Capítulo XXVIII: Te Confieso Que Te Quiero.

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Los día habían pasado, Geal tenía un poco más de presencia en la vida de Salomé, y el poeta estaba también en los días y noches de ella. Ella guardaba para sí misma el hecho de confesarle que sabía del poema que recitó, que estaba con Julieta y que era feliz con él. Aún con todo eso debes en cuando Gael aún mostraba lejanía por Salomé, escribía pór pocos pero se la pasaba con Marilu, cosa que ya no importaba porque ella así tenía más tiempo para charlar con él poeta.

- Hola amor. Escribió el poeta en su móvil.
- Hola poeta.
- Como estas bonita?
- Muy bien. Acompañado de un emoji sonrojado
- Te quería contar algo sabes.
- Que? Dime?
- Te amo. Con muchos corazones rojos.
- Lo sé y me gusta que lo digas.

La conversación fluyó y fluyó entre cosas vans y muchos te amos de parte de él a ella, ella desde su cama sonreía cada que leía un "te amo", se sentía llena como no se sentía desde hace tiempo. Los mensajes empazaron a escasear y ser más cortos de parte de ella, el poeta lo noto y empezó a preocuparse.

- Paso algo?
- En que dime.
- No es nada importante.
- Claro que si, me dejaste de escribir de pronto.
- Es que, perdona.
- Esta todo bien?
- Si, bueno, es que no se si decirte.
- Solo dilo.
- No olvidalo por favor.
- No puedo.

Luego de 15 minutos sin respuesta ella escribió.

- ESTOY ENAMORADA DE USTED

Al leer esto el poeta, puso sus manos en su rostro, y suspiro su cara se lleno de felicidad, dejó de lado el teléfono y sonrió, grito con todas sus fuerzas, tomó un peluche que tenía, lo abrazo, y le gritaba "me quiere, se enamoro" parecía, un adolescente, luego retomo la compostura.

- Que dices?
- Que me enamore de ti, pero olvida que lo dije.
- No podré, es lo que soñaba desde hace casi un año.
- Lo sé, pero Gael no se merece sto.
- El te trara como nada.
- últimamente no.
- Entonces porque dices que te enamoraste.
- Porque eso siento.
- No entiendo.
- Estoy enamorada de los dos.
- una vez, leí que si te enamoras de un segundo, es porque ya no lo estás del primero.
- Conmigo no es el caso.

Lso ánimos del poeta bajaron porque el no quería que estuviera enamorada de ambos, sino de él, se sintió impotente, pero aceptó lo que le dijo. Las conversaciones fueron aún más cargadas de amor, ella ahora respondía los "te amo" del poeta con un "lo quiero".

Salomé: La historia de un amor inconsciente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora