Capítulo X: La amistad

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El castigo había pasado y tanto Salomé como Gael habían terminado su castigo. Salomé sentía fuera de lugar sin motivo alguno. Por lo que subió a la azotea del Colegio.

- ¿Que hace acá?
- Hola, Salomé sólo paso el tiempo.
- Enserio Profe. Pero si tiene una lágrima.
- No es nada.
- Como no va a ser algo.

Salomé sintió compasión por el quizá siendo la primera vez que dejaba caer si máscara.

- Enserio ¿Usted está bien?
- Claro, déjame con mi locura.
- ¿Como la del la propuesta de hace meses?
- Si, pero más dolorosa.
- Haber cuénteme.
- No, eres una chiquilla, que vas a ayudarme tú.
- No me rete. Mientras fruncía el sueño. Ambos rieron y retomaron la seriedad.
- Una musa, que ya no es mi musa.
- Usted y sus cosas raras.
- Ves no entiendes.
- Lo lamento, pero así es. Mire siempre hay más peces en el agua.
- Yo no se pescar.
- Que tonto. Dijo ella con una risa altanera.
- Más respeto.
- Que aguafiestas es.

Las preocupaciones de ambos desaparecierom entre la conversación, ambos sintieron alivio al charlas como amigos e iguales.

- Debes ir a casa ya.
- Si pero no quiero dejarlo así.
- Descuida así pasa a menudo estaré bien.
- Espero sea verdad.
- Claro que lo es.

Salomé y su falda bajaron y el poeta se quedó viéndola irse, mientras movía la cadera, en un segundo se volvió la Salomé reina de todo. Ya en su soledad, se dio cuenta que ella tenía todo lo que el quería para su proyecto.

Salió apresurado mientras llamaba a su amiga.

- Celeste perdón por citarte en el centro comercial tan de repente.
- Descuida. Decia Celeste una delgada de personalidad fuerte y cuerpo bastante llamativo, pechos algo grandes y cabello rebelde. Varios lunares en el cuerpo visible y una vos distintiva.
- Ya la encontré.
- A quién.
- A la modelo.
- Si claro, y ¿Quién es?
- Una alumna del colegio.
- ¿Que te hace creer que ella te ayudará?
- creo que es tenemos una amistad
- ¿La amistad?, ¿Solo?
- si, claro.
- Yo se que sí.
- ¿Estás loco?
- Siempre mujer.
- ¿Sabes que? Ya me voy.

Se levantó y se fue, no creía que la amistad de el poeta y Salomé fuera siguiente para el trabajo de modelo de algo tan importante.
El poeta solo pensó en la siguiente ves que hablar volver a poner la meta en la mesa.

Salomé: La historia de un amor inconsciente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora