05

613 58 91
                                    

Habían pasado unos días desde que Adrien conoció a Naomi, ambos se volvieron buenos amigos, al punto de que está llegó a conocer al resto, todos le cayeron muy bien, más la joven de coletas que llevo cosas dulces al encuentro, nos gustaría decir lo mismo de ella, pero para Marinette fue un gran dolor ver a su crush acompañado de una chica tan linda y por la cual él se preocupaba mucho.

Hoy era sábado y los chicos realizaron un picnic en el parque central, la idea fue de Adrien el cual lo uso como excusa para introducir a su nueva y buena amiga; mientras todo esto sucedía, Nathalie salía en solitario de la mansión, hoy era un día bastante difícil, se conmemoraba un nuevo aniversario de la muerte de su amado Alex, llevaba años sin sentirse mal en este día, pero la reciente historia de la amiga del rubio, revivió fantasmas de su pasado que creyó tenerlos bien enterrados; la mujer camino durante varias horas, quería distraerse y evitar pensar en aquel hombre, se sentía una tonta al pensar que lo había olvidado, ya que aún conservaba aquel gesto que hizo en su honor, su mechón rojo, el cual teñia muy seguido para que siempre se vea explendido, durante la tarde pensó en dejarlo de cuidar para que con el tiempo se borre, pero se dio cuenta que ese detalle ya se había vuelto parte de su esencia y por más que quiera no podía deshacerse de él.

Después de dar varias vueltas por la ciudad, su mente, como si la traicionará, empezó a pensar en aquella niña que dejó hace dieciséis años en aquel orfanato y por la cual nunca se preocupó en volver, su pecho ardía mucho al tratar de imaginar cómo sería ella ahora, sus ganas la traicionaron aún mas y cuando se percató de lo que hacía había caminado inconsciente hasta la puerta de aquel lugar, el miedo la invadió, pero ya estaba ahí, tenía que hacerlo, sin dudas entro en ese edificio y camino por sus pasillos hasta llegar a la dirección, ahí golpeó la puerta y espero a que Nelida abra, en efecto lo hizo, y se llevó terrible sorpresa, en ese momento Nathalie era como un fantasma que se aparecía ante un vivo.

─Hola─ musitó en tono bajo la de greñas canosas aún sin salir de su asombró

─Hola Nelida─ la mujer se corre y la ejecutiva ve una silla, al entender la indirecta ingresa en el lugar y se sienta, la mayor cierta la puerta con rapidez y va hacia el escritorio

─Que sorpresa─ dice con alegría, Nathalie luce apática

─Si que lo es, paso tiempo.

─Mucho─ réplica rápidamente con algo de molestia ─Pero al fin volviste

─Si. . .en realidad no sé qué hago aquí, creo que me traicionó mi subconciente─ se levanta ─Esto fue un error─ se gira para ir hacia la puerta

─¡Espera!─ se para también ─¿Acaso no la verás?─ pregunta mientras en su garganta se forma un nudo, uno lleno de angustia

─¡Traela si eso quieres!─ grito envuelta en odio

─Viniste en un mal momento, salió, tiene amigos y está con ellos, pero creo que no tardará en venir─ se sienta ─Espera y la verás

─No pienso esperar, tuve suerte de que no esté, no pienso desaprovechar esta oportunidad─ se gira y la mira ─No le digas nunca que estuve aquí, no pienso volver─ se gira, camina y sale de la habitación

Nathalie sale a paso rápido y cuando se encuentra en la acera comienza a correr, lo hace de una forma que pareciera que estaba siendo perseguida, cuando ya se encontraba lo más lejos posible, paro y tomo algo de aire, estaba exhausta, luego de varios minutos en reposó continuo a paso tranquilo hacia la mansión.

Al llegar se encontró con su amado y unos trabajadores, estaban retirando el cuadro que había en el descanso de la escalera, la mujer se sorprendió al instante pero no le dio importancia.

Miraculous: Quiero estar contigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora