VI

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—Breakdown—
829 palabras
Esta va gracias a experiencias de personas muy cercanas

  No era la primera vez, ni la última -espero- que venía al hospital a ver a Rich. Los sábados eran los días de visitas, y yo no me perdía ni uno solo para poder y a verlo a hacerle compañía, aunque fuese solo un rato.

  Recuerdo aquellos pasillos desolados, tétricos y con un aura fúnebre. Verdaderamente si el fin de aquel hospital radicaba en mejorar la salud mental de los pacientes, dichas áreas solo quebrantaban lentamente la cordura.

  Me revisaron para ver si traía algún objeto peligroso o prohibido conmigo, y al ver que permanecía en regla como todas las anteriores veces, me dejaron pasar a una sala. Sentado en la mesa, con el cabello despeinado, con su aire de desganado y su bello uniforme blanco; allí estaba Rich descansando.

  Siempre me ha gustado que, cada vez que llegaba y lo veía antes que él a mí, pasaba de estar como triste, o aburrido, a sonreír y animarse, como el niño adorable que solía ser.

— ¡Killer! Qué bueno verte de nuevo, ¡te extrañé mucho!

— Yo también te he extrañado —estábamos obligados a reducir la duración y cantidad de nuestros abrazos o demostraciones físicas, pues no estaban permitidas—. Toma, te he traído algunas cosas para dibujar, pero no dejes que vean los lápices.

  Esos objetos estaban más que prohibidos, puesto que su forma y composición los hacía unas perfectas armas que a simple vista parecerían inofensivas. En un hospital mental hay que ir con mucho cuidado, porque hay mucha gente que está dispuesta a acabar con su vida a como de lugar.

— ¿Cómo te ha estado yendo? —me preguntó mientras nos sentábamos.

— Pues bien, es un poco aburrido no poder ir de colegueo contigo, como siempre recalco. Pero dentro de todo, he estado teniendo una buena temporada en el trabajo, ¡y tengo salud! ¿Qué me dices de tí?

— Lo de siempre, solo que no es fácil digerir lo que se ve aquí. Han pasado muchas cosas fuertes, por ejemplo, el otro día se escucharon unos quejidos horripilantes de una chica, y al poco rato de que arribaron los enfermeros, se la llevaron en camilla y su rostro y brazos estaban todos cortados. La chica tenía desórdenes alimenticios, o algo así... No la hemos vuelto a ver, ni saber nada de ella en unos días, pero bueno. Por otra parte me han dado buenas noticias, ¡y es que pronto me examinarán para evaluar si soy apto para salir! —exclamó con emoción, y sus ojos expresaban felicidad innata.

— Has tenido una muy mala temporada, y no quisiera verte volver a recaer... Si piensas salir, no puedes quedarte solo, porque sigues siendo un peligro para tí mismo —le regañé.

— No creo que nadie me quiera en su casa, para todos soy "el drogadicto" o "el alucinaciones" y nadie de mi familia está cerca para ayudarme. Creeme, estoy esforzándome muchísimo por mejorar.

  Sinceramente, es muy improbable que quiera estar mejorando, o si lo hace, que lo quiera hacer por sí mismo. Su esquizofrenia lo debilitó hasta tal punto de ni siquiera recordar que él existía y cuidar de sí.

— ¿Ah sí? ¿Piensas hacerme creer que quieres mejorar por tí? Eso no cuela —le dije en tono de burla, para que me dijera la verdad.

— Joder macho, no me estás apoyando mucho que digamos...

— Yo de verdad quiero verte fuera de aquí, libre, pasando tiempo conmigo y con nuestros amigos, verte a tí y a tus proyectos progresar y realizarse como lo estabas haciendo antes de todo esto...

— Es lo que estoy logrando, solo dame un poco de tiempo tío, ¿pretendes que solo sea cuestión de días?

— No, pero te conozco, y he estado lo más cerca de tí posible en tu peor momento, cuando ni siquiera podías salir de tu cama por lo depresivo que estabas. Y luego, cuando me llamabas pidiendo socorro porque alguien estaba parado en la puerta de tu casa, y al llegar no solo no había nadie, sino que estaban todos los muebles en el suelo, y rostro todo rasguñado y hablabas con la nada misma... Haré lo que sea para ayudarte, te daré un lugar en mi casa, estaré a tu lado todo el tiempo que necesites... pero por favor, date más motivos para mejorar, porque yo sé cómo tú, que piensas que vales menos que nada.

— Joder, Killer —susurró reteniendo las lágrimas—... No puedo quedarme solo, es lo que más miedo me da...

— Ciertamente por eso te lo digo —tomé sus manos—, cuando salgas, te quedarás conmigo, ¿sí? Quédate tranquilo, que no dejaré que nada te pase.

[...]

  Su recuperación tomó mucho más de lo esperado, pero hoy cuando por fin salga, estoy dispuesto y me comprometo totalmente a cuidar de él, y darle la vida y el amor que merece.

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  Hi <3 esta parte me ha dejado con ganas de continuar la trama, ¡pero se vienen más y mejores! Así que no se me desanimen UwU

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  ¡Nos vemos en un par de días!

Blurred memories - one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora