Capítulo 20

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POV Peeta

Cuando Jane golpeó su mazo dando el espacio para que el jurado delibere, sentí el peso en mis hombros aún más de lo que lo había sentido. Nunca una decisión en manos de personas que realmente no conocían a Katniss me preocupó tanto. Guiaron a Kat a una celda de nuevo y verla destruida dándose por vencida casi me destruyó a mí. No era fácil pensar en que estábamos a punto de perder un juicio y las palabras de aliento no serían suficientes si lo hiciéramos. Por primera vez en mi vida me sentía inseguro de esto. Siempre me caractericé por ser un abogado ejemplar seguro de cada victoria. Hoy no sabía que iba a pasar y eso me preocupaba demasiado.

Veintinueve años en una cárcel no era lo que quería para Kat. Con su hermano visitándola y ella esperando a que él lo hiciera cada semana. Eso no era vida. Quería conocerla. A Kat. Y, aunque suene estúpido, poder descubrir quién era esa hermosa y dañada mujer. Porque lo sabía, Katniss es una mujer rota pero es más fuerte de lo que se ve también, eso no podía negarlo. Quería poder descubrir el mundo con ella a mi lado, porque también sabía que la inocencia era algo que aún reinaba en ella.

Caminé fuera dejándola sola un momento, necesitaba pensar un poco y parecer más seguro para ella, quería ser el pilar que necesitaba y en este momento no lo era. Detrás de mí caminó Haymitch quien me siguió hasta que me senté y él lo hizo a mi lado. No sabía que iba a estar aquí, ni si quiera creí que recordara que hoy era el final del juicio. Aun así, no dije nada no tenía palabras para expresar lo que sentía y él no me entendería, estaba molesto con ellos por dejar que Séneca se metiera en mi familia, él no tenía una buena razón para estar con Johanna y eso me corroía a diario. Pensar que él fue el mejor amigo de Gale Hawthorne me mataba, podría tener las mismas malditas costumbres que Gale y no quería ver a mi hermana sufrir por ningún motivo. Ni si quiera podía imaginar lo que él podría llegar a hacerle si realmente tenía los pensamientos tan perversos como Gale.

— Al menos lo intentaste —dijo mi padre de pronto llamando mi atención.

Lo miré y parecía nervioso a mi lado, no como mi padre el hombre seguro de sí mismo dispuesto a defender al mundo con la ley en la mano. No, sus ojos nunca se encontraron con los míos, él solo miraba al frente y parecía tenso evitando mirarme.

— Es un poco tarde para tus palabras ¿No lo crees? Voy a ganar este caso.

El reproche en mi voz y mi seguridad se hizo notar. Haymitch se estremeció y se arregló la chaqueta diciendo:

— Te dije que…

Me levanté molesto y miré a mi padre a los ojos por un momento corto antes de hablar sin dejarlo terminar.

— Dijiste que ibas a estar allí desde el principio y no lo hiciste Haymitch. Creo que realmente este no es el momento ni el lugar para entrar en detalles de que fue lo que me dijiste.

Haymitch se irguió en su altura con sus ojos brillando en ira, fue en ese momento que me dije ¿quién demonios era este hombre frente a mí? Entonces, me dijo entre dientes:

—Soy tu padre.

Sus palabras fueron como agua fría cayendo sobre mí, lo dijo con una auténtica autoridad tratándome como a una escoria. Me reí sin humor y respondí:

— Y yo agradezco que me lo recuerdes, pero siendo honesto, realmente esas no son las palabras que quiero oír. Ahora si no tienes nada más que decirme, algo realmente importante, no creo que debamos hablar.

Me giré dispuesto a dar esta charla por terminada, pero Haymitch habló.

— Johanna quiere que vayas a su cena de compromiso el viernes de la semana que viene. Lo merece, es tu hermana.

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