Epílogo

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Han pasado años desde aquel episodio, mi hija ya tiene siete años. Tomó tiempo, pero al final todos aceptamos una mentira con la cual viviremos el resto de nuestras vidas: Steve es el padre biológico de Yxu, Chris nunca fue controlado por un estúpido virus y yo nunca fui abusada. Los tres creímos que era lo mejor para dejar todo atrás y el resto tuvo que aceptarlo.

Yxu tiene una buena relación con mi hermano, le encanta estar con él, y su abuelo, quien tiene un trabajo estable, la llena de regalos. Steve pudo ir al EMPA, Enseñanza Media Para Adultos, para completar el nivel secundario y poder entrar a una buena universidad, mientras que yo ya terminé mis estudios y trabajo arduamente.

El día actual, Yxu regresa de un campamento al que fue con Chris, mientras yo preparo su bienvenida y fiesta de cumpleaños. Moira fue a buscar el pastel, Jill me está ayudando a terminar de decorar y Steve toma los regalos de los invitados que van llegando y de los amiguitos de nuestra hija, para así guardarlos en un cofre que usa ella para guardar sus juguetes.

Los padres de los niños se quedan también para supervisar, después de todo aún son muy pequeños, y nos hicimos buenos amigos de la mayoría, además de que Yxu quiso que se presentaran porque se siente cómoda con ellos.

  - Claire -me llama la voz de un niño, miro a su dirección y sonrío-, al final sí pude venir.

  - Qué bueno, Zacharia. -me agacho a su altura para poder abrazarlo.

Luego del abrazo, el pequeño se va corriendo a saludar a Steve. Zacharia es el mejor amigo de Yxu, tiene diez años y se conocieron en una peña del club, cuando los equipos de hockey tuvieron que colaborar en un partido y entrenaron juntos para él torneo mixto. Y yo me hice muy amiga de sus padres también.

El niño tiene rasgos asiáticos y cabello castaño, es bajito que llega hasta mi ombligo. Es bastante tranquilo, no causa problemas, es obediente y bien educado. Lo que me parece malo es que ambos padres trabajan todo él día y casi no lo ven. Pasa mucho tiempo en nuestra casa por eso, pero bien sus padres son buena gente y se preocupan mucho por su hijo.

Hablando de ellos, están en la entrada conversando con Jill. Moira entra, lleva el pastel a la mesa de decoración y luego va a la cocina del salón. Camino hacia la entrada sonriendo, y al llegar saludo alegremente.

  - Hola, Leon, Ada, qué bueno que pudieron venir.

  - Hola, y sí. Nos hicimos un espacio en nuestra agenda. -dijo él sonriendo.

  - Pues eso es genial -comenta Jill-. Bueno, voy a terminar de decorar.

  - De acuerdo. -dijo Ada.

Jill se fue a hacer lo que dijo y yo me quedé conversando con la pareja feliz. A eso de las 6pm, estando fuera del salón, veo el auto de mi hermano frenar en la mano frente a la que estoy parada, y cuando apaga el motor, mi pequeña pelirroja corre hacia mí contenta. Me agacho y la abrazo para luego cargarla.

  - Hola, mi amor. ¿Cómo te fue con el tío Chris?

  - Estuvo divertido -responde ella-, comimos malvaviscos, salchichas asadas, pizza...

  - Chris, te dije que no me la hagas engordar. -le dije a mi hermano cuando se acercó.

  - Bueno, no es mi culpa que tu hija sea una criatura boraz sin control sobre su estómago.

  - ¡Tío! -le grita en tono de regaño y él empieza a reír.

  - Lo heredaste de tu madre.

  - Chris...

  - Es verdad, cuando ella tenía tu edad comía igual o más.

  - Creo que es momento de entrar. -interrumpo sonriendo.

Entramos para celebrar el cumpleaños número siete de mi hija. Y así, todo se resolvió para bien. Estamos bien. Pero, a pesar de que lo perdoné, nunca olvidaré lo que Chris me ha hecho.

Lo Que Chris Le Ha HechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora