Capitulo 15

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-¿Otra vez sacando estas notas? Debería darte vergüenza - se escuchaban los regaños provenientes de la madre de Hallen

-L-lo s-siento- tembló el pequeño niño- No soy bueno en mates

-Deberías ser más inteligente como tu hermano -

-Nunca lo será mamá. Nació sin cerebro - río su hermano mayor

-Tú callate - mandó una mirada asesina a su hijo mayor- Ya tomaremos medidas al respecto - dijo la mujer adulta tensando más al menor

Hallen se retiró después de que su madre se lo ordenó, adentrándose en su pequeña habitación y ocultándose bajo su descuidada cama temblando, esperando a que el sol se ocultara, rezando por que ese día se olvidaran de él, ya que era cuando su mayor pesadilla llegaba de su larga y estresante jornada laboral. Desde abajo se podían escuchar gritos e insultos como era normal entre sus padres cada vez que llegan del trabajo molestos, furiosos, estresados, llenos de ira. Hallen de alguna manera los ayudaba de forma "terapéutica" siendo objeto de desquite ya sea sentimental o de forma física. A pesar de vivir eso todos los días desde que tiene razón no se acostumbraba. La vieja puerta de su habitación se abrió de golpe causando un gran estruendo que le hizo temblar.

-¡Sal pedazo de mierda! ¡Si eres inteligente lo haremos por las buenas, pero si tengo yo que buscarte no te va ha gustar nada!- amenazó su padre

Hallen quería negarse a salir, pero no podía hacer eso. Su padre de seguro lo encontraría y lo golpearía. De nada servía ocultarse en un lugar donde ni siquiera se puede esconder un ratón, de lo tan pequeño que era la habitación . Con miedo salió de la cama, preparándose para su rutina. Con mucho "cariño" recibió los abrazos de la hebilla de metal del cinto de su padre. Hallen tenía prohibido gritar o llorar mientras le golpeaban, pero le era imposible aguantar tanto dolor. Una vez más su garganta quedaba seca, gastada, sin voz. En mente se preguntaba como era capaz de sonreír cada mañana o de animar a su amiga Violett. Cuando todo terminaba lo dejaban lastimada, aveces inconsciente en el suelo con heridas graves que no tenían tiempo de de sanar o tan siquiera dejar de doler ya que al otro día todo seria igual. Después de eso su padre le enviaba a trabajar en ese lugar donde suele perder la conciencia embriagándose y el tenía que pagar la deuda trabajando en el bar. Aun así Hallen era inocente pensando que se merecía todo eso, pues se engañaba a si mismo, siempre buscando alguna justificación para esos constantes castigos pensando que era por su mal rendimiento académico esta vez. Hallen se esforzaba por ser ese chico bueno, por ser como su hermano mayor, mejorando cada día sus notas esperando llegar a casa un día y poder escuchar "Ese es mi hijo, inteligente como sus padres" o no hacia falta escuchar palabras de las bocas de sus padres, solo con ver una sonrisa y sentir que era reconocido por sus padres bastaba.
Con la vista borrosa pudo identificar a su hermano mayor entrar por aquella puerta. Ya no era como antes su relación de hermanos. Allen cada día disminuía las visitas, también eran pocas las veces en las que se encontraban juntos en la escuela adonde iban, pero aun así el se encargaba de cuidarlo a pesar de actuar como si no le interesara, a pesar de ser el uno de los abusones que le golpeaba en la escuela, a pesar de ser el que lo humillara delante de los pocos amigos que tenía, a pesar de ser el que le organizara una fiesta de cumpleaños solo para ilusionar a un pequeño niño necesitado de afecto y cariño, y después destruir todo solo por diversió arrancando le los pocos pedazos que conformaban el corazón de Hallen, a pesar de cuanto dolor, vergüenza, tristeza le hiciera a pasar a su hermano, él venía y lo cuidaba.

-Allen...- sonrió débilmente mientras trataba de levantarse del suelo

-No te levantes - dijo su hermano mayor dejando una caja a su lado

Mi chico SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora