Capítulo 16: "Adiós estereotipos"

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A veces los cambios son para bien, pero cuando tú los decides. Esto no es como mudarse, pero es parecido. Me quieren enviar a otra escuela, ha sido un descuido mío no avisarles y sé que se preocupan por mí, pero ahora estoy bien, ya solucioné todo. Me encuentro feliz y no quiero que se arruiné de nuevo. No deseo irme, pero mis padres ya no van a cambiar de opinión. La tristeza me inunda el alma, quiero llorar, entonces cuando menos me lo espero, la puerta de la oficina del director se abre.

―Siento la intromisión ―dice Natalla ―. No puedo dejar que se vaya Estuarth, todos lo necesitan ―Me mira ―. Yo lo necesito.

―Tengo entendido que usted es la culpable de lo que ocurre ―expresa el director enterado de lo que sucedió, ya que mi hermana habló más de lo que debía con mis padres y ellos ahora saben la verdad, la cual al parecer se la comunicaron al directivo ―. Así que no me parece correcto que se interponga.

―La situación es... que ya arreglamos nuestras diferencias y estoy apenada por dejarme llevar por las palabras de otras personas, pero Estuarth solucionó el asunto y ya no tiene que irse, de verdad.

―¿Estás diciendo que ya nadie le hace bullying en esta escuela, niña? ―dice mi padre severo e indagando.

―No, y si lo hay, sería la primera en detenerlo.

―No podemos arriesgarnos ―exclama mamá.

Es imposible convencerlos, no vale la pena intentar.

―Sé que quieren proteger a su hijo, pero solo miren a su alrededor y vean lo que ha logrado ―Señala la puerta ―. Todos lo aman.

Salimos del despacho del director y hay mucha gente aclamando mi nombre con pancartas. Me avergüenzo entonces me acerco a la cobriza despacio.

―¿Tú los fuiste a buscar? ¿Por mí?

―Es lo mínimo que puedo hacer ―Me sonríe Nat ―. Es mi turno de salvarte.

Me río y miro a mis padres.

―Mamá, papá, yo quiero quedarme ―insisto.

―No sé ―dice dudando mi padre.

―¿Estás seguro? ―pregunta mi madre y asiento, así que sonríe entonces me abraza ―Vale, me convenciste, pero si algo sucede, no esperes a avisarnos, ven directamente, mi precioso hermoso ―Me apretuja.

―¡Mamá, me asfixias! ―le digo y papá se ríe, dando a entender que también está de acuerdo ―¡Ay! ―chillo pero luego sonrío, así que le devuelvo el abrazo.

En el pasillo se escucha un "Aww" por parte de todos, entonces nos reímos. Así se siente la felicidad y es maravillosa.

~~~

Los días siguientes la he pasado muy bien, yendo tranquilo a la escuela, sin problemas. Ahora de lo único que me tengo que preocupar son de mis exámenes, lo normal de cualquier estudiante. Todos en la Academia Gloria están en paz y eso es genial, es lo que buscaba. Por otra parte, lo que me tiene inquieto ahora es otra cosa.

Mi novia.

¡Sí, mi novia! Qué vergüenza de tan solo pensarlo, oficialmente estoy saliendo con Natalla. Ella es genial, como quiere ser, viste con ropa sencilla y lo único que le quedó de la personalidad que le impusieron, es su confianza. Es súper fuerte, su autoestima es impecable. Tiene inseguridades como todos, pero me emociona que ya pueda ser ella misma.

Me fui de tema, pero es que pienso mucho en lo feliz que está, en cómo es ahora y que de algún modo yo influí en eso. Creo que ella también me trajo un poco más de confianza, pienso que eso de alguna manera se contagia. Cuestión, tengo un problema serio el día de hoy, el asunto del que me estoy distrayendo con otros pensamientos trata de otra cosa.

Qué vergüenza.

Tengo un condón en mi mano. Puedo hacerlo, pero nunca pensé que sería tan complicado entrar a una habitación. Inhala, exhala ¡Tú puedes! Nat me lo ofreció y yo quedé como ¡Auxilio, ¿qué hago?!

―No dudes, sé un macho ―expreso para mí mismo y luego muevo la cabeza ―. No, eso diría Ryan y yo soy Estuarth, ¡reacciona! ―me grito.

―¿Estás hablando solo? ―Se ríe Natalla del otro lado de la puerta.

Me sonrojo.

―¡Claro que no!

Abre y me sobresalto, la veo con esa hermosa sonrisa, que hasta me derrito, que casi me olvido de los nervios.

―No lo haremos si no quieres, quizás es muy pronto, ratoncito ―Se muerde el labio inferior.

―No tengo idea cuánto tiempo hay que esperar para eso pero... ―Sonrío ―una vez un amigo me dijo que es cuando te sientes preparado ―hablo de Len

―¿Y lo sientes así? ―Revolotea las pestañas.

―No sé ―Miro hacia un costado.

―Quizás esto debió salir más espontaneo.

―Quizás...

Toma mi barbilla y me besa, así que le correspondo, agarra mi chaqueta, entonces la tironea, adentrándome en la habitación, luego cierra la puerta mientras nos seguimos besando.

Llega ese momento en el que maduramos, crecemos, y no solo hablo de algo físico. Ya no va a frenar, seguimos viviendo nuevas etapas. Me refiero a que no sé si realmente buscaba algo, pero lo encontré y estoy feliz. El faro sigue alumbrando mi buen sendero. Si podría catalogar este instante de mi vida, lo llamaría: el ratoncito que llegó a su destino. Después de todo, estos pequeños animales tienen un camino que recorrer, y yo ya hice el mío.

Es hora de dejar que fluya la aventura, no más control.

Adiós estereotipos.

El fin.

De popular a solitario (C.G #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora