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El viaje a Boulogne fue más corto de lo que Nathalie recordaba, tardo sólo siete horas en llegar, en su época se tardaba mucho más, por fin el gobierno se digno a reparar la maldita carretera, la cual se cobró la vida de un hombre maravilloso, el pueblo le traía buenos recuerdos, como malos también, a penas dio unos pasos comenzó a reconocer a sus viejos vecinos y demás personas que vivían ahí.

─¿Sancoeur?─ se oyó decir a una voz, la ejecutiva se gira y choca miradas con una mujer

─¿Sarah?─ pregunta confundida, la contraria asiente ─¡Sarah!─ exclamó y corrió hacia ella para darle un fuerte abrazo

─No puedo creer que después de dieciséis largos años por fin puedo volver a ver tu lindo y adorable rostro─ se separa de ella ─¿Como has estado, dónde está la pequeña Naomi?─ pregunto con algarabía

─Es una muy larga historia, pero que bueno que te encuentro, ¿podríamos hablar?─ pidió casi en tono de súplica

─Claro, vamos a mi casa─ toma su maleta ─Intuyo que no tienes donde quedarte─ la de lentes asiente ─Venga, no esperemos más, ¿y dime quién tiño tu cabello todos estos años?

Las amigas empiezan su marcha, charlando como si el tiempo no hubiera pasado, Sarah podía ver el terror plasmado en la cara de su buena amiga, por ese motivo decidió hacerle preguntas sin sentido o vanas para que se relaje y una vez en la comodidad de su hogar pueda sincerarse y contar todo lo que la atormenta, podrían haber pasado años sin verse, pero ninguna había cambiado en lo absoluto, aún continuaban siendo aquellas jóvenes que tenían altas expectativas de la vida.

Mientras tanto en París ambos Agrestes buscaban con desesperación a la mejor secretaria que tenía toda la ciudad, realmente parecía como si la tierra se la hubiera tragado, no había señales de ella por ningún lado, ni siquiera se había ingresado en un hotel, y que Gabriel supiera no tenía amigos en la ciudad como para refugiarse ahí.

─Fui al orfanato, pensé que podría estar allí pidiendo perdón, pero nadie la vio─ comento el rubio acercándose a su padre

─Revise los aeropuertos y nada─ replicó este frustrado ─No sé dónde pudo haber ido─ bufo

─Ya la vamos a encontrar, debemos tener paciencia─ toma aire ─Mientras tanto quiero decirle la verdad a Naomi y traerla aquí con nosotros─ comento sereno

─Claro, cualquier cosa por ella, no dudes en traerla ya mismo─ suspira ─Hare todo lo que esté a mi alcance para encontrarla─ afirmó decidido

─Se que lo harás─ lo abraza

Luego de ese momento sale del lugar para volver al orfanato y poder contarle la noticia a su amiga, al principio sería complicado, pero a medida que lo vaya explicando todo cobraría sentido; por su parte Nathalie ya se había instalado en la casa de Sarah, ahora ambas amigas se encontraban tomando té, mientras recordaban viejas épocas, la de mechón rojo se puso muy melancólica, recordó casi al instante toda su vida al lado de su amado y eso la deprimía bastante.

─¿Estas lista para contarme que te pasa?─ pregunto la castaña con mucha intriga

─Por favor no me odies─ suspira ─Cuando llegue a París tuve a Naomi, pero las cosas no estaban bien, no conseguía trabajo y ambas estábamos casi en la miseria, ya no tenía nisiquiera para comprar sus pañales, conseguí un trabajo, pero la que sería mi jefa me dijo que la única condición que tenía era no tener responsabilidades, deje a Naomi en un orfanato y ha estado viviendo ahí hasta el día de hoy

─¡¡¡Nathalie estás loca!!!─ grito enojada, luego se calma ─¿Por qué no llamaste?, te habríamos ayudado sin problema

─No lo sé, me equivoqué, y todo se fue a la basura, mi jefe, con quién estaba empezando una relación, y su hijo, me odian por esto, y me echaron─ sus ojos se cristalizan ─Ya no tengo nada que hacer en París, todos me odian y no pienso aparecer en la vida de Naomi, ya bastante se la arruine como para llegar de la nada con todos estos problemas

