Salomé: La historia de un amor inconsciente.

Capítulo XI. La graduación

Los mes siguientes pasaron volando, si que nadie lo viera. La relación de Salomé y Gael era perfecta, y la amistad de ella con el poeta era mucho más cercana.

El salón estaba lleno de flores en los centros de mesa. Había una tarima gigante y un ambiente de éxito juvenil. Todos estaban ahí, los docentes, el poeta el Doctor Pereira y los estudiantes.

Salomé vestía una toga azul media noche, con brillos dorados, un peinado hecho un día antes. Aunque debajo del traje poseía un vestido negro, el cual era el punto débil de Gael.

- Bienvenidos al acto de Graduación, ya es noviembre casi y quiénes están aca iniciaron si sueño.
Mientras todo vitoriaban su nombre. Luego presento uno a uno a los docentes hasta que llegó al poeta.

- Buena tarde. mi nombre es... Los gritos fueron fuertes por parte de los miembros del club de poesía. El prosiguió sin dejar hablar y menos repetir lo ya dicho.
- Doy gracias a todos los que participaron en el club este año, y sobre todo a los graduandos. Éxitos en su labor de seguir siendo provechosos.

Mientras él hablaba entre la gente Gael lo veía de entre ojos.

- Ya no lo veremos más es lo mejor dijo él.
- Ya vas a empezar, dijo Salomé con desdén.
- Sabes que lo detesto.
- Que feo eres Gael, el es un gran amigo si le das la oportunidad.
- Si claro, por como te ve solo amigo tuyo quiere ser.
- Si. mientras se sonrojaba al pensar en la propuesta hecha por ahí de marzo cuando cumplió los 18 años.
- Yo no confío en el para nada.
- Ya cálmate, recuerda es nuestra noche.
- Lo sé. Mientras colocaba una mano en la pierna de ella  sonreía.

Todos aplaudieron al final del discurso del poeta, tomo si portafolios y acomodo sus gafas, mientras se retiraba. Salomé se disculpo Gael y salió a alcanzarlo.

- Muy bien amigo.
- Claro amigas, tu también bien, ya graduada.
- Si la no fue fácil pero lo logré.
- Vi tu vestido antes de ponerte la toga.
- Es para Gael.
- ¿Y eso?
- Será nuestra primera vez.

Lo abrazó sonrojada, y salió diciendo chao ya con una voz mas controlada y sensual. El poeta solo se quedó pensando sin saber que decir.