El chico que cayó del cielo

2.5K 120 9
                                    

No todos tenemos la dicha de tener a alguien cuando estamos tristes; y yo me encuentro en esa situación. Mi nombre es Hallen Hills y tengo 15 años.  Soy constantemente maltratado por los abusones de mi instituto. He intentado pararlos, pero no ha resultado. Soy demasiado débil para enfrentarme a ellos. En el instituto no tengo ningún amigo así que me encuentro solo, aunque después de pasar prácticamente toda tu vida siendo ignorando, excluido y maltratado por todos te acostumbras. En casa la situación empeora aún más. Vivo con mis padres y mi hermano, los cuáles se encargan de recordarme que mi existencia es un error. Mi hermano es tres años mayor que yo y por eso se que superior a mí. Constantemente me maltrata golpeándome. "Mis padres son los mejores padres que puede haber pedido". Me maltratan y me tratan como si fuera un perro. También me recuerdan constantemente que fui un error, que no debí haber nacido. Mientras mi hermano se lleva lo mejor yo solo recojo las migajas de lo que sobra o ellos desechan. Mirándolo por el lado positivo me dan un lugar donde vivir y me alimentan. A quien engaño. Solo lo hacen por que son responsables míos hasta que sea mayor de edad. Después de eso no les importará que pase conmigo.
Esta es mi historia, mi vida. Una monotonía que estoy cansado de vivir día tras día. No aguanto más ser golpeado y maltratado, ser tratado como escoria y que me recuerden que mi existencia es un error. –¿Qué debo hacer?– y fue ahí cuando esa oscura idea se cruzó en mi cabeza...

Desperté como de costumbre. Me mantuve un tiempo en cama  sin poner mis pies en el suelo, pues sabiendo que si lo hacia mi rutina comenzaría otra vez. Después de unos minutos salí de cama y me miré al espejo que tenia en mi habitación

–Hoy será un buen día Hallen– me dije al mirarme al espejo con una amplia sonrisa, mientras  empezaban a correr lágrimas por mi rostro a saber que nada lo que acababa de decir era una ilusión
–No llores, hoy terminarás con tu sufrimiento – me dije secandome las lágrimas de mi rostro y volviendo a lucir esa falsa sonrisa que me empeñaba mantener para que todos miraran

Salí de mi habitación y me dirigí al cuarto de baño. De el salió un chico algo parecido a mí, lo que un poco más grande. Tenía el pelo café oscuro y ojos de color café. Traía puesto un short y una camiseta de color blanco. En su boca tenia un cepillo dental. Ese chico al verme se acercó a mí con una mirada de odio. Me golpeo fuertemente en mi estómago haciendo que me inclinara.

–Eso es, respeta a tu hermano mayor– decía con una burlona sonrisa en su rostro mientras me empujaba con su pie.

Me retorcí en el suelo por el dolor. Sentí pasos acercándose y rápidamente me intente levantar.

–¿Ahora qué sucede contigo?– hablo un hombre de aproximadamente unos 35 años de edad, el que al igual que mi hermano y yo tenía el cabello de color castaño oscuro

–Nada– dije tratando de sonar normal y esconder el dolor

—Entonces quitate del medio– dijo empujando

–Buenos días papá– Murmuré

–¿Digiste algo?– dijo enojado

–No, solo estaba recordando las asignaturas que tocaban hoy– fingí sonreír, a lo que el miró con desprecio

–No me hagas perder el tiempo con tus estupideces – dijo marchándose

Entré al baño para acerarme y después me dirigí a mi habitación, la cual era algo simple. Solo poseía una cama, una mesa de noche, algunos muebles donde ponía mi ropa y una ventana.
Tomé mus libros y mochila y me vestí. Fui hasta la cocina para tomar algo de comer. Al abrir la nevera esta estaba llena de comida, casi al final y solo se encontraba una manzana roja, la cual me llamó la atención y para ser sincero era lo único que podía tomar. Unas manos fueron más rápidas que las mías. Mi hermano la había tomado primero.

Mi chico SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora