Capítulo 15

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Mientras Camila mordizqueba algo sin aparente estado de ánimo, Luaren estaba creando teorías locas sobre lo que estaba sucediendo dentro de la cabeza de su esposa. Camila había estado callada últimamente más de lo habitual, parecía triste como si las horas no importarán, como si todo hubiera perdido su gracia.

— ¿Estás bien?.— Lauren preguntó visiblemente preocupada, se habían casado hace cuatro días y el aparente "entusiasmo" de Camila a este aspecto era notorio.

— Si — Camila acaba de decir eso. Sus ojos siguieron el momento exacto en el que Lauren se puso de pie dejando sus muslos a los ojos de Camila nuevamente, llevaba solo una camisa ancha que le llegaba a la mitad de las piernas y lo que llevaba debajo no era visible, probablemente pantalones cortos.

Lauren se acercó a la nevera y tomó leche virtiendo el líquido en una jarra y poniéndola a calentar.

—¿Qué estás haciendo?.— Preguntó Camila con curiosidad ya que Rosalía solía ser la persona en la casa que tocaba la estufa, pero la mujer había ido al mercado dominical y por lo tanto no estaba presente. A Lauren no le gustaba tener otros empleados en la cocina y en caso de que Rosalía se fuera, a Lauren no le importaba cocinar, había aprendido mucho de la dulce dama después de todo había pasado la mayor parte de su infancia con ella.

— Mi padre me decía que cuando estaba triste...— Hizo una pausa para obtener más cosas.— Que un poco de chocolate caliente ayuda.

— Pero no estoy triste.— Protestó Camila.

— Eso es lo que tú querida mía, dices.— Dijo Lauren sonriendo y Camila suspiró mirándola.

— Lele dice a menudo que el chocolate caliente es lo mejor del mundo.— Dijo Camila sonriendo ampliamente al recordar a su mejor amiga.

— ¿Lele?.— Preguntó Lauren confundida mientras derramaba una barra de chocolate en la lechería junto con un poco de azúcar y comenzó a menear el líquido.

— Si, mi mejor amiga.— Explicó con nostalgia.

— ¿Estuvo en la boda? ¿La vi?.

— No, mamá pensó que era mejor que no a pareciera allí.— Dijo.

— ¿Por qué?.— Preguntó aún sin entender.

— Ella no se ajusta a la nobleza según mi madre.

— Ustedes... ¿se conocen desde hace tiempo?— Preguntó tan pronto como virtió el líquido en la taza y se la dio a Camila. Iba a beber un poco pero Lauren se apresuró en hablar.— ¡Cuidado! Esta caliente.

— El nombre es "Chocolate caliente" por alguna razón.— Dijo Camila juguetonamente y Lauren sonrió mirando a Camila reír antes de soplar el vapor de la parte superior del líquido. Tomando justo después.

— ¿Entonces? ¿Que tal esta?

— Una delicia.— Dijo Camila sonriendo.— Y en cuanto a tu pregunta... nos conocemos desde que teníamos como trece años

— Parece que la quieres mucho.— Lauren analizó.

— La amo.— Señaló.— como la hermana que  nunca tuve

— Casi me imagino a ustedes dos corriendo entre las carpas del pueblo, mientras sus madres gritaba sus nombres con furia.— Habló riendo.— Camila te vuelves insolente, esa no fue la educación que te di.— Dijo imitando la voz de Sinuhe. Los ojos de Camila se abrieron riendo, eran exactamente las palabras de su madre.

— Eso es algo que ella diría seguro.— sonrió. — Eleonora es su nombre. Lele siempre fue aventurera y bueno huir de mi madre fue una de las mejores aventuras.— Lauren no podía entender por qué la madre de Camila le impedía su amistad, pero la importancia de la chica para Camila era clara. Sin darse cuenta llevó una de sus manos a la mano libre de Camila y la apretó de manera respetuosa.

— Te ves mucho más sonriente.— dijo genuinamente.- Y no estoy tratando de parecer galante porqué fallaría miserablemente. — Lo dijo riendo.— Lo digo porqué es la verdad más simple y mas pura.— Camila se sonrojó y miró a su taza.

— Gracias.— Camila no deshizo el contacto de sus manos Lauren tenía un tacto tranquilo y manos suaves debía tranquilizarse, pero la imagen de Lauren que la quiere como una esposa todavía le asustaba a pesar de que nunca le faltaba al respeto, Lauren nunca había dicho que estaba interesada en ella pero la forma en la que la miraba lo dejaba muy claro.— Me siento en deuda contigo.— Confesó Camila sin darse cuenta de que sus palabras salieron en voz alta.

— ¿Por qué?.— Preguntó sorprendida.

— Te casaste conmigo pero no tienes una esposa que te cumpla... ya sabes— Terminó sonrojandose.

— Pero tengo una esposa que cumple el rol de amiga, estoy más que satisfecha.— Camila se sintió aún peor, ella no veía a Lauren como una amiga sino como una amenaza, se dijo así misma que debía sentirse cómoda frente a esos ojos verdes intensos pero no podía hacer más que sentirse intimidada.

Las palabras de Lauren en lugar de brindar consuelo fue un golpe en el estómago de Camila. Por supuesto hubo momentos en el que olvidó que estaban casadas y se reía ligeramente de las cosas que decía Lauren. Un simple golpe en sus manos hizo que Camila pensara que Lauren podría cambiar de opinión y reclamarle sus derechos como esposas.

— Ambas sabemos que no sé cómo jugar ese papel contigo.— Camila confesó avergonzada.

— Todavía.— Lauren no dijo nada más, solo trató en concentrarse en no enfrentar a Camila, sabía que sus actos asustaba a la chica sin embargo no siempre podía evitarlo, a veces se quedaba mirando los labios de Camila mientras esta decía algo.

— Todavía.— Repitió Camila después de un tiempo decidida de darle a Lauren su amistad sin malicia, sin motivos ocultos, solo su amistad de la manera más pura y sincera.— Y tú no vas a beber chocolate caliente?.

— Más tarde.

— ¿Por qué? No te gusta el chocolate caliente por la mañana?.— Preguntó curiosamente.

— Me encanta el chocolate caliente a cualquier hora del día.— Su risa ronca hizo que Camila se sintiera cómoda con su presencia. — Era la última barra de chocolate que preparé para ti, esperaré que llegue Rosalía. — Camila no entendía como es que Lauren podía ser tan servicial y amable todo el tiempo, se permitió examinar los rasgos de la mujer sentada frente a ella y vio satisfacción.

Como podrías estar satisfecha de haberse casado con alguien que no la amaba, que tenía pensamientos de huir con un hombre de ella y todavía le hace la última barra de chocolate con leche

Apartó la mirada de Lauren cuando notó que la estaba mirando durante varios tiempo, Camila pensó que era natural mirar a Lauren, todos pierden largos minutos haciendo eso ya que es una mujer sumamente hermosa, con esos ojos verdes intimidante que te hechizan, con su piel sumamente blanca y suave,  y sus pequeñas pecas que la hacen ver sumamente adorable, sus cejas perfectamente pobladas que junto a sus ojos y pestañas la hacen ver una mujer muy sensual, seguramente tiene muchas personas detrás de ella por tener esa belleza cautivadora, pensó Camila .y nuevamente volviendo a tomar su chocolate caliente en el silencio intimidante del ambiente.

Después Del Arcoiris ( Traducida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora