Sans había dejado sobre el tocón de un árbol la elegante chaqueta de su traje. Poco le importaba que se ensuciara, pero era más que nada por el respeto que le tenía a su viaja amiga. Estaba como mínimo más aliviado de escuchar que el agua al caer acallaba la fiesta que había a metros sobre él. El podría apostar que las cosas iban de viento en popa para la chica, imaginaba a la adorable figura de ella, bailando lenta y alegremente con el chico de sus sueños, igual que esas figurillas de porcelana en la cima de una caja musical.
Está en buenas manos... No deberías estresarte tanto.
El esqueleto, sentado al borde junto a la cascada mantenía los pies en el agua mirando hacia la luna, cerró las cuencas intentando pensar inútilmente en algo más provechoso, y sería un gran logro quedarse dormido. Pero estaba despierto, y tenía la impresión de que sería lo suficiente para aguantar hasta el amanecer; sentía la boca seca y el cuerpo empapado, una señal para tomar algo fuerte y perder el conocimiento hasta el día siguiente.
Podría volver por un trago.
Había apoyado las manos en las rodillas para levantarse y subir por el par de rocas que tenía detrás. Pero otra vez, su mente le advertía que tendría que verla.
No sé sentía valiente, para verla. Temía a sentirse peor, pero por sobre todo a verlos juntos...
"Heh... ¿Desde cuándo eres un celoso?" Se decía a si mismo viendo su reflejo torcido en el agua "Ya entregaste el paquete, hiciste tú trabajo... Ahora la próxima vez que la veas, hablara con la voz con la que la conociste y dirá : gracias, Sans... Se... Un buen trabajo, una maldita promesa cumplida"
Intento sonreír. Pero los hombros solo le pasaron aún más. Sans miró hacia el cielo estrellado otra vez y frunció el entrecejo.
"Ya cumplí con mi maldita palabra, ¿Que más quieres de mi?" Dijo "porqué tenía que ser alguien tan... Diferente. ¿Dónde saco esa energía, esa determinación? Esa... ¿Esa alma tan pura que ya nadie tiene?"
El esqueleto atraco la cabeza.
"Solo mírate... No eres más que un pobre idiota que odia las promesas y responsabilidades, ¿Quien carajos preferiría eso por sobre un príncipe?... " Suspiró pesadamente y hundió los dedos en el agua "Ella es sueño nada más, y como tal... van con otros de su mismo calibre"
Sans se detuvo a pensar en lo que había dicho, sintiendo que su cráneo comenzaba a arder. Rápidamente hizo un hueco entre sus manos y recogió agua para refrescarse la cara.
"Hablas como un baboso, heh" se dijo "no estás colado por ella..."
¿O si lo estoy...?
Volvió a mirar el agua y ver su propio rubor reflejado.
"¡Que no maldita sea...!" Se agarró el rostro empuñando las manos en su frente "No estás de humor para estás tonterías... No lo estás... Ya no..."
Suspirando con fuerza, agarró sus cosas, haciendo rumbo a su casa. Ni siquiera se molestó en estrujar la bata de sus pantalones mojados. Ya era tarde y estar cerca de ella solo lo haría ponerse más estúpido. Necesitaba alejarse... O al menos hacer callar su mente.
Mierda, no. Papyrus. No podía dejarlo solo.
"Ugh, volveré en la mañana... Así no se dará cuenta"
Miro a los alrededores. Nop, no había señal del gondolero. Todo el mundo estaba en la fiesta para el chico, ni un bar estaría abierto...
Era de mala educación irse sin avisar, tomando en cuanta los buenos amigos que tenía allí también eran los reyes, su tripulación y ... El par de tórtolas. Pero tenían que comprender que, todo esto podía con el, ya no podía hacer más... Estaba cansado y fuerzas para ver en qué terminaba todo esto, no tenía.
ESTÁS LEYENDO
Mi pequeña sirena
FanfictionNunca subas a la superficie, y nunca salgas a la mar por la noche, eran las reglas para ambos mundos.