Capítulo 2.

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Estaba tan paralizada por el miedo que no podía gritar, intenté patalear, soltarme de aquellos brazos, pero con cada movimiento me apretaban más, haciendo que me sintiera más cansada. Con la poca luz que había allí no lograba ver del todo bien quien me tenía cogida, sólo escuchaba carcajadas, provenientes de voces graves.

-Mirad qué tenemos aquí -habló la persona que me tenía sujeta, seguí tratando de zafarme del agarre, empezando a ponerme histérica.


-Parece una perrilla perdida, ¿no creéis? -pude divisar en frente de mi a un chico alto, moreno de piel y bastante delgado, con un desaliñado moño de color azabache en su cabeza, se acercaba hacía donde estaba con una sonrisa socarrona, acariciando un mechón de mi cabello, para después olerlo - ¡qué sorpresa! huele justo como una de esas jovencitas de buenos modales de la zona pija de Londres, ¿qué eres? ¿una Casaca Roja que se ha perdido? -preguntó con diversión, lo miré suplicante, notando como mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas, los cerré con fuerza, tratando de tranquilizarme.


-O tal vez en su zona no le dan la suficiente diversión y ha venido en busca de aventuras ¿no crees Dean? -un tercero apareció en escena, un muchacho de pelo castaño y lacio, jugueteaba con varios de sus piercings del labio, mirándome como si fuera un plato delicioso al que quisiera hincar el diente.


-Sea como sea, estás muy lejos de casa ahora, princesa -noté el aliento caliente de la persona que me sujetaba, olía a tabaco y algo de alcohol, contuve las náuseas.


El moreno que tenía justo en frente metió su mano en el bolsillo, sacando al segundo algo plateado y brillante, lo reconocí como una navaja, el pánico se apoderó de mi y comencé a patalear hacia todos los lados y a moverme con brusquedad, tenía que soltarme y escapar de allí. Logré morder la mano del muchacho que me estaba sujetando, el cual pegó un grito de dolor y aflojó el abrazó, lo que aproveché para soltar un cabezazo hacia atrás y soltarme del todo, pero entonces un golpe seco en mi cara me tumbó en el suelo.


Me toqué la mejilla, empapada por las lágrimas y a la vez dolorida y dormida por el puñetazo que acababa de recibir, alcé la cabeza, viendo como los tres chicos se acercaban a mi, riendo con sorna y haciéndome ver la navaja que había sacado el moreno. 

-La has cagado pero bien estúpida, no tenías que haber salido de casa - el muchacho de la navaja se agachó un poco y tiró de mi cabello, haciendo que levantara medio cuerpo del suelo gruñendo de dolor, estaba perdida, esos desconocidos iban a matarme o a hacerme algo peor, tenían razón en algo, no tenía que haber salido de casa ni seguir a Thomas y los demás hacía los túneles.


Fue entonces cuando un silbido cortó el aire y se escuchó un grito. Alcé la vista cuando me soltó del pelo y pude ver como el muchacho moreno que me tenía sujeta ahora estaba más centrado en su pie, una hoja de daga, como un shuriken había atravesado su pie, provocando que empezara a sangrar y a lanzar alaridos de dolor.


-¿No os da vergüenza molestar a una chica de esta manera? Pensaba...que los Moderates erais unos cagados de mierda, que os dedicabais a quedaros en casa mientras los mayores hacemos el trabajo sucio - una cuarta persona apareció por encima de la vía del metro. No logré verlo del todo bien, pues estaba más alejado, lo que si logré ver fue la hilera de hojas de daga que llevaba colgando del cinturón, brillando en la oscuridad - como me habéis pillado de buen humor, voy a ser incluso amable... -dijo mientras se acercaba más hacia donde estábamos, hasta quedar al borde de la vía -si os vais ya, yo me ahorro el gastar armas y vosotros podéis acompañar al gilipollas de vuestro colega al hospital, antes de que muera desangrado, no es por echarme flores... -sacó otra hoja de su cinturón con gesto despreocupado y la hizo girar en su mano - pero le he dado en un sitio bastante chungo, aunque si os dais prisa seguro que vuelve a andar, ¿qué me decís? -el chico abrió los brazos, esperando una respuesta y yo pude verlo mejor.


Iba completamente vestido de negro, botas también negras hasta media caña, una sudadera del mismo color con capucha ocultando su cabeza, por la cuál se podían ver algunos cabellos castaños apareciendo, una máscara oscura le cubría la cara hasta debajo de los ojos, los cuales ya no pude llegar a ver.


-¿Quién cojones eres? -alzó la voz el chico del cabello lacio y la boca llena de piercings, mientras intentaba liberar el pie a su compañero.


-¿Y eso qué mas da? Oye os estoy dando una gran oportunidad ¡y la estáis desaprovechando! -negó con la cabeza, suspirando - sabía que los de vuestro rango erais tontos, pero no imaginaba que tanto, joder...¿os vais? ¿o queréis compartir la suerte de vuestro colega mientras os digo quien soy?


No tenía ni idea de quien era aquél muchacho, pero sin duda podía notar como causaba el miedo en los demás, los cuales consiguieron liberar el pie del compañero, entre gritos de dolor, y decidieron llevárselo de allí. Yo me quedé petrificada, dudando de si aquel desconocido que acababa de aparecer era mejor o peor que los anteriores y odiando a Thomas por haberme dejado allí tirada. Vi como se acercaba y me alejé, aún en el suelo tirada, lo cual hizo que este se parara.


 Se agachó un poco al borde de la vía y estiró su brazo, esperando que lo tomara, en ese momento pude ver más de cerca su cara, sus ojos eran rasgados, de un color oscuro, brillantes.

Me levanté haciendo una mueca de dolor, tenía el cuerpo resentido de toda la situación, y tome su mano, agarrándola con fuerza mientras él se levantaba y me ayudaba a subir, apenas tuve que hacer esfuerzo, poseía una fuerza bastante notable. Todo había pasado tan deprisa, cuestión de minutos y sin embargo me sentía tan cansada que parecía una eternidad. Estaba asustada, exhausta, defraudada y congelada, estaba hecha una mierda, literalmente.


-Te has metido en la zona equivocada Redcoat - dijo el muchacho una vez que logré subir, mientras me sacudía el polvo y la gravilla de mis tejanos, mirándolo de reojo para verlo mejor, el chico se bajó la mascara dejándola bajo su barbilla mientras me miraba con curiosidad - ¿qué cojones hacías aquí tú sola? - preguntó mientras guardaba su hoja afilada en el cinturón con las demás.


El muchacho parecía joven, tendría mi edad o un par de años más como mucho, tenía una mandíbula marcada y rasgos asiáticos, se colocó la capucha, sacudiendo un poco su flequillo con una mano.


-No estaba sola -hice una mueca, me dolía la mejilla al hablar, debido al golpe que me habían propinado antes, dudé entre contarle la verdad sobre lo que había pasado, por miedo de entrometer en el problema a Thomas y los demás, pero a la vez estaba tan enfadada porque me hubieran dejado atrás que no se merecían otra cosa -iba con mi novio y más gente, pero escuchamos pasos y al huir me quedé atrás... -expliqué mientras me colocaba una mano sobre la mejilla dolorida, haciendo que el frío de esta me calmara un poco el dolor. Si me salía una marca mi padre se preguntaría que había pasado y seguramente acabarían pillándome.


Mientras me explicaba vi como alzaba una ceja extrañado y sacaba una especie de bolsa de aquél cinturón, la llevaba atada en él, de ella sacó un pequeño frasco a la vez que se acercaba a mi. Por impulso reaccioné dando un paso hacia atrás.


-Es para tu mejilla, o te saldrá un moratón -explicó haciendo caso omiso a mi reacción mientras abría el frasco - créeme, si hubiera querido hacerte daño... -untó dos dedos dentro de la extraña mezcla y la extendió sobre mi mejilla, era fría al contacto, hizo que el dolor aminorara notablemente -...ya lo habría hecho -y dicho esto se limpió el sobrante en su muslo y volvió a guardar el extraño ungüento en su cinturón.


-Gracias... -musité algo más confiada- y...¿quién eres tú? está claro que eres un Riser -me abracé un poco, mi temperatura corporal había bajado por toda la situación y comenzaba a tener frío.


-Veo que las cazas al vuelo rojita -dijo sonriendo de lado- digamos que yo soy la única opción que tienes para salir de aquí -contestó a la vez que me daba la espalda y empezaba a andar -sígueme.

Risers. // JK Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora