CAPÍTULO IV

417 53 33
                                    

Mi cuerpo estaba siendo tambaleado. No era yo, ni alguna reacción inconsciente de mi anatomía. Abrí mis ojos y vi al rubio mirándome preocupado. que mala manera de despertar.

-¿Qué estás haciendo aquí?-

-Te quedaste dormida- Mi boca se abrió.

-¿Yo? ¿Dormida?-

-Tú despertador a estado sonando hace cinco minutos, un tipo alto y extraño golpeo tu puerta, estaba a punto de entrar hasta que llegue yo- Parpadeé varias veces sin poder creerlo.

-¿Cómo entraste?-

-Pedí una copia de la llave en la recepción-

Me senté en la cama y rasqué mis ojos.

-Mi dispiace, no volverá a pasar-

Massimo se fue y aproveché para cambiarme y aplicar mi maquillaje casual. Siento que mi orgullo todavía está dañado por la situación vivida el día de ayer. Pero, me recuperaré, aunque sea devolviendole lo hecho o alguna otra cosa se me ocurrirá.

Con el rubio salimos al igual que ayer con nuestros desayunos en mano. Yo no tenía tanta hambre así que sólo tomé mi café y la donut se la di a Massimo, quien aceptó gustoso.

Nos encontrabamos conociendo las calles de Morioh. Yo más bien pensaba en que hacer para pode sacarle informacion a ese chico tan extraño.

-¿Crees que en internet salga algo de él?- Pregunté de la nada sorprendiendo a mi compañero

-yo...-

-No digas nada- Levanté mi mano frente a su cara -No creo que una bestia como él tenga su propia pagina en internet-

Continúe pensando. La idea de preguntarle a la gente sobre una persona se me hacia fatal, prefiero sacar información preguntandole a la misma persona de la que quiero saber, pero con este tal Rohan era imposible. Prefiero preguntarle a la gente sus opiniones sobre algún acontecimiento social o si han sido testigos de algún importante suceso. Rodeé los ojos rendida.

-Massimo, llevame al ciber-

Estábamos muy cerca, porque doblamos en la esquina para caminar hacia la mitad de la cuadra. Pagamos para utilizar una computadora, esta vez yo sería la encargada. Apreté el botón para encenderlo. Se demoró cinco eternos minutos en que la pantalla de inicio.}

Escribí en el buscador el nombre de Kishibe Rohan y para mi suerte (o desgracia) apareció, di un click con el mouse en mi mano derecha a la pagina que me daría un poco de la información pero que sabré aprovechar.

Otros cinco minutos esperando a que la página cargue

-¿Crees que en el futuro exista una computadora veloz?- El rubio me pregunto aburrido de la espera.

-Claro, en el 2050-

Cuando finalmente cargó leí apresuradamente cada palabra que me entregara algún dato por más mínimo que sea. Además de que no quería estar tanto tiempo leyendo algo sobre él. Un momento ¿Pink Dark Shonnen? ¿Ese es el manga que tanto le gusta a mi sobrino? ¡Menuda mierda!

Cerré la página y camine hacia la salida. Miré la hora, son las 12.02, ya va siendo hora del almuerzo.

-¡Arigato gozaimasu!- Agradecí antes de retirarme. Recibí una sonrisa y una inclinación de parte de la japonesa.

Escuché los pasos apresurados de Massimo tratando de alcanzarme.

-¿Qué averiguaste?- Me preguntó con su respiración agitada, lo que me irritó un poco.

Open Your Heart, Kishibe Rohan ¡ACTUALIZANDO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora