Llegó la noche y salió, aprovechando que Chris había ido a una misión y no volvería hasta la madrugada. Tomó el camino más rápido al parque para encontrarse lo más pronto posible con Steve.
Una vez se saludaron, caminaron por el lugar charlando de cosas sin importancia. En un carrito compraron una hamburguesa, un sándwich saludable y una botella de agua. Cada uno comía lo suyo hasta que terminaron, para luego sentarse en el pasto, en un lugar donde se viera bien el cielo.
- Entonces... ¿no deberías estudiar? -preguntó Claire, temiendo ser inoportuna- O sea, terminar la secundaria y empezar la facultad.
- Sí, pero... -suspiró pensando si debía contarle o no- mi madre tenía deudas. Tras su muerte, mi padre usó el dinero para pagarlas. No podemos pagar la escuela y si no tengo el título de secundario hecho, no puedo entrar en una facultad. Así que trabajo para mantener a mi padre...
- ¿Mantenerlo?... -desvío la mirada pensando en eso.
Se supone que un padre mantiene al hijo hasta que está listo para irse, no que el hijo mantenga al padre. Esto la enojaba y a su vez se sentía pésima por no aguantar lo que ella tenía, siendo que aquel chico lleno de esperanzas y sueños nunca podrá tener la carrera que deseaba desde pequeño. Pero ella no comprendía que los dolores no deben ser comparados.
- De todas formas, intento verle lo bueno... no tengo tareas que hacer ni tengo que soportar a profesores mala onda. -dejó salir una risa que contagió a Claire.
- Sí, eso es cierto.
Luego de una larga caminata, Steve se detuvo mirando un árbol. Había una bella flor en una rama, alejada del resto, una muy hermosa. Dijo que la quería tener, pero estaba muy alta y no llegaba.
- Aúpame, podría alcanzarla. -dijo Claire.
- Buena idea...
Se arrodilló bajo el árbol, apoyó sus manos en el suelo y esperó a que la joven se subiera a su espalda, quejándose cuando pasó.
- Uh, eres más pesada de lo que parece...
- No seas nena... -estiró la mano a la flor.
- Apúrate...
Arrancó la flor, bajó, Steve se levantó y la tomó.
- Morirá pronto... -dijo mirándola.
- Es efímera, claro que lo hará.
- Cierto, aunque quizás no debimos arrancarla.
- Lo hecho hecho está.
Se dedicaron una dulce sonrisa antes de que sonara la alarma de Claire. 12AM. Apagó la alarma, se despidió rápido y corrió hacia la casa de su hermano.
Steve se le quedó mirando mientras se iba, pensando en si seguirla o no, pero no quería incomodarla, así que regresó a su casa.
La joven sacó las llaves y las metió en el cerrojo, pero cuando intentó destrabarlo, no giraba. El aire pareció congelarse en sus pulmones, un escalofrío recorrió su espalda, sintió agujas perforando su abdomen, y un inmenso miedo la invadió.
La puerta ya estaba abierta...
Se sentía a punto de llorar por el terror que sentía de que estuviera Chris esperando, y como estaba últimamente, estaría muy enojado.
Reguló su respiración, luego movió lentamente el pomo de la puerta, abriéndola de la misma manera. Entró y la cerró tras ella, extrañándose de que las luces estuvieran apagadas siendo que probablemente Chris estaba allí. Creyó que quizás olvidó cerrar y suspiró. Encendió la luz y...
- ¿Dónde estabas? -preguntó Chris con notorio enfado.
- Yo... salí... -caminó hasta estar a un metro frente a él, en un fallido intento por demostrar que no tenía miedo.
- ¿A dónde fuiste?
- ¿Qué te importa?
- No me hables así -mostrando su enojo, la tomó con fuerza por el brazo y la acercó-. Por última vez, ¿a dónde fuiste?
- Al parque...
- ¿Con quien?
- Con un amigo...
- Un amigo... ¿qué amigo?
- Un amigo mío, Chris.- ¡Dime su nombre! -gritó ocacionando que Claire intentara soltarse.
- ¡Suéltame, Chris! ¡Por favor!
Recibió una fuerte bofetada, siendo soltada y perdiendo el equilibrio. De hecho, para intentar mantenerse de pie, se apoyó en el respaldo del sillón, pero se dejó caer al suelo, sintiendo las lágrimas resbalar por su mejilla colorada.
Miró a su hermano, que se había arrodillado junto a ella, sintiendo un temor que sólo había sentido una vez en su vida: cuando Chris abusó de ella.
Él besó su frente y la golpeó de nuevo cuando trató de alejarse. No lo reconocía, ese no era su hermano. Él no era así. Entonces sintió un beso en su mejilla, nuevamente quiso alejarse, pero el mayor le dio una mordida en el cuello, que ha dejado una marca.
Entendiendo que si se seguía negando sería castigada, permitió a su hermano continuar.
Para no pensar en lo que estaba sucediendo, invadió su mente con recuerdos de ella y sus padres... sus padres... si pudieran verlos, ¿qué pensarían de esto?
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Lo Que Chris Le Ha Hecho
أدب الهواةLlora sin consuelo... Llora pensando en ello... Sentada en aquella cama... Recordando Lo Que Chris Le Ha Hecho... ----------------------------------------------------------------------- ¡Hola, hermoso lector o hermosa lectora que llega aquí! La...