Capítulo 10

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POV Katniss

1996. Astoria (Oregón)

Tus manos están sangrando pilluelo — dije haciendo a mi hermano sobresaltarse.

Me miró con preocupación y luego a sus manos.

— Fue un día pesado con Brutus — explicó sin dejar de mirar el cielo.

Teníamos suerte de que fuese un día sin lluvia en Astoria.

Marvel suspiró y dio una calada a su cigarrillo diciendo:

— Todo será mejor algún día Kat, nos iremos de aquí juntos y te daré el cielo. — prometió antes de mirarme y sonreír.

Él tan sólo tenía ocho años en ese entonces.

ACTUALIDAD...

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Respiro una y mil veces sin encontrar mi paz, todo está volviendo como el puto karma, como si yo fuese la mujer más mala de este mundo y esté pagando facturas de errores que, admito, no recuerdo haber cometido.

No puedo decir que lo hago, no recuerdo lo que estoy malditamente pagando, aunque quizás debería hacerlo, siendo claro que llevo un equipaje tan gigante en mi espalda como Jesús llevo su cruz. Sería mentir si dijera que sé quién fui en mi vida pasada, Cecelia habla de que en su vida pasada era una hermosa Marilyn Monroe, yo quizás fui Judas o alguien peor. No soy una santa, en su tiempo quise serlo amando a un monstruo y terminé matándolo de un tiro.

Grito entrando a mi celda y dando mil vueltas sin encontrar sosiego. Quisiera poder haber golpeado a mi madre hasta que su cerebro le llegara a su lugar, sin embargo, eso sería un karma peor que el de haber asesinado a mi marido.

— Everdeen…

Julie tiene sus esposas en la mano y masca un chicle como si fuese una vaca. Arrugo mi nariz y ella gira los ojos llamándome estúpida en su mente. Sonrío ante eso, no puedo escuchar como insulta a las personas en su mente, pero puedo imaginarlo y en mi mente suena divertido.

— Tienes visita. — dice y yo no me levanto.

— Si es mi madre de nuevo...

— Es tu hermano. ¿Crees que dejaría que la zorra drogadicta te pusiera un dedo encima de nuevo? Con todo el respeto que te mereces claro, siendo que es tu jodida madre.

Me interrumpe dejando caer la noticia como si fuera un balde de agua fría. Aprieto mis manos y veo el tatuaje antes de levantarme y dejar que me pongan las esposas. No he demostrado jamás ante nadie mi debilidad y esta vez no será la excepción.

—¿Cómo es que hoy después de tanto tiempo tu familia aparece? —pegunta Julie.

Para la sorpresa de cualquiera, yo no tengo respuesta para eso.

Cada paso se siente una y mil veces más pesado de lo normal, Julie me hace girar en el lugar contrario de las visitas hacia el cuarto de interrogatorio en donde dos hombres custodian la entrada.

— Oye guardia, este no es el camino. — digo sintiéndome nerviosa.

Julie rueda los ojos de nuevo y me quita las esposas antes de obligarme a entrar.

Cuando mi hermano nació, yo estaba por cumplir siete años. Mi madre llevaba años intentando volver a ser madre sin ningún fruto, bueno, eso sin contar el hecho de que mi padre apenas la tocaba lo suficiente para lograrlo. Cuando ella lo logró, se volvió una mujer feliz y más aún cuando mi padre supo que su apellido no quedaría perdido, ya que iba a ser un varón. Marvel dejó de gustarle a mamá en cuanto empezó a padecer de cólicos y a llorar cada hora, dejó de importarle en cuanto empezó a caminar sólo, ella no había logrado jamás su cometido, pues la atención de mi padre había vuelto a ser el trabajo y la de ella el alcohol.

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