─Tranquila Nath─ se acerca a ella y la abraza ─Todo va a estar bien─ la mira mientras sonríe ─Puedes quedarte aquí, rehacer tú vida, pero la única condición que tengo, es que cuando estés lista vuelvas por Naomi, si tú no quieres ir, iré yo

─Esta bien─ frega sus ojos para eliminar los cúmulos de agua que se formaron ─No sé qué haría sin ti

─Vamos, no me adules así, que bien te las arreglaste por dieciséis años─ bromea

─Perdon por haberte dejado, creí que lo mejor sería empezar de nuevo, y ya ves como termine─ suspira

─De los errores se aprende─ replicó sería ─Y de este sí que aprenderás bastante

─Lo se, la lie bastante─ se recuesta sobre la mesa ─Quiero que la tierra me tragué─ pidió molesta

─Vamos, déjate de berrinches, ahora ve a descansar y después comemos algo─ ordenó

─Eres la mejor─ se levanta

─La habitación que solías usar cuando éramos jóvenes sigue intacta─ comento alegre

─Por fin estoy en casa─ acotó y fue en dirección a la habitación

Adrien y Gabriel se estaban volviendo locos, las horas pasaban y cada vez se sabía menos del paradero de la azabache, el diseñador se estaba poniendo paranoico y comenzó a pensar lo peor, casi obligó al jefe de policía a rastrillar el Sena, por suerte no había nada extrañó, luego ordenó controlar los aeropuertos y estaciones de tren, pero al igual que el resto de las búsquedas no había nada, sólo quedaba una opción, que Nathalie este caminando por algún lugar, las patrullas se dispersaron por las calles parisinas y algunos conocidos se sumaron a la búsqueda, todo parecía como aquella noche buena en la que Adrien había desaparecido, la ciudad preocupada buscando a alguien, está vez a la flamante asistente de la mansión, que a pesar de que es un adulta y tranquilamente puede tomar sus propias decisiones, todos la buscaban como si fuera una niña pequeña que se escapó de casa.

La noche comenzó a caer en todo el territorio francés, y en París el rastro de Nathalie desapareció por completo, rendidos los Agreste volvieron a casa a esperar noticias, completamente desilusionados y rogando que no le haya pasado nada.

─Soy un patán, la trate pésimo, estaba muy enojado─ se sienta en un sillón ─Cuando era joven tu abuelo nos mintió, tenía otra familia y vivía aparentando, finalmente un dia se fue y jamás volvimos a saber de el, toda esta situación revivió todo eso en mi, y me descargue con ella

─Se que cuando la encontremos vas a poder arreglar esto─ trato de consolarlo el menor

─Le prometí que la cuidaría, que la iba a hacer feliz, que nunca me iba a perder, y mirame ahora, todas las palabras que dije las borré con el codo y le di la espalda─ hace una pausa ─Soy incluso más despreciable que ella, mis acciones no son muy diferentes

─Por ahora va a ser mejor que guardemos la calma, mirame a mi, también tengo culpa, si me hubiera quedado callado, las cosas serían diferentes, debí hablar con ella en vez de contigo, arme un lío innecesario─ se sienta al lado de su padre

─¿Hablaste con Naomi?─ pregunto tratando de cambiar el hilo de la conversación

─No, cuando la vi a los ojos me quedé congelado, no pude decir nada─ suspira ─Voy a esperar que Nathalie aparezca y luego veré qué hago

─Haces bien─ se levanta ─Estare en mi estudio viendo si la puedo encontrar─ se encamina hacia el lugar

Al rubio se le ocurre transformarse en Chat Noir e ir a buscarla de esa manera, con su forma heroica podría doblar la búsqueda y recorrer la ciudad entera en la mitad de tiempo en la que lo hacen los policías, sí o sí tenía que encontrar a su tutora y arreglar todo esto. 


Miraculous: Quiero estar contigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora