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Paul y Nathalie llegaban a la playa, era un día soleado, perfecto para estar allí, el clima ayudaba, no estaba ni muy cálido ni muy fresco. Ambos caminaron unos cuantos metros y cuando vieron el lugar indicado, clavaron la sombrilla, extendieron la manta y se sentaron a disfrutar del paisaje costero que tenía la ciudad.

─Antes que nada, me gustaría decir que estoy muy feliz por esto─ comento el pelirrojo mirando fijamente a la dama

─Me alegra oír eso─ sonríe

─Prepare yo mismo la comida─ dice abriendo la canasta que llevaba con el ─Y compre masitas de arándanos

─Mis favoritos─ dijo alegre

─¿De verdad?. . .vaya que coincidencia, los míos igual─ se sonroja

─Ya veo porque te acercaste a mi, tenemos gustos muy similares─ hace una leve pausa ─¿Si sabes cocinar por qué vas al restó todos los días?─ preguntó curiosa

─Veras. . .cocinar para alguien no es lo mismo que cocinar para uno─ suspira ─Me parece tonto, por eso prefiero ir al restó─ sonríe pícaro ─Ademas que allí trabaja una linda señorita y me agrada verla cada vez que voy

─Vaya galán─ ríe

De pronto se sienten unos gritos no muy lejos de ellos, Nathalie se gira para ver qué era lo que causaba tal alboroto, a lo lejos se encontraba una multitud de chicas encerrando a lo que parecía ser un chico.

─Que raro que una celebridad visite Boulogne en estas fechas─ comento el hombre observando también la escena

─Pobre chico, si nadie lo rescata ahora será ultrajado por esas niñas─ ríe y se vuelve a girar para mirar a su acompañante ─Sabes antes de trabajar aquí, era asistente ejecutiva de un reconocido modeló, casi siempre me tocaba salvarlo de ordas como esas─ ríe

─¿Hay algo que no hagas?─ pregunto obnubilado

─Modelar─ bromeó ─Luego hago de todo, y lo hago muy bien

¡Corran es Adrien Agreste!─ grito una niña que pasaba cerca de estos, Nathalie palideció

─Ay no─ dijo viendo en la dirección que la niña corría

─¿Que ocurre?─ dijo el pelirrojo muy preocupado

─Es el modelo del que te hable─ se levanta y ve como Adrien se cubre del ataque de sus fans

─¿No deberías ayudarlo?

─Deberia. . .pero no puedo─ mira al hombre ─Ayudalo por mi, luego te cuento, por favor─ suplicó

─No te preocupes.

Paul se levantó y corrió hasta el joven, inmediatamente se abrió paso entre las niñas y con una frase las espantó, en cuestión de segundos no quedo ninguna que molestará al modelo.

─Muchas gracias señor─ dijo el ojiverde con pudor ─Esta mañana camine por la ciudad y nadie me reconoció, pero aquí había turistas parisinas y fue mi perdición, no sé qué habría hecho sin usted─ sonríe

─No te preocupes, ¿no deberías tener un guardaespaldas o asistente que te cuide?

─Los tengo, pero los dejé en el hotel, aquí no llamábamos la atención y no parecía ser necesario que salga con ellos─ suspira ─Volcere a la ciudad antes de que me vuelva a pasar algo parecido, muchas gracias por la ayuda

─De nada─ sonríe y ve como el rubio se va caminando a paso tranquilo, Paul luego regresa con Nathalie y se sienta a su lado con una cara pícara

Miraculous: Quiero estar contigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora