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Los primeros rayos de sol empezaron a iluminar la ciudad del amor, en la mansión Agreste las cosas estaban muy tranquilas; el primero en levantarse fue Gabriel, y su primera acción fue ir a ver cómo se encontraba su novia, está dormía abrazada a una almohada, pero se notaba que había llorado, el hombre sonrió ladinamente, acarició sus mejillas y salió del lugar, hoy esa mujer no trabajaría, tendría el día libre, y él se prepararía para hablar con su hijo de la relación que estos mantienen en secreto.

─Buenos días padre─ saludo el modelo entrando en el comedor, el hombre se sorprende al verlo, justo pensaba en el

─Buenos días hijo─ lo mira ─Tu desayunó─ señala una taza de té a su lado

─¿Donde está Nathalie?─ pregunto sentándose y viendo la taza

─No se sentía bien y le permiti quedarse en cama─ contesto bebiendo un sorbo de su café

─¿Esta bien?─ musita triste, las enfermedades en esa casa no eran buenas señales, la última vez que alguien se sintió mal fue su madre y todos sabían cómo terminó eso

─Si. . .solo está atareada─ suspira ─No debes preocuparte, es emocional─ aclaro para borrar toda preocupación

─No me gustaría que le pase nada─ dice y le da un sorbo a su te

─¿La quieres mucho, verdad?─ se animó a preguntar con bastante temor

─Si padre, Nathalie estuvo siempre a mi lado, incluso en los momentos que no puedo recordar con claridad─ hace una pausa ─Y cuando mamá se fue, ella no me dejo─ esconde su mirada en el contenido rojizo de su taza

─Es una gran mujer sin dudas─ comento el diseñador sin pensar

─Lo es─ susurra, luego levanta la mirada y la fija en su progenitor ─Creo que habría que darle más tiempo libre para que pueda hacer su vida, lleva tanto tiempo a nuestro lado que tengo miedo de que se quede sola

─Creeme que intente muchas veces darle tiempo libre, jamás los acepta─ suspira ─Es tan terca como yo─ acotó

─Hay que insistir mas─ replicó decidido

─Hago mi mayor esfuerzo para que ella sea feliz, pero es tan complicada, que se vuelve una tarea dificil─ dijo mientras sus mejillas se teñían de un leve color rosa

─¿Como es eso?─ cuestionó con su seño fruncido ─¿Papa tú no estarás queriendo seducir a Nathalie?

─¿Que dices?─ bufo desviando su mirada, el contrario ríe

─Sabes. . .creo que si fuera Nathalie no tendría problema─ se toma de un solo sorbo el contenido líquido de su taza ─Desde que tengo memoria ella ha estado aquí, incluso tengo mas recuerdos con ella que con mi madre─ hace una pausa ─Me gustaría, pero es imposible, no eres su tipo─ se levanta

─¿No soy su tipo?─ cuestionó confundido

─No lo eres─ ríe ─Yo veo como mira a Gorilla─ sonríe y se va del lugar

─¿Como que Gorilla?─ se quejó el hombre con odio

La tarde llegó con rapidez y la casa seguía sin tener señales de su administradora, el lugar sin el sonido de los tacos de Nathalie en el piso de mármol era algo raro, el silencio hoy era más alto que nunca, sin dudas había penumbra en toda la residencia, padre e hijo no volvieron a entablar conversación desde el desayuno, cada uno estaba en su actividad, por su parte la ejecutiva despertaba de una larga siesta, su cabeza dolía y su pecho también, con pesadez se levantó de la cama y tras dar unos pasos se miró en el espejo; se odiaba, no podía creer todo lo que había hecho, darle la espalda a su propia hija, ahora, tarde, se da cuenta del gran error que cometió, pero no podía enmendarlo, ni menos aparecer en la vida de aquella niña como si nada, y por sobre todas las cosas ahora que su relación con Gabriel iba bien, no podía confesar que tenía una hija por ahí, lo mejor sería olvidarse de todo y hacer que Adrien se aleje de una vez por todas de su pequeña.

Después de hacer un poco de catarsis, se ducho y bajo a la sala para tratar de comenzar su día, ya era algo tarde, pero necesitaba ocupar su cabeza cuanto antes, su mente, sola se iba y comenzaba a pensar nuevamente en todo lo malo de su vida, incluso llegó a preguntarse cómo sería su vida si no hubiera dejado a la pequeña en aquel espantoso lugar, todo fantasía sin dudas.

─¡Nathalie!─ grito Adrien apenas la vio pasar por el pasillo, luego corrió hacia ella y la abrazo ─¿Como estás?

─Bien─ sonríe ─Gracias por preguntar

─Me alegro que estés bien─ se separa de ella ─Quiero que sepas que mientras estuviste ausente, complete todas mis tareas del día

─Muy bien─ dice cálida ─¿Comiste apropiadamente?─ el asiente ─Lamento haberte dejado por tanto tiempo. . .

─No te preocupes, te hace bien descansar, además papá estuvo conmigo─ comento alegre

─No puedo creerlo─ dice asombrada

─Si, es algo difícil─ ríe ─Incluso me dio consejos─ acotó

─Ten cuidado con eso─ advirtió ─Como modisto es excelente, pero pésimo terapeuta─ bromeo

─Aunque no lo creas fue un buen consejo─ sonríe ladinamente

─Me alegra entonces que haya podido guiarte─ desvía su mirada y la fija en la puerta del atelier

─Nathalie─ musitó llamando su atención ─Gracias por todo─ hace una leve pausa ─Siempre estás para nosotros, a partir de ahora me gustaría que nosotros estemos para ti, sal, se. feliz, diviértete

─Aprecio tus intenciones pero soy feliz así, y ustedes ya están para mi─ suspira

─Si tú lo dices─ la abraza nuevamente, esta vez ella corresponde

─Ire a ver a Naomi, te veo en la cena─ se encamina a la puerta

─Deberias parar─ dijo en tono serio, el joven para en seco ─Aveces es mejor dejar las cosas como están

─No puedo─ se gira ─Estoy muy cerca de encontrarla y hacer feliz a Naomi, no voy a parar ahora─ continua su marcha

Nathalie suspira y va hacia la cocina, pensando que debe cambiar su estrategia pronto y evitar que el rubio se involucre mas, de repente una idea pasa por su mente, Mayura podría ser la solución a todos sus problemas.

─No hay nada que un Amok no pueda arreglar─ sonríe

La azabache en vez de continuar hacia la cocina, gira sobre sus talones y regresa a su habitación, la ex villana debía hacer una última pero rápida aparición, para solucionar el problema que tanto la acecha.


Miraculous: Quiero estar contigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora