Salomé: La historia de un amor inconsciente.

Capítulo XIX: Fénix.

Después del enfrentamiento entre el poeta y Gael, el poeta no sabía que hacer, le contó a Salomé, lo que tuvo un efecto doble.

- ¿Que hiciste Gael?. Dijo Salomé.
- Ya te fue con el chisme.
- No es ningún chiste, lo lastimaste.
- Solo a sus gafas.
- ¿Qué te pasa, es mi amigo?
- No me interesa en lo más mínimo.
- Que idiota eres.
- ¡Quiero que te alejes de él?
- ¡No lo haré!,¡¿Qué te pasa?!
- Nada él solo quiere aprovecharse.
- Claro que no calma tus celos.
- No son celos, eres mi novia, no debes estar chateando con otros chicos, menos uno que se ve que siente algo por ti.
- Si amistad y nada más.
- Que ingenua Salomé, el te quiere, pero para tener sexo contigo.
- Que tonto eres enserio, ya acaso tu amiguita no busca lo mismo.
- Ya vas con eso de nuevo.
- Solo es una amiga, Marilu está pasando por algo malo con su pareja y la estoy apoyando.
- Él también es solo mi amigo, y ¿que lo que pasó yo no importa?
- Claro que si.
- Sabes que déjame en paz. Mientra caminaba rápidamente por la calle.
- Vuelve a acá.

Corrió velozmente atrás de ella, y la sujeto de la muñeca, la jalo hacia el la tomó de la cintura y la abrazo muy fuertemente.

- Eres lo más importante, lo único en mi vida, que no entiendes eso. Perdóname sé que no he estado acá pero eso cambiará de una vez por siempre. Te lo prometo.

Sonrió suavemente y beso la frente de Salomé, ella soltó una lagrima y respondió al abrazo con fuerza.

Luegl de ese día, las cosas volvieron a como el inicio, Geal se volvió a tentó y le escribía seguido a Salomé las visitas pasaron a una por semana casi y todo parecía ser mejor. El poeta al saber esto se alegro por su amiga y le. Deseaba que en el nuevo renacer de su historia fuera lo que merecía. Las cosas por fin volvían a ser como Salomé quería, al grado que las charlas con el poeta menguaron.

Luego de unos meses, volvió a todo a la monotonía anterior solo que esta vez Salomé no lo sintió tanto porque tenía a su amigo de su lado.