses después del reencuentro

Araulee

Me desperté de golpe y fijé la mirada en el techo mientras escuchaba el sonido de la alarma. Por primera vez en mi vida, sonreí sin poder creer que ya había llegado la hora de levantarme.

—¡Llegó el día! —Me senté en mi cama y eché a un lado todos los cobertores que tenía encima—. ¡Magg, llegó el día!

Ella se acurrucó más en sus mantas y se quejó en voz alta.

—Apaga eso, por favor —dijo con la cara enterrada en la almohada.

En cambio, me levanté y me lancé en su cama. Gimoteó de nuevo en protesta provocando mi risa.

—¡Es Halloween!

—¡Son las cinco de la mañana, Araulee!

Miré el despertador en la mesilla de noche y lo apagué sin dejar de sonreír un segundo. Sí, la hora era la correcta. En tres horas estaría de nuevo en Miami.

Me hacía una especial ilusión este viaje en particular porque después de un interminable mes, al fin Joel volvía al país. Pasaríamos la noche de brujas juntos después de mucho planearlo a través de pantallas.

—¡Este será el mejor Halloween de todos!

Cuando me levanté de la cama de Magg para preparar el desayuno esta me lanzó uno de sus cojines a la cabeza, pero falló su tiro estrepitosamente.

—¡Largo de aquí!

Me reí fuerte en mi camino hacia la cocina y lo primero que puse a funcionar fue la cafetera. Necesitaba refuerzos para el día pues en toda la noche la expectación no me había dejado dormir. Luego de preparar todo mi equipaje hasta cerca de la medianoche había tratado de conciliar el sueño, pero fue imposible. Me sentía como cuando era niña y esperaba con ansías que amaneciera para ver mis regalos de Navidad.

Preparé un desayuno ligero, le escribí un mensaje a Joel del cual no obtuve una respuesta inmediata y luego de comer me di una ducha rápida.

Magg se volteó en mi dirección cuando salí del baño y me miró con un solo ojo abierto.

—¿Ya es hora de que me levante? —preguntó con voz ronca.

Yo hice un sonido de afirmación y apreté mi cabello en una cola de caballo.

—Y será mejor que te des prisa, no quiero perder el vuelo. —dije.

Ella se quejó por enésima vez, pero sabía que el fondo estaba igual de emocionada que yo por el viaje. Tendríamos un par de semanas libres después de haber finalizado con éxito el semestre y aprovecharíamos el regreso de Joel para celebrarlo.

Por supuesto que habíamos visto durante las clases a Presley, quien nos lanzaba miradas de reojo cargadas de nostalgia. Supongo que en alguna ocasión me habrá atrapado mirándola de la misma forma, ya que en mi corazón ya no había rabia ni rencor hacia ella. Había anhelo de poder recuperar el lazo que teníamos antes de todo lo que ocurrió, sin embargo existía algo allí todavía en mi interior que me impedía dar el paso, y ella lo entendía. Estaba segura de que lo hacía.

Con enorme suspiro le grité a Magg para que se apurara. Minutos después salió del baño cargando con su neceser repleto de cosméticos y tomó dos de sus maletas más grandes, arrastrándolas hasta la sala. Siempre me impresionaría la cantidad de equipaje que era capaz de llevar consigo.

Tomamos un taxi directo al aeropuerto y una hora después ya estábamos abordando el avión.

—¡Miami, ahí te voy! —exclamé al sentarme en mi lugar.

Hasta verte otra vez [Joel Pimentel] #HDA2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora