Lo que faltaba...

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"Lo has hecho bien, hermano, te mereces un descanso" Sonrió llevándose las manos a las caderas mientras veía que su hermano echaba todo el peso de su cuerpo cansado sobre un sillón de cuatro patas "Pero me temo que será uno muy corto. El sol ya terminó de esconderse, la gala deberá comenzar en cualquier momento"

Sans bufó, miró hacia el vidrial convenciéndose de ello. Las luces artificiales se habían encendido por sí solas a medida de que la luz natural se iba, por lo que no lo notó en lo absoluto. Sin quedarle más alternativas, se levantó lentamente. 

Su hermano no había mantenido ocupado ensayando el maldito vals hasta el hartazgo. Era más preferible que creyera que fue por haber dado un mal paso que se enterase de cosas que no entendería.

Ahora tenía que encontrar a la chica, no solo porque le preocupaba que estuviese perdida, también si su cabeza seguiría en el mismo lugar si no aparecía con ella. Toriel era una mujer paciente, pero uno no quería saber hasta donde.

"¡Oigan! ¿Han visto a la chica?" Preguntó Undyne azotando la puerta. La capitana llevaba puesto un traje de color rojo y plateado. Sans no sabría decir si estaba usando una armadura para la ocasión o un vestido para batallar.

"A eso voy" dijo el esqueleto mayor.

"¿A eso vas? ¿No debería estar contigo justo ahora? ¡Eres su maldito compañero! No es como si pudieras dejar a una mocosa sola recorrer este lugar a su antojo, ¡NGHA! Sans Skeleton, Si le ocurre algo a esa niña-"

"¿¡Su compañero!?" Interrumpió Papyrus tomando a Sans de los hombros, levantándolo a su altura "¡No me dijiste que tienes ese honor! ¡Y no estas con ella ahora mismo!" Lo zarandeó" Dios, quien sabe qué puede hacerte la Reina cuando está molesta..."

"Por eso yo-

"¡No hay escusas! ¡Vamos a encontrar a Frisk antes de que esas puertas se abran!"

"Maldita sea, estoy segura de que terminaré haciendo todo yo sola..." Dijo Undyne poniendo los ojos en blanco " Voy con ustedes, la chica no puede estar vestida como una campesina"

"¿Puedo decir algo?"

"¡¿Que?!" Le gritaron al unísono.

Pero lejos de parecer afectado por su incriminatoria falta de atención hacia la chica, Sans pacientemente tomo un respiro.

"Creo que se en donde está"

No conocía a la chica de mucho, pero si algo había notado, era lo mucho en que ella pensaba en su hogar, o más bien, lo que había en el.

Cuando Papyrus era joven, solía leerle mucho uno de los libros que se había llevado de su antigua escuela, era lo único que quedaba de las ruinas de ese lugar. Cada noche se lo pedía para recordar los lugares donde solían jugar a las escondidas con sus otros amigos. Supuso que lo mismo pasaba con Frisk, solo que ella estaba a pasos de llegar y el tiempo era el único límite que tenía.

"Pues bien ¿Qué estamos esperando?" Dijo Undyne "Papyrus, encárgate de la puerta, yo llevaré a este saco de huesos irresponsable"

"¡Si capitana!" Dijo haciendo la venia.

La mujer pez se hechó a Sans a los hombros y salió corriendo a toda velocidad por las puerta hacia el primer cruce de los pasillos.

"¿A dónde?" decía trotando en el lugar.

"Donde haya agua de mar" Respondió 

"¡¿Y eso donde es?!"

"Puede ser en el jardín por la fuga de la cascada o-

"¡Jardín! ¡Lo tengo!" Dijo ella iniciando otra vez la carrera.

Undyne dió una zancada, tomando una dirección extraña que Sans interpretó como un atajo. A punto de chocar contra las paredes, teniendo que girar pronunciadamente, la mujer subió las escaleras hacia el balcón. El esqueleto esperaba a que no se le fuera a salir algún hueso en todo el ajetreo. pero cuando sintió que los tacones que estaba usando Undyne tocaron la baldosa, el sudor frío corrió por su nuca.

Mi pequeña sirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora