Hoy era el día y Harry Potter estaba muy nervioso. La primera prueba. Tenía un mes que se había enterado de los dragones. Hagrid se lo había dicho y se había sorprendido pues Ron lo sabía y no le había dicho nada. Nada.
La mirada del ojiverde se ensombreció. Habían pasado casi dos meses desde la última vez que hablo con su mejor amigo en buenos términos.
El pelirrojo estaba sospechoso; se había cortado el cabello, había mejorado en clase, casi no pasaba tiempo en la sala común y había estado evitando a todos.
Hermione había cambiado su molestia con curiosidad y su curiosidad por preocupación por sus amigos. Cómo no habían llegado a ninguna conclusión con respecto al pelirrojo, se habían centrado en el torneo de los tres magos.
Harry ya tenía dominado el encantamiento convocador.
-¡Harry!- Harry volvió a la realidad. Ya estaba en la tienda para campeones. Hermione lo llamaba.
Se acercó a la fuente del sonido.
-¿Hermione?-
-¿Como te sientes?- hablo la castaña desde el otro lado de la tela.
-Estoy...bien.-
-Mira, tienes que concentrarte y luego tienes que...-
-Combatir al dragón- terminó el azabache.
La castaña hizo un quejido. Paso a la tienda y se abalanzó sobre el ojiverde.
En ese momento el flash de una cámara los hizo separarse.
-¡Jóvenes enamorados, que...tierno.- Hablo Rita Skeeter. -Aunque algo malo pasará este día, de cualquier modo serán noticia.-
Harry suspiro. Lo único que le faltaba, que Ron pensara que en su ausencia, el y Hermione hubieran acabado juntos.
Esta sería una prueba muy larga.Potter lo había logrado. El maldito había conseguido pasar al dragón y además, Hermione lo consideraba un verdadero héroe.
Ron frunció el ceño con disgusto. Maldecía el día en el que se había sentido afortunado por sus "amigos".
-Oye, tranquilo, zanahoria. Romperás el periódico.- la voz del rubio resonó.
Ron levantó la mirada, relajó el gesto y dejó el periódico sobre la mesa. Se encontraba en la sala común de Slytherin, al principio había sido raro pero Malfoy había dado la orden de que nadie podía decir nada y, ya sea por respeto o por miedo, lo obedecieron. Estaba sentado junto al rubio, esperando a que Pansy terminara de armar su primer conjunto para sacar a la luz su ahora nueva amistad. Faltaban 20 minutos para la cena. Esto sería todo un escándalo. El plan era el siguiente; el resto del grupo de Draco se adelantaría, el rubio y el pelirrojo llegaría tarde a propósito para que todos los vieran. Llegando a el gran comedor; Astoria tomaría a Draco del brazo y Pansy a Ron, Blaise se pondría a la derecha de Ron y Theo a la izquierda de Draco, Crabbe y Goyle atrás.
Sería la primera prueba del prelirrojo. Debía caminar correctamente, mostrar el gesto aristócrata que Draco le había enseñado y tener modales elegantes y delicados. Esperaría a la primera reacción general, miraría hacia el fastidioso Gryffindor y le dedicaría una mirada sarcástica marca Slytherin, luego se reiría y seguiría caminando a la mesa Slytherin.
-Weasley, Weasley. Rápido, ponte esto. Te verás genial.- hablo Pansy apresuradamente. El pelirrojo sonrió.Harry se sentó junto a Hermione, la chica estaba furiosa. Aún tenía en las manos el diario el profeta. No se creía lo que decía. Harry que ya se lo esperaba, estaba ligeramente más tranquilo. Ayer había vencido al dragón y aunque muchos lo habían felicitado, la única persona que le importaba seguía sin hablarle. Se sentía vacío, su logro no valía nada. Esperaba que el pelirrojo volvería a hablarle después de casi morir pero esto nunca ocurrió. Ahora tenía un plan. En cuanto el pelirrojo llegara, hablaría con el y haría lo necesario para que este lo perdonara, aunque en realidad no había sido su culpa.
Las personas entraban, el tiempo pasaba y el pelirrojo no aparecía. Harry comenzó a impacientarse, ¿sería posible que este hubiera adivinado sus planes?.
El gran comedor ya estaba casi lleno y solo faltaban dos personas, su pelirrojo y Malfoy. ¿Y si...Malfoy le estaba haciendo algo?. Harry apretó los puños. Ese maldito era capaz de cualquier cosa con tal de molestarlo.
-Harry...¿Estás bien?- la voz de Hermione lo hizo voltear. La castaña estaba comiendo y se dio cuenta de que era el único que no se había servido nada.
-Ron no está aquí.- expresó aún tenso.
Hermione lo miró con lastima.
-Harry, ya hablamos de esto. Déjalo que se calme. Te prometo que volverán a ser tan unidos como antes, ya sabes cómo es...-
En ese momento la puerta del comedor se abrió.
Entraron dos personas, la primera era el maldito rubio prepotente, no traía el uniforme. "¿Por que será? ¿Tendrá evidencia?" Pensó Harry.
En ese momento vio a la persona junto al rubio.
Traía un traje formal que lucia bastante costoso, un reloj reluciente en forma redonda, unos zapatos negros brillantes y su cabello rojo contrastaba con el negro del traje...un momento, ¿Rojo? Malfoy no tenía amigos pelirrojos. En ese momento, el chico misterioso miró al ojiverde a los ojos. "Ron". Harry cayó en cuenta. Por un momento se negó a creerlo, ese extraño portaba una mirada tan fría como la de cualquier Slytherin. Pero esos ojos, azules como el mar no podían ser de nadie más. El gesto aristócrata del pelirrojo se deformó y formó una sonrisa tan cruel que le recordó a todas aquellas que Malfoy le había lanzado en cuatro años que llevaba conociéndolo. En ese momento, Párkinson agarro a su pelirrojo del brazo y le susurró algo al oído, este se rio. Hasta su risa había cambiado, parecía ensayada, aburrida y elegante. El resto del grupo de Malfoy se posicionó junto al ojiazul, Malfoy le dirigió una mirada y se rio, el rubio se acercó a él pelirrojo y le susurró algo al oído. Este regreso su mirada hacia Harry, su mirada se convirtió en un gesto de ¿lastima?...luego, se recompuso y regresó a su mirada de autosuficiencia.
-No puede ser...-escucho que Fred Weasley decía.
-Maldito, envidioso, traicionero...- empezó la pelirroja.
-Silencio, Ginny.- interrumpió George.
Una mano agarro su hombro.
-Harry...- en ese momento se dio cuenta de que tibias lágrimas recorrían sus mejillas.
Rápidamente se levantó de la mesa y corrió hacia la sala común.
ESTÁS LEYENDO
Candy Store.
FanfictionHarry Potter acaba de ser seleccionado para el torneo de los tres magos y para su sorpresa, Hogwarts estalla en aplausos y vítores. Todos están convencidos de que nadie nunca podrá contra Harry Potter. Este se siente aliviado de no tener que recibir...