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Ronald Weasley.

Ni un sólo átomo de mi cuerpo se siente mal por lo que le sucedió a Alyssa Stone.

Ella era una perra y se lo merecía.

Cada cosa que le pasó.

En algunas ocasiones las cosas no se las puedes dejar a la vida, al destino o a eso que los muggles llaman «Karma» En ocasiones tienes que tomar la justicia por tí mismo y salvar tu honor que muchas personas a veces quieren pisotear.

Alyssa Stone era una de esas personas, de aquellas que creen que por tener padres ricos y nadar en galeones, podían hacer lo que querían sin recibir ningún tipo de consecuencia. Desde que ella llegó a la escuela fue así, ya que tenía una familia rica que la respaldara, sus padres eran jugadores de Quidditch en la liga profesional y eran mundialmente conocidos por ser unos cazadores hábiles y unos engreídos de primer nivel. Claramente Alyssa seguiría sus pasos y copiaría todas las acciones de sus padres.

Para desagrado de ella el sombrero la envió a Ravenclaw –obviamente quería ser una serpiente– aunque no tardó en hacerse de un grupito de títeres que hacían todo lo que quería y todo lo que su caprichosa personalidad quería. Se convirtió en la abeja reina de todo su grupo desagradable de amigas, que en realidad no eran sus amigas, solamente no querían que Alyssa hiciera cosas en su contra, ya que en cuanto ella les daba la espalda, todas comentaban cosas malas sobre su persona.

Yo jamás fui cercano con ella, honestamente siempre traté de evitar a ese tipo de personas. No porque quisiera, si no porque estar cerca era como atraer problemas aunque no quisiera, las mujeres como Alyssa eran una bomba de tiempo y nadie quería estar cerca cuando explotaban .

Si bien realmente no la conocía, ni Alyssa a mí, ella realmente me llamaba la atención, la manera que tenía de manejar las situaciones a su antojo. Tenía la capacidad natural de manipular las emociones de los demás para conseguir que hicieran las cosas que ella quería que hicieran, que realizaran las cosas que ella necesitaba pero que le daba pereza hacer por sí misma. Conseguía que hicieran sus trabajos, que realizaran su mantenimiento de los invernaderos, que llevaran por ella su ropa a la lavandería, que recogieran su correo, conseguía quedarse con la blusa que usaba una chica, por el simple hecho de que a ella le gustaba.

Y ahí estaban todos para cumplir sus órdenes.

Era como la reina y todos los demás eran sus peones.

Obviamente cuando creció aprendió otras maneras de conseguir sus ideas. Por lo general quienes cumplían sus caprichos, era la población masculina de la escuela. Alyssa tuvo el beneficio de ser hermosa y atractiva físicamente, cosa que generó la envidia de sus compañeras y el odio de otras a las que les quitó el novio, o cuando se involucraba con los chicos populares. Ella era así, no tenía tapujos a la hora de estar con alguien, era bastante «liberal»

Ella jamás puso sus ojos sobre mí durante los primeros años de la escuela. Yo no era del tipo de persona con la que Alyssa solía juntarse o frecuentar. Me faltaba popularidad, dinero y prejuicios para ser parte del selecto grupo «Stone». Y honestamente como antes ya había mencionado, no me interesaba conformar parte de él.

¿Qué fue lo que sucedió conmigo?

Tuve la mala idea de estar en el lugar y a la hora equivocada en el suceso que provocó el inicio del caos.

Alyssa se había hecho novia del capitán del equipo de Quidditch de Ravenclaw, equipo del que ella era la buscadora oficial, no por talento, si no porque se había acostado con Ian McGregor que llevaba en la capitanía dos años. Su noviazgo claramente no sorprendió a nadie, ellos eran el uno para el otro literalmente; estaban juntos por interés, ya que tanto ella como él, no tenían en sus venas el valor de la fidelidad, Ian cambiaba de novias tan fácil como si cambiar de pergaminos se tratase y Alyssa se acostaba con un chico nuevo todas las noches, o eso era lo que todos decían sobre ella.

«Oscuros Secretos» [Una historia de Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora