Lo Que Chris Le Ha Hecho

XII

El día siguiente fue uno muy soleado. Los pájaros cantaban, los rayos de sol entraban por su ventana...

Pero ella seguía llorando, como había hecho durante toda la noche. Tenía un fuerte dolor en la garganta, así como un ardor en sus ojos que se habían puesto rojos ya.

Quizás no tenía más lágrimas para derramar, pero aún sollozaba. Chris le había pegado en el cuerpo exigiendo respuestas y gritándole que era suya y de nadie más. Que tenía prohibido hablar o siquiera ver a otro chico, porque sino le demostraría de nuevo que él era su dueño.

Claire le había respondido que no le pertenecía a nadie, ella no era un objeto. Claro que esto no le gustó nada a Chris... ni siquiera se detuvo cuando su hermanita rogaba, lloraba y gritaba, aún cuando dijo "Vas a lastimarlo".

"Tienes razón", fue la respuesta, con la cual se sintió falsamente aliviada, pero luego agregó "igual debo recordarte que tu cuerpo me pertenece..."

La había obligado a acomodarse de espalda, y no se detuvo hasta que vio sangre caer. Entonces, fue como si hiciera "click" y se fue rápidamente del cuarto, dejando a la pobre de su hermana sin consuelo.

Ahora deseaba no tener que levantarse, pues allí abajo sentía mucho dolor por las embestidas sin cuidado que había recibido, además de estar cansada, tanto física como emocionalmente.

Todavía se preguntaba qué había hecho para merecer eso, sin saber la verdad de todo, la razón por la que Chris estaba siendo así. Y quizás nunca lo iba a saber...

Deseaba de verdad poder denunciarlo por lo que le hizo, pero él trabajaba en la comisaría y si la veía cerca de allí podría herirla de nuevo, mucho más de lo que lo había hecho... no... no quería...

Ahora trataría de pasar el menor tiempo posible en casa. Un poco más y viviría en la de Moira, poniendo las tareas como excusa.  Aunque de solo pensar en hablarle a su hermano le provocaba mucho miedo.

Cuando su alarma sonó, tardó mucho en estirar la mano y apagarla, no tenía deseos de levantarse. Su cuerpo le decía a gritos que no lo hiciera, pero debía.

Se quejó del dolor y lo pesado que se sentía su cuerpo, buscó ropa, se vistió y rápidamente fue al baño. Hizo lo que tenía que hacer para luego mirarse al espejo; su mejilla ya no se notaba golpeada, aunque aún dolía, y la marca en su cuello seguía allí.

Sería difícil de maquillar sin que se notara, así que fue a por una cuellera y se la puso, pensando que diría "queda bien con mi remera" si alguien preguntaba.

Sin siquiera desayunar, salió de casa esperando a Jill. Pasaron unos minutos hasta que Valentine llegó en su moto, se acercó y sonrió intentando ocultar lo que en verdad sentía, pero la otra se dio cuenta.

  - Claire, ¿sucedió algo?

  - No, nada... -mintió.

  - Pero has estado llorando -dijo mirándola a los ojos-, y uno no llora por nada.

  - No quiero hablar de eso...

Jill asintió aceptando esto, aunque se había preocupado porque ya la había visto bajoneada una vez. Claire subió tras ella, luego de ponerse el casco, y se agarró bien fuerte.

Se sentía tan necesitada de cariño y afecto, que casi se larga a llorar nuevamente al haberla abrazado así, aumentando la fuerza de agarre. Quería recibir un abrazo amistoso de alguien que supiera su secreto, que le dijeran "todo está bien ya, no llores más", necesitaba eso y de cualquier persona menos de Chris.

Por primera vez, comenzaba a sentir odio hacia él...

Ese día en la escuela fue de lo peor. Los mismos chicos de la vez anterior se le acercaron fingiendo querer ayudarla, pero no fue más que una vil y vulgar broma.

Y para su mala suerte, Moira no había asistido a clases ese día